¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
You're pretty when you cry Oc!name: Aiko
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Por favor por favor por favor por favor-"
"Aww, parece que el bebé no puede correrse". Finges un puchero y observas cómo un sollozo recorre su cuerpo. Kageyama monta el strap con una velocidad alarmante mientras te recuestas sobre los codos.
Está tan cerca. Tan cerca que casi puede sentirlo. Pero no puede alcanzarlo. Él sabe que no puede. No sin ti.
Las lágrimas corren por su rostro mientras te mira con ojos llorosos y suplicantes, y oh, te encanta cuando llora. Es un llorón tan bonito que te daban ganas de arruinarlo sólo con ver las lágrimas correr por su rostro.
"Aiko p-por favor, no puedo-" Lo arrullas y acaricias su mejilla mientras otra lágrima corre por su rostro. Le quitas los mechones de pelo que se le pegan a la cara. "¿No puedes qué, cariño? Continúa, dímelo".
solloza silenciosamente mientras los saltos disminuyen. "No puedo correrme..." Un sonrojo se extiende por su ya roja cara mientras mira hacia otro lado con timidez. "No sin ti."
"¿Qué es eso bebé? No puedo oírte, tienes que hablar más alto". Él se queja de ti, sabiendo muy bien que lo escuchaste perfectamente.
"No puedo-" Hace una pausa, viendo cuán inocentemente lo estás mirando. Es todo una fachada, él lo sabe. Él sabe que quieres verlo suplicar por ello. "S-Sólo... Sólo fóllame, ¿Por favor..?" Una sonrisa diabólica se abre paso en tu cara. Finalmente, rompiste su comportamiento malcriado.
"Eso bebé. Todo lo que tenías que hacer era preguntarme y te habría ayudado. Pero tuviste que actuar como un mocoso hoy, ¿No?" Él asiente con la cabeza en silencio, haciéndote un puchero.
Agarrando sus caderas, lo levantas con bastante facilidad y lo golpeas hacia abajo, haciendo que un maullido lo abandone ante el repentino placer. Maldice en silencio mientras marca el ritmo a un ritmo rápido, pero brutal. Uno que tocara todos los puntos buenos dentro de él. Uno que lo hace gritar de placer hasta el punto de que su garganta está en carne viva y su voz casi se ha ido.
Muy pronto, suplica por su liberación y las lágrimas llenan sus ojos. Y están casi a punto de caer.
"Continúa bebé. Te ves tan bonito cuando lloras".
Y lo hace. Llora por los elogios, el placer abrumador que siente y simplemente porque le instaste a hacerlo. Sus ojos se ponen en blanco y te saca la lengua. Se ve absolutamente divino así; todos rojos, llorosos y tontos. Todo por ti.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
