Capítulo 1

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Me llamo Harare, pero cuando comenzó esta gran historia no me llamaba así…

Todo comenzó cuando en un atraco perdí a mi novio, mi gran amor en ese entonces, dicen que mezclar amor y trabajo no funciona, desde ese entonces cambié de profesión, de ladrón a asesino.

Y así fue como empecé a huir de todo y todos, de alguna manera, yo también estaba muerto.
O casi muerto.

Llevaba unas 2 semanas escondido, y papeles con mi cara empapelaban absolutamente todas las comisarías de España.
Me caerían 25 años de prisión, y la verdad, yo no soy de llegar a tan viejito en una mierda de celda, soy más bien de huir, en cuerpo y alma, y si no puedo llevar mi cuerpo, al menos que escape mi alma.

No me quedaba mucho tiempo, y en ese momento tenía cosas importantes que hacer, en realidad… sólo una.

-¿Sí?

-¿Mamá? - exacto, tenía que llamar a mi madre, y ahí estaba en una cabina de teléfono, arriesgando mi vida, sólo por escuchar su dulce y preciosa voz, hacía meses que no la oía, era hora de hacerlo, por mucho que costará.

-Oh cielos, mi hermoso niño, ¿cómo estás? ¿estás bien? ¿qué está pasando?

-¿No has visto las noticias verdad mamá? Todo lo que dicen sobre mí

-Claro que las he visto

-¿Sabes qué mamá? Estoy pensando en enrolarme en un barco chino, como cocinero. ¿No decías que no sabía hacer ni un huevo frito? Pues así aprendo oye. ¿Qué opinas?

-No sé amor, ¿y si allí comen todo chino? a ti no te gusta nada - ambos soltamos una pequeña risa nasal. - ¿Este viaje que significa pequeño? Que no voy a volver a verte más, ¿verdad? - preguntó ella con un tono bastante triste.

-Qué va mamá, pero qué tonterías dices. Claro que me vas a volver a ver, si hace falta te compro todos los billetes necesarios para que vengas a visitarme.

-¿Visitarte a donde? ¿Al cementerio? - una mueca apareció en mi rostro.

-¿Estás sola?

- - mintió. Su casa estaba llena de policías y militares, eso parecía un cuartel militar o una estación de policías, más bien ambos.

-Baja a la calle, como si fueras a comprar, yo iré a buscarte y te encontraré. - y sin más colgué.

Colgué, sin saber que ese día iba directo al matadero.
Hasta que llegó mi ángel de la guarda, mi salvador. Aunque uno nunca sabe a ciencia cierta cuál es el aspecto de uno. Lo que no te puedes imaginar es que llegue en un Ford Fiesta del 93.

Iba camino al mercado, al que siempre iba mi madre, cuando veo que un coche me sigue.

-Oye perdona, ¿tienes un momento? - escuché la voz grave del propietario de ese coche, giré la cabeza encontrándome con un hombre de unos 30 años, con un poco de melena marrón, una ligera barba, ojos café, gafas y tatuajes por sus brazos y manos, llevaba un traje azul marino y parecía bastante misterioso.

-No - respondí seco, no me daba buena espina la situación, así que continué caminando, pero para mí mala suerte, el coche continuaba siguiéndome.

-Lo de ser cocinero en un barco chino solo tiene una ventaja, ¿sabes?, que no tienes que fregar ni limpiar.

Por un momento me quedé pensativo. Me giré hasta encontrarme con su mirada, me acerqué a la ventanilla del copiloto, la cual estaba bajada desde un principio, y saqué una pequeña sonrisa, un poco maliciosa.

En un visto y no visto abrí la puerta, me adentré en el coche y saqué la pistola que llevaba encima. El hombre no se lo esperaba para nada, bien por mí. No es por nada, pero soy el mejor defendiéndome.

-¿Quién eres? ¿Policía? - pregunté demasiado sobresaltado por toda la situación en general.

-Espera, espera. Vas de camino al matadero, te espera un equipo de intervención y los de la UIT en un coche desde hace una semana.

-¿Por qué te creería? - le apunté más fuerte con la pistola.

Y así es cómo conocí al Profesor, apuntándole directamente con una Glock 17 a los huevos.

-¿Puedo? - me preguntó, apuntando con su vista a una cámara de fotos que había entre medio de los dos asientos.

Le asentí, tenía intriga de que me podría enseñar. Así que cogió la cámara y me enseñó varias fotos.

-Están ya en casa de tu madre - me comentó, enseñándome fotos de algunos agentes hablando con mi madre o de militares en los tejados de las casas. En ese momento solo pude pensar una cosa "me cago en la puta". - Por eso mismo, he venido a ayudarte, quiero ofrecerte un negocio. Un atraco, uno un poco bastante peculiar. Necesito gente que no tenga casi nada que perder, ¿qué te parece 2.500 millones de euros?

En ese momento me salió una sonrisa pícara en la cara. Nunca nadie en todo el mundo había dado un palo así, ni en Suiza, ni en Luxemburgo, ni en Noruega. Así que, si mi foto volvía a todos los periódicos y televisiones del mundo, al menos que fuera por el mayor atraco de la historia.

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Aquí está el primer capítulo, no es muy largo, pero quería introducirlo así primero.

Espero que os haya gustado, si es así podéis votar porfis? 😚

Con todo mi amor, Pau ❤️

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2021 ⏰

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ATRACO PERFECTO -- LS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora