MI PROPIA COMEDÍA ROMÁNTICA

CAPÍTULO 61 - ∆ Ese era el problema ∆

Corrí a casa de Gema, no lo dudé ni por un segundo, necesito sus consejos. Prácticamente ahogada le expliqué toda la situación.

- Y eso fue lo que pasó... - expliqué -

- ¿Huiste? - preguntó Gema -

- Si...

- ¿Sin contestarle?

- ¡Entré en pánico! Me pidió vivir con él...

- Y... ¿No quieres?

¡Eso ni se pregunta!

Por supuesto que quiero, adoraría hacerlo, además, prácticamente ya vivimos juntos, siempre estoy en su casa...

- ¡Sí quiero! Pero...

- ¿Pero? - preguntó dudosa -

- Esto es un paso muy importante, pero no creo que sea bueno...

Definitivamente no es bueno. 

- ¿Como así?

¿Cómo te lo explico sin sonar patética?

- ¿Y si se aburre de mí? ¿De verme todos los días?

Eso será un problema.

Estoy enamorada y quiero que él lo esté de mí, pero es difícil llenar a una persona lo suficiente para hacer que se quede contigo. No soy una persona fácil y la convivencia en pareja no es tan sencilla como la pintan, son hábitos que cambian y no sé si podríamos acoplarnos tan íntimamente el uno con el otro.

- Así que ese es el problema...

La voz de Tae me hizo casi desmayar.

No quiero girar, quiero pensar que lo imaginé. Mejor dicho, solo lo estoy imaginando, tranquila TN.

- ¿Y bien? - volvió a preguntar -

No es Taehyung, solo estas soñando TN. 

- Contestale TN - insistió Gema -

Puta vida, sí está... 

Respiré profundo y me giré. 

- ¿Ta-taehyung? - le miré -

Mi amiga siseó una risita.

- ¿Podrían dejarnos a solas? - pidió él a Gema y Kook -

- ¿Q-qué haces aquí?

- Yo lo llamé... - explicó Gema -

LA MATO.

¡¿A ESO SE LE LLAMA MEJOR AMIGA?!

- Vámonos Gema - dijo Kook - Dejemoslos solos...

- Luego me das las gracia amiga - sonrió -

Hija de puta...

Luego de guiñarnos el ojo, ambos salieron de casa entre empujones y bromas.

Estos traen algo...

Se están volviendo muy evidentes y sospechosos.

Mi novio aclaró la garganta llamando mi atención, rápidamente le mire y permanecí en silencio. La casa ya está muy iluminada por el sol del día, pero por alguna razón la siento sombría y pesada.

- ¿Quieres hablarlo? - preguntó con seriedad -

No quiero, pero sé que tenemos que hacerlo.