Capítulo 2 - "El día en que la conocí".

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Narra Óscar:

Ya es miércoles y ni siquiera conozco mi nueva secundaria, no sé ni entiendo el punto de cambiarme si entraré a 3er año, solo un año más en mi secundaria vieja no hubiera hecho daño, pero bueno… mamás… así son siempre. Me hace un cambio que no quiero para no querer llevarme hasta casi una semana después, me encanta su lógica.
Solo pienso en cómo serán mis compañeros, si serán unos tontos prejuiciosos o serán gente humilde y de buen humor, aunque claro, con sus toques respectivos de ironía y sarcasmo, sin eso, casi nadie me caería bien. ¿Qué más da? Igual solo estaré un año con ellos… ¿para qué me quiero llevar bien con ellos si ni los veré después?
Al fin puedo descansar un poco... Si dormir a las 3 de la mañana y despertar a las 6 les parece descansar. Mi mamá me despierta a esa hora diciéndome que ahora si sería mi primer día de escuela. Que oportuno, justo cuando más cansado estoy. Solo veo el parabrisas de mi carro mientras llegamos a la escuela pensando en cuanto voy a odiar a todos, cuanto me llevaré bien con gente igual de sarcástica que yo y en cuanto tiempo tendré que aguantar a gente que no merece la pena. ¿Patético no? 
Llego a la secundaria y veo… algo chistoso. El patio de mi escuela pasada es más grande que la escuela entera que estoy viendo. Por una parte pienso que siendo tan pequeño no te podrás esconder de nadie… y por eso empecé con un mal presentimiento, pero por otro, sabía que siendo tan pequeño, nadie podría llevarse tan mal con nadie como para que hubiera conflictos mayores, así que me relajé un poco.
Mi mamá me dejó a un lado de la escuela, solo di vuelta para ir rápido a la tienda, comprar un refresco rápido y meterme. Mientras avanzo, veo que todo el lugar está inundado, feo, muy poco cuidado. Me hace pensar que este lugar era algo así como un lugar abandonado hasta hace poco. Mientras camino sin miedo a mojarme, veo como una niña trata de no mojarse y salta hacia los escalones.
En medio segundo mi mente fue tan cruel como para pensar: “Claro, salta a un escalón con los zapatos húmedos, JAMÁS TE RESBALARÁS ASÍ… inteligente” al mismo tiempo que me abalancé hacia ella y la tomé de la mano para que no resbalara ni golpeara contra nada. La ayudo a sostenerse y ella me da las gracias. Mientras caminamos hacia su salón (ya que hasta me da miedo dejarla sola, quien sabe si se vaya a resbalar de nuevo) nos presentamos muy brevemente, solo supe cómo se llamaba y que estaba en el salón de al lado mío. Y todo acabó al menos ese día por un:
-Nos vemos en el desayuno Oscar.
-Nos vemos Is.
Fue raro… ella captó mi atención, no sé si sería su cara tan chistosa, o su sonrisa, no era nada importante realmente, pero… fue raro, simplemente fue algo repentino, no duró nada, y aun así fue suficiente como para estar en mi cabeza las próximas horas, a pesar de no saber nada más que su nombre, y qué chistoso nombre… Isla, a la vez bonito de hecho. Pero bueno… Nada de eso importa, ya que no volvimos a hablar durante un LARGO tiempo… a pesar de que nos veíamos a diario, uno en el salón enseguida del otro.


Continuará…

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