𝗛𝗮𝗶𝗸𝘆𝘂𝘂 ⁺¹⁸ᵎᵎ

─ 𝗞𝘂𝗿𝗼𝗼 𝗧𝗲𝘁𝘀𝘂𝗿𝗼

TIRED

La casa está en silencio cuando Kuroo vuelve a entrar. Sabe que llega tarde por tercer día consecutivo, y el olor habitual de la cena no se queda en el apartamento como de costumbre. No estás en la sala de estar, así que se afloja la corbata y se dirige al dormitorio, diciendo tu nombre mientras abre la puerta.

Ya estás en la cama, acurrucada con un libro, con tu suéter andrajoso y tus pantalones cortos favoritos. Está muy lejos de la lencería de encaje con la que lo recibiste hace tres días, pero no puede culparte. Se sentía como un absoluto imbécil rechazándote, porque te veías tan bonita y necesitada sentada en la cama.

"Lo siento bebé, esta noche no. Estoy realmente cansado ", había dicho, y aunque asentiste con la cabeza y dijiste que lo entendías, Kuroo sabía que te molestaba. No puede recordar la última vez que durmieron juntos, su tiempo consumido en papeleo y hasta altas horas de la noche en la oficina, preparándose para el comienzo del año.

"Hola hermosa", sonríe mientras deja sus pertenencias, tirando su corbata sobre la silla frente al tocador.

Levantas la vista de tu libro con una pequeña sonrisa. "Hola. ¿Cómo te fue en el trabajo?"

"Cansado, pero ¿Qué más hay de nuevo?" Kuroo ni siquiera se molesta en despojarse del resto de su ropa mientras se arrodilla en la cama, gateando hasta tus piernas y poniendo sus manos en tus tobillos. "¿No con ese bonito conjunto de lencería esta noche?"

"Tetsu", suspiras suavemente, y es todo lo que necesita saber.

Estás decepcionado. ¿Por qué no lo estarías tú? Ya le has hablado de tus necesidades: cómo lo quieres más de lo que él te da, lo importante que es el sexo para ti y tu relación. Te ha pagado diciéndote que entiende y luego negándote con tu mejor par de lencería.

Mierda.

"Lo siento", murmura mientras se inclina, presionando suaves besos en tus tobillos, luego en tus pantorrillas, hasta tus rodillas antes de mirarte. "Te ves bonita".

"¿Sí?" Sonríes, dejando tu libro a un lado.

"Mhm", asiente, las manos subiendo por la parte interna de los muslos hasta que sus dedos se enganchan en tus pantalones cortos para que pueda romper la banda elástica. "Creo que tú también te ves bonita ahora".

"Necesito una ducha", murmuras mientras levantas las caderas para que él pueda deslizarlas y mierda. No llevas bragas. Sus dedos se mueven como un fantasma a lo largo de tus pliegues y tú exhalas, moviendo tus caderas para que tenga más espacio para trabajar.

"Podemos ducharnos juntos", responde, moviendo sus dedos un poco más rápido hacia arriba y hacia abajo por tu coño. Empujas hacia él, mordiendo tu labio inferior cuando separa tus pliegues y pasa sus dedos sobre tu clítoris. "Oye, ¿puedes ponerte encima por mí?"

Pareces confundida pero asientes de todos modos. Solo se necesita un poco de maniobras para tener su espalda contra la cabecera y tú a horcajadas sobre su regazo, sus pantalones y bóxer descartados mientras desabotonas su camisa de vestir uno por uno. Aprietas tus pliegues en su polla, la boca se mueve contra la suya lánguidamente como si lo estuvieras explorando después de unas semanas de diferencia. Kuroo gime cuando tu mano encuentra su polla, bombeándola un par de veces hasta que está lo suficientemente duro como para que te hundas sobre él.

Arde levemente por la falta de preparación, pero no parece importarle, su rostro se arrugó de placer. Intentas moverte pero Kuroo niega con la cabeza, manteniéndote firme en su polla con las manos en las caderas.

"Déjame."

Se lame el pulgar, encuentra tu clítoris y te hace gemir. Lo dejas girar y presionarlo, clavando las uñas en sus hombros debajo de la camisa de vestir. Lo mueles mientras trabaja, los labios encuentran los suyos y le introducen la lengua en la boca. Kuroo te ayuda a mecerse con una mano en tu trasero, empujando y tirando para que puedas deslizarte fácilmente sobre su polla.

Tus paredes se apoderan de él cuando se chupa el labio inferior, tus ojos se ponen vidriosos mientras empujas hacia su pulgar. Los sonidos que salen de tu boca hacen que su polla palpite, tu aliento caliente contra sus labios mientras te meces en él.

"Tetsu," te quejas, tus dedos arrastrando su camiseta hacia arriba para moverse a lo largo de su estómago. "¿Puedo moverme?"

"Aún no." Él sonríe contra tus labios mientras te sujeta, evitando que rebotes en su polla. "Tienes que correrte primero".

Resopla, pero Kuroo sabe que todo es un acto. Sus labios se abren, los ojos se cierran deslizándose mientras cede al placer, meciendo todo lo que puede en su polla para obtener más fricción. Su pulgar se desliza fácilmente ahora que estás más mojado, dibujando círculos y presionando justo hasta que estás jadeando. Él puede sentirlo antes de que lo digas: tus paredes comienzan a tener espasmos, tus gemidos se acallan por un momento como si tu cuerpo se estuviera preparando, luego estás gritando, cayendo por el borde, aferrándote a él mientras tiemblas.

Cuando levantas la cabeza, te vuelve a besar, dibujando círculos alrededor de tu lengua. Él te deja rebotar una vez, solo una vez, antes de empujarte hacia tu espalda, tu suéter se desliza hacia arriba para exponer tu estómago. Kuroo sonríe cuando se da cuenta de que tú tampoco estás usando sostén, lo que facilita que deslice sus manos dentro y agarre tus tetas mientras recorre su polla a lo largo de tus pliegues húmedos.

"Buen trabajo", respira antes de empujar hacia adentro de nuevo, tocando fondo y quieto.

"¿Buen trabajo?" Te ríes, mirándolo con los ojos oscurecidos, los brazos extendidos sobre tu cabeza. Kuroo cree que se casaría contigo en un santiamén si no hubieran pasado ya cuatro años.

Se inclina para besarte antes de golpear sus caderas contra las tuyas lo suficientemente fuerte como para hacerte inhalar. "Déjame recuperar el tiempo perdido".