Parte única

346 59 60
                                    

Hola, Jungkook. Realmente no sé cómo comenzar esto, pero te he escrito tantas cartas cortas que ahora quiero resumir todo.

¿Recuerdas cuando jugábamos cerca del muelle y nuestras madres nos salían persiguiendo? ¿O la vez que pescaste un pez y por una semana unos gatos te siguieron? Eran tiempos divertidos aquellos. Sin mentir, creo que en esa época se crearon mis recuerdos más felices.

Para algunos solo éramos unos críos a los que no les habían educado bien, pero vaya que vivimos bien esos instantes cuando estábamos juntos.

Luego fuimos creciendo y aunque las travesuras infantiles fueron quedando atrás, eso no evitó que la pasáramos bien a nuestro modo. Una vez fuimos a la pequeña capilla del puerto, ¿lo recuerdas? Era ya algo tarde e íbamos de la mano para no perdernos ni alejarnos del otro. Ahí nos dimos nuestro primer beso y nos juramos amor eterno. Y bueno, aunque me diste un anillo que le habías robado a tu madre, fui la chica más feliz al saber que querías ir en algo serio conmigo.

Pero cumplimos dieciocho y tú tenías sueños que cumplir, y en ellos yo no estaba del todo incluida.

Junto a tu padre, el capitán, partiste por dos meses a un viaje en busca de mercancía para el pueblo. Luego ese viajé se convirtió en uno de seis meses y cuando mi madre vio que parecía que no tenías intención de regresar, pues tu padre había regresado solo, me comprometió con un banquero con el cual no tenía nada en común. Un hombre de números y yo no nos podíamos llevar bien. Tan solo quería al chico que pescaba en los atardeceres y que le pedía su pequeño barco a su mejor amigo para que diéramos un paseo por la bahía.

¿Creíste que podría romper nuestro juramento? Claro que no. Por eso con ayuda de tu mejor amigo me embarqué en un viaje para ir en tu búsqueda. Tal vez podía ser algo inútil y peligroso con aquellos hombres que bebían hasta tener comportamientos raros, pero me arriesgué por ti, porque mis sentimientos eran fuertes y sabía que podría superar todo eso con tal de estar a tu lado.

Y luego de unos cuatro meses de viaje, te encontré.

Mi alegría fue infinita, te había hallado incluso si muchos decían que era una estupidez de mi parte. Y puede que, solo tal vez, no estuvieran tan equivocados al final, porque aunque había dado con tu paradero, ahí estabas con alguien más.

Y a ella no le dabas sortijas robadas, ni pedías una embarcación de otro para llevarla a dar paseos. Pero ese no era el mayor problema, porque yo era feliz con todos esos gestos que para otros podían parecer tontos, y no me importaba si el anillo era robado o si los paseos no duraban tanto.

El problema era que ya eras el capitán de otro corazón, y por lo visto, ella era también quien dirigía el tuyo. ¿Olvidarme había sido tan fácil?

Resignada quise volver a casa, pero ahí estarían esperando mi prometido, mi madre que de seguro me iba a reprender y todo el puerto viendo que había ido tras un hombre que me había superado a los meses de haberse ido de viaje.

Así que ya sin muchos recursos y no queriendo ser la burla del lugar, conseguí un empleo en un pequeño bar cerca del puerto de la ciudad. Cada mañana te veía pasar con ella tomados del brazo, pero en las noches ella se venía a encontrar con un hombre que no eras tú. Tuve que correr a decirte que ella no te era tan fiel como yo, pero mi olvido me dolía, y por largo tiempo tuve un gran resentimiento contra ti.

¿Por qué la habías elegido a ella? ¿Por qué no regresabas a mí? Mientras servía tragos me perdía en el líquido pensando en lo que pasaba por tu cabeza ese día que partiste, ese día que me prometiste que regresarías para estar a mi lado.

Y un día te volviste a subir a un barco, dejando atrás lo que al parecer había ocurrido con ella, conmigo y quién sabe si con alguien más. Y yo seguí ahí, esperando reunir dinero para ver si yo tenía algún sueño que cumplir. Y lo logré, un viejo señor me ofreció su embarcación y yo sin dudar acepté su gesto de buena fe. Entonces regresé a casa y todos me recibieron como si hubiesen visto a un fantasma.

"Jungkook estuvo aquí hace un año", me dijo mi hermana. "Te dejó un pequeño mapa para que descubrieras un tesoro".

Y aunque pensaba que te odiaba después de tantos años sin vernos, seguí las pistas encontrando regalos en cada punto que habías marcado. El penúltimo fue un anillo de diamantes y al final una gran casa en un puerto parecido al que nos habíamos criado cuando niños. Encontrar las llaves no fue difícil, siempre las escondías bajo una roca que se asemejaba a un pez.

Pero no te hallé.

Y pasaron los días hasta que me enteré de que estabas desaparecido desde hace un tiempo.

Estuve mucho tiempo triste, pensando en que podía haber hecho mejor las cosas, pero no tenerte me sumergió en esa tristeza de la cual se me hizo difícil salir. Hasta que un día me desperté, me subí en mi embarcación y me prometí que te hallaría sin importar el tiempo que tomara. Y ahora que escribo esto ya han pasado cinco años desde ese día que me levanté, pero tengo la esperanza de que algún día podré ver tu rostro otra vez.

Porque aunque duela y te extrañe tanto, vas a seguir siendo el capitán de mis sentimientos y recorreré todo lo que sea necesario con tal de seguir lo que dice mi corazón para poder verte.

Así que, Jeon Jungkook (capitán de mis sentimientos), deseo que me estés esperando en alguna parte y que nos encontremos otra vez por muy imposible y remota que sea la posibilidad.

Así que, Jeon Jungkook (capitán de mis sentimientos), deseo que me estés esperando en alguna parte y que nos encontremos otra vez por muy imposible y remota que sea la posibilidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

29/12/21

•Exactamente 1000 palabras.
•One-shot escrito a las 2 a.m

🎉 Has terminado de leer ❥Captain of my feelings ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏⊰۝ ͒ 🎉
❥Captain of my feelings ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏⊰۝ ͒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora