04. Exist for love

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El lugar al que BaekHyun decidió llevarlo después de su cita fue su casa del árbol, por la que ChanYeol tenía especial curiosidad desde que le comentó sobre ella la primera vez.

Si bien ya había visto la fachada de la casa de BaekHyun desde la entrada, y había notado lo grande que era el árbol detrás de la misma, le pareció todavía más majestuoso cuando entraron en el patio trasero y comparó el tamaño del tronco con la vivienda.

—¿Tienes escalera? —fue lo primero que su instinto de supervivencia preguntó.

—No, tendrás que escalar.

Como se temía. ChanYeol tragó saliva y mostró unos ojos un poco aterrados.

Él podría tratar de subir una montaña no muy empinada con zapatos todo terreno, pero un árbol totalmente vertical sería un problema muy grande para su inexperiencia en la práctica.

—Si lo logras, futuro doctor —cerca de su oreja BaekHyun bajó el tono de su voz hasta volverlo suave y sensual—, te daré un regalo en la cima.

Dejándolo con la duda y el corazón martilleando, BaekHyun corrió y subió ágilmente con sus pies descalzos, saltando dentro de la oscura casa del árbol.

—¡Vamos! —animó desde arriba dando pequeños aplausos.

ChanYeol fingió calentar sus músculos y colocó una de sus manos contra la rasposa madera, tanteando un lugar de donde agarrarse.

Alzó la mirada y no había nadie, BaekHyun ya no estaba viéndole. Seguro para que ChanYeol no se sintiera intimidado. Llenándose de valentía encajó sus manos donde vio a BaekHyun encajar las suyas antes, y se dio cuenta de que ya habían sitios bastante profundos de donde podía sostenerse. Hechos por BaekHyun en todos los años que llevaba escalando el mismo tronco.

No quiere decir que por eso le costó menos impulsarse y mantener el equilibrio. A pesar de ser un hombre con una considerable fuerza física —más que nada innata— ChanYeol no estaba para nada acostumbrado con esa práctica, así que estuvo al borde de caerse un par de veces.

Ya en el último tramo, a cuatro metros separado del suelo, la voluntad de estar a punto de ser vencedor le otorgó el coraje para aguantar todo su cuerpo sosteniéndose del marco de la ventana e impulsarse dentro de la casa del árbol.

Cayó en el suelo con la cara roja y contenta.

—¡Lo log...! —se atragantó con su saliva al percatarse de su alrededor.

Dentro habían pocas cosas: un cofre, un colchón en el suelo lleno de mantas, y un BaekHyun muy desnudo recostado sobre él, siendo iluminado por dos velas a los lados del mismo.

El castaño le sonrió tembloroso.

—Casi pensé que ibas a irte sin intentarlo.

—Oh... —ChanYeol tenía la boca seca. Por el esfuerzo físico que acababa de hacer y por la bella imagen de su chico raro —que ya no era raro en el mal sentido— viéndose vulnerable y bello para él.

—No es algo que planeé —BaekHyun habló bajito—. Solo quiero pensar que sientes lo mismo que yo, y... y si es así, entonces creo que esto está bien...

ChanYeol aún no se movía.

—¿Está bien? —BaekHyun inquirió, incorporándose de rodillas y extendiendo sus brazos en dirección a ChanYeol—. Ven.

«Ven»

En una ocasión, ChanYeol había leído un artículo escrito por la facultad de literatura donde hablaban de los seres en historias de ficción que embrujaban con sus encantos a los inmortales.

Nature Boy | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora