Capitulo 1: Madre

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Era un nuevo día y con ello la pequeña Jimin se acercaba a la entrada del trabajo de su padre; para tener tan solo ocho años era demasiado inteligente y a decir verdad le encantaba esperar a que su papá saliera del trabajo e ir a casa juntos, su escuela y trabajo no están tan lejos, eran tan solo unas cuadras y el lugar transitado era seguro así que no había mucho problema, esto lo hacía desde los siete años.

La pequeña se cruzó de brazos, evidentemente molesta pues su padre ya se había demorado más de lo acordado y aquello llegaba a molestarla un poco pues tenía hambre. Hasta que vio unas lindas flores en frente suyo, giró la cabeza para no mirar a aquellas flores, quitó las flores y la barra de chocolate más delicioso se presenció ante sus ojos; sonrió pero giró su cabeza nuevamente, después un oso de peluche, este lo tomo en sus brazos abrazándolo para mirar a su papá y reír suavemente al verlo con un gorro de cumpleaños en su cabeza, ¡Oh sí, pronto sería su cumpleaños!

—Hola —Dijo el mayor con una sonrisa pero la infante se alejó simulando que estaba ofendida— Jimin, escúchame, un momento mira —corrió hacia ella y la detuvo— Es que... ¿Una hora tarde?

—Claro — Respondió molesta.

—Bueno, lo siento, estaba ocupado.

—Papá, también estoy ocupada ¿Sabes? Hoy no estuve con mis amigas —El mayor pronuncio un "ohh" tapando su boca— Porque debía encontrarme contigo, para comprarte ropa —Agarro aquella corbata mirándola con desagrado.

—Sí — Reprimió una sonrisa acomodando su corbata.

—Es demasiado papá, no puedo hacer todo, soy tu hija, no tu esposa —Ahi se dio cuenta que aquel comentario no había sido lindo ni agradable.

—¿Por qué no? Si yo soy tu papá y mamá... —Dijo agachando su torso a la altura de la menor — ¿Por qué tú no me puedes ayudar? ... Ok — Agarro aquel peluche que la menor tenía en sus manos, quitándose el gorro también, miro a el peluche, peinandolo y simulando estar ofendido. Sintió las pequeñas manitos de su hija en su brazo pero negó pero lo jalo con fuerza hasta sentarlo— ¿Que pasa?

—¿Te ofendí? — pregunta con un leve puchero.

—Un poco.

—Lo siento.

—Bueno —La menor le mostró sus palmas y el sonrió chocandolas suyas para después ambos tocarse la punta de la nariz con su dedo índice, una tradición que más adelante se entendería mejor.

Después de aquello fueron a su casa ya que no pudieron conseguir aquella ropa que la infante quería para su padre; sonriendo ambos al ver que su abuela estaba con su grupo de oración; la pequeña se acercó corriendo para abrazarla, lo cual la sorprendió y sonrió.

—Les presento a mi nieta, Jimin —Sonrió mirándola.

—¡Hola, sexy! — La anciana trago en seco abriendo grande sus ojos al escucharla.

Todas las presentes rieron y criticaron aquello, mientras tanto un Jungkook subía las escaleras con suavidad pues aquello se lo había enseñado él y su madre se volvería loca.

—¿Quien te enseñó eso? —Pregunto disimuladamente.

—Papá —Sonrió orgullosa


El mayor escucho y prácticamente corrió escalera arriba al sentir la leve mirada de su madre.

—Ve a prepararte para el acto escolar — Le dijo a la niña, sabiendo que tenía un acto de poesía improvisada en unas cuantas horas.

— Abuela —La abrazo por los hombros.

—¿Si?

—Dame la carta —El día siguiente sería su cumpleaños y con ello la última carta de su madre.

—¿Cuando es tu cumpleaños?

—Mañana.

—¿entonces? —Dijo la mayor brevedad, la menor hizo un puchero— Ve a cambiarte.

La infante cabizbaja fue a ponerse su uniforme para poder irse a su colegio nuevamente; al subirse al auto comenzó a ponerse algo nerviosa pues el improvisar poesías se le hacía complejo, sin embargo, le encantaba aquello, miraba por la ventanilla pensando en aquel Omega que tanto desearía conocer; su madre, y cuando sus cartas las recibía era un paso más para conocerla mucho mejor.

Al llegar la pequeña se fue a el escenario, su abuela y papá fueron a sentarse.

—Es aquí —Le señaló Jeon la silla a su madre la cual se sentó y después él en una silla a su lado.

Detrás de ellos se encontraba la familia Yu, pues su hija Yu Navi también concursaba, sus padres alardeaban de que su hija siempre ganaba el primer puesto.

—¡Jeon! ¿Cómo estás? —Le pregunto el mayor de los dos, el gran alfa giró con una sonrisa.

—Hola, bien —Se volvió a girar observando a su pequeña hija.

La maestra de los niños se acercó a él micrófono del escenario sonriendo.

—Damas y caballeros, sean todos bienvenidos...


Mientras la maestra hablaba Jeon solo podia escuchar a tan molesto señor detrás suyo, pero solo sonreía en demostración o intentando que no le molestara tanto.

—Y recuerden, cada alumna tendrá un minuto —Menciono la profesora.

—¿Solo un minuto? — Pregunto el señor Yu detrás de Jungkook, lo cual hizo mirarlo ya algo intranquilo, asintiendo

—Cariño, no te preocupes Navi siempre gana todos los años — Pronunció la señora Yu.

Lo que generó una sonrisa burlesca en los labios de Jeon, ya por fin todos quedándose callados al empezar el concurso, empezando por Navi. Sacando uno de los papelitos que la profesora tenía y con ello debían armar su poesía; al seguir con Jimin, y al agarrar su palabra se quedó muda e estática en su lugar. Miro a su padre y de nuevo al papelito.

—El tiempo empieza ahora —Menciono la profesora.

La pequeña trago en seco, mirando de nuevo aquel papel y a su padre nuevamente, sus ojos comenzaron a aguarse, su respiración era agitada y las palabras no le salían de su boca, su profesora pronunció un susurrado "habla" pero ella no podía y sus lágrimas no se retuvieron más.

—Madre... — Dijo en un susurro casi inaudible pero aquel alfa lo escucho a la perfección, haciendo que de sus ojos salieran pequeñas lágrimas también—Mamá... —No sabía que decir, sus lágrimas abundaban en sus pequeños y rasgados ojos. — Lo siento... —Se limpio sus pequeñas lágrimas y se disponía a sentarse pero escucho a su padre hablar al levantarse de su silla, girándose para verlo.

—Madre... Una madre es alguien que nos ama tanto, que a veces no la entendemos —Sentía sus ojos aguados pero poco a poco se fue acercando a su hija, el público lo miraba conmocionado— ella es la que nos hace darnos cuenta que somos buenos, que nadie es mejor que nosotros, ella es la que sonríe cuando estamos contentos... Y llora cuando lloramos, no podemos vivir sin ella. Madre es todo para nosotros... —Al estar ya completamente en frente de su hija se arrodilló ante ella — tú madre no está aquí — sus lágrimas no paraban de salir— pero tienes a un padre que daría la vida por ti ¿No? —La pequeña niña asintió— Ven y dame un abrazo.

Así culminó aquel lindo relato, la menor abrazo a su padre con fuerza haciendo que todo el público se levantara a aplaudir tan hermosa imagen.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2021 ⏰

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