Coda para un viejo amante

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Cuantos recuerdos trae escribir estas palabras. Con él pasaba horas hablando sobre sexo, comida y libros. Con él discutíamos sobre la metafísica de las palabras, los ingredientes y las lamidas. Supongo que, si estas páginas son suficiente, habré podido sacar algo en limpio de esas infinitas noches de vino y frases pretensiosas.

No.

Ya he sacado en limpio algo:

Yo soy quien crece, brilla, mengua y descansa. Tú, Sombra querido, no existes más que en estas palabras.

Coda para un viejo amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora