La semana de los exámenes pasó rápidamente y tenía la plena confianza en que me iría bien.El profesor Flitwick nos llamó uno a uno al aula, para ver si podíamos hacer que una piña bailara claqué encima del escritorio. La profesora McGonagall nos observaba mientras convertiamos un ratón en una caja de rapé. Ganábamos puntos con las cajas más bonitas, pero los perdíamos si tenían bigotes. Snape puso nerviosos a todos, respiraba sobre nuestras nucas mientras realizamos una poción para olvidar . El profesor Bins de Historia de la Magia realizó preguntas sobre viejos magos chiflados que habían inventado calderos que revolvían su contenido.
– Que bueno que ahora somos libres.-- comentó Seamus al salir del aula
Con Harry y Draco nos sentamos debajo de un árbol
– ¿Cómo está tu cicatriz?.-- pregunte
– Sigue doliéndome. Me ha sucedido antes, pero nunca tanto tiempo seguido como ahora…..Creo que es un aviso... significa que se acerca el peligro…– Estás paranoico.-- respondió draco mientras tiraba del pasto
– Si relajate.-- comente. Luego casi como un resorte se levantó de un brinco
– Tenemos que ir a ver a Hagrid ahora..-- setencio
—¿Por qué? —suspiró Draco, levantándose.
—¿No les parece un poco raro —dijo Harry, subiendo por la colina cubierta de hierba— que lo que más deseara Hagrid fuera un dragón, y que de pronto aparezca un desconocido que casualmente tiene un huevo en el bolsillo? ¿Cuánta gente anda por ahí con huevos de dragón, que están prohibidos por las leyes de los magos?
– Te sorprenderia.-- respondi
– Ron concentrate. La suerte que tuvo al encontrar a Hagrid fue extraña , ¿verdad? ¿Por qué no se me ocurrió antes?.-- hablo por lo bajo mientras echaba a correr por los terrenos que iban hacia el bosque.
Encontramos a Hagrid estaba sentado en un sillón, fuera de la casa, con los pantalones y las mangas de la camisa arremangados, y desgranaba guisantes en un gran recipiente. – Hola – dijo sonriente—. ¿Ya han terminado los exámenes? ¿Tienen tiempo para beber algo?
– Sí… – dije sin aire, pero Harry interrumpió.
F por mi
—No, tenemos prisa, Hagrid, pero tengo que preguntarte algo ¿Te acuerdas de la noche en que ganaste a Norberto? ¿Cómo era el desconocido con el que jugaste a las cartas?
—No lo sé —dijo Hagrid sin darle importancia—. No se quitó la capa.
Vio que lo observabamos fijamente y levantó las cejas.
—No es tan inusual, hay mucha gente rara en el Cabeza de Puerco, el bar de la aldea. Podría ser un traficante de dragones, ¿no? No llegué a verle la cara porque no se quitó la capucha.
– Tambien podria vender órganos.--- agregue
– A la luz del dia no creo.-- mencionó Draco
Harry se dejó caer cerca del recipiente de los guisantes.
—¿De qué hablaste con él, Hagrid? ¿Mencionaste Hogwarts?
—Puede ser —dijo Hagrid, con rostro ceñudo, tratando de recordar—. Sí... Me preguntó qué hacía y le dije que era guardabosques aquí... Me preguntó de qué tipo de animales me ocupaba... se lo expliqué... y le conté que siempre había querido tener un dragón... y luego... no puedo recordarlo bien, porque me invitó a muchas copas. Déjame ver... ah sí, me dijo que tenía el huevo de dragón y que podía jugarlo a las cartas si yo quería... pero que tenía que estar seguro de que iba a poder con él, no quería dejarlo en cualquier lado... Así que le dije que, después de Fluffy, un dragón era algo fácil.
—¿Y él... pareció interesado en Fluffy? —preguntó Harry, tratando de conservar la calma.
—Bueno... sí... es normal. ¿Cuántos perros con tres cabezas has visto? Entonces le dije que Fluffy era buenísimo si uno sabía calmarlo: tocando música se dormía en seguida...
De pronto Hagrid pareció horrorizado y a Harry se le ilumino el rostro
Ay dios
—¡No debí decir eso! —estalló—. ¡Olviden que lo dije! Eh... ¿adónde van?
Tarde
– Tenemos que ir a ver a Dumbledore —dijo Harry—. Hagrid le dijo al desconocido cómo pasar ante Fluffy, y sólo podía ser Snape o Voldemort, debajo de la capa... No fue difícil, después de emborrachar a Hagrid. Sólo espero que Dumbledore nos crea. Firenze nos respaldará, si Bane no lo detiene. ¿Dónde está el despacho de Dumbledore?
Justo como si fuera una señal apareció la profesora Mcgonagall en el vestíbulo llevando muchos libros.
—¿Qué están haciendo los tres aquí dentro?
—Queremos ver al profesor Dumbledore —respondió draco
– ¿Por qué querrían verlo?
—Es algo secreto —dijo
Pero no debío decir eso
Sueno como Hagrid ahora
Por ese comentario la profesora McGonagall se enfadó.
—El profesor Dumbledore se fue hace diez minutos —dijo con frialdad—. Recibió una lechuza urgente del ministro de Magia y salió volando para Londres de inmediato.
—¿Se fue? —preguntó Harry con aire desesperado—. ¿Ahora?
—El profesor Dumbledore es un gran mago, Potter, y tiene muchos compromisos…
—Pero esto es importante.
—¿Algo que tú tienes que decir es más importante que el ministro de Magia, Potter?
– Ese Fudge es un inutil.-- masculle y ella me observo pero no lo nego
—Mire —dijo Harry dejando de lado toda precaución—, Profesora, se trata de la Piedra Filosofal...
Fue evidente que la profesora McGonagall no esperaba aquello. Los libros que llevaba se deslizaron al suelo y no se molestó en recogerlos.
—¿Cómo es que sabes...? —farfulló.
—Profesora, creo... sé... que Sna... que alguien va a tratar de robar la Piedra. Tengo que hablar con el profesor Dumbledore.
La profesora lo miró entre impresionada y suspicaz.
—El profesor Dumbledore regresará mañana —dijo finalmente—. No sé cómo habran descubierto lo de la Piedra, pero quedense tranquilos. Nadie puede robarla, está demasiado bien protegida.
—Pero profesora…
—Harry sé de lo que estoy hablando —dijo en tono cortante. Se inclinó y recogió sus libros—. Les sugiero que salgan y disfruten del sol .-- y diciendo eso se marcho
– Bien, ya la oyeron tomemos el so……
– No debemos vigilar la puerta
– No.-- los mire a ambos.-- La profesora Mcgonagall después de nuestra conversación estará vigilandonos
– Pero el profesor..
– No Harry ahora nos descubrirán
.-- ¿Ahora?.-- Draco nos miró con incredulidad – No estarán pensando..
Ambos lanzamos sonrisas en su direccion.-- Lo haremos esta noche
– Estan locos
Si que lo estábamos
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¡¡ Soy Ron Weasley!!
FanfictionQuien iba pensar que pedir un deseo cambiaría mi pase al mas alla Pues Nadie Ven hasta mi conciencia lo piensa. Es raro que los deseo se cumplan más aún si literalmente estás muriéndote. Pero... aun asi paso y mi vida cambio. ...