02. Run away

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Entonces, resulta que ChanYeol falló estrepitosamente en su intento de conquistar a BaekHyun en esa salida que acordaron.

Al finalizar el día BaekHyun dijo negando con lástima:

—Todo mal, Park ChanYeol —y se marchó sin darle ni un beso de despedida.

Lo peor es que el estudiante de medicina no sabía qué hacer para que ese «todo mal» cambiara a un «todo bien» porque él jodidamente utilizó todos sus trucos de conquista en esa cita.

Le compró flores; que resultaron no ser del agrado de BaekHyun. Le dio cocholates; que BaekHyun no comió porque no eran libres de crueldad animal. Lo llevo a un centro comercial a ver ropa; pero BaekHyun se aburrió bastante...

—Joder —se dijo a sí mismo recostado en su cama como todo un fracasado—. Soy idiota.

Y es que, después de meses de escuchar rumores sobre BaekHyun, y haber visto con sus propios ojos la actitud y los pequeños placeres del castaño, debía suponer que todas esas frivolidades no lo sorprenderían, sino que más bien lo desilusionarían.

—Todo mal, Park ChanYeol —se sermoneó a sí mismo, apagando la luz de su lámpara de noche, dispuesto a dormir y pensar por la mañana en una nueva estrategia.

Recordó entonces que el jardín de la facultad de biología estaba lleno de margaritas el día que habló con él, y que el jardín de la facultad de medicina, luego de ser estropeado por los alumnos jugando fútbol sobre ellas, fueron remplazadas por el mismo BaekHyun, que colocó florecillas azules.

ChanYeol preguntó a una de sus profesoras por el nombre.

—Las Myosotis. Mejor conocidas como nomeolvides —le explicó la señorita JiSeo—. Son flores del amor eterno y desesperado.

No pudo haber tenido más lógica. Si lo hubiera sabido, ChanYeol se hubiera preparado para la verdad detrás de BaekHyun; que no buscaba relaciones insustanciales con las personas.

También aprendió junto con lo de las flores que los dulces favoritos de BaekHyun eran las fresas frescas. Cortesía de la cocinera, que aunque no quisiera admitirlo por sus constantes riñas con BaekHyun, le tenía cariño al niño. Siempre le guardaba los mejores frutos de cuando preparaban jugo, y los dejaba en la vitrina del mostrador para que los cogiera a la hora de la merienda.

Durante el día y con una mente despejada, se planteó las cosas que podrían ganarle un pedacito del corazón de BaekHyun.

Con la lección aprendida de su fallida cita, anotó mentalmente que a BaekHyun no le gustaban las rosas rojas. O al menos, no eran las "flores con las que conectaba" como dijo él al recibirlas de todas formas.

Los chocolates fueron descartados. ChanYeol le compraría fresas la próxima vez.

Otro dato importante, y del que se sintió muy avergonzado al descubrirlo gracias a JongIn, es que BaekHyun detestaba los lugares donde no había rastro de naturaleza.

—Cada vez que salíamos íbamos a parques o al bosque —le informó el menor de piel morena cuando lo interceptó después de una clase—. Alguna vez fuimos a la playa también, le gusta respirar aire fresco y correr.

Y claro, ChanYeol lo llevó a un centro comercial, donde no había plantas reales, ni un rayo de sol, ni el cielo a la vista, sino cientos de objetos materiales que a BaekHyun no le interesaban en lo más mínimo.

Se tragó la pena, y con las cosas claras y memorizadas, volvió a encontrarse con BaekHyun en el jardín.

Esta vez el castaño meditaba con los ojos cerrados.

ChanYeol prefirió no ser imprudente una vez más y esperó a que terminara. Lo observó relajarse y respirar pausadamente con su boca entreabierta, siguiendo el movimiento de su pecho ampliarse y reducirse. El viento de vez en cuando lo despeinaba y caía sobre sus párpados, pero el castaño no abrió los ojos.

ChanYeol aguardó por unos minutos que se sintieron eternos. Y podría jurar que estaba casi tan relajado como BaekHyun con solo mirarlo. Hechizado por la viva imagen de la paz.

Cuando los orbes cafés tupidos de largas pestañas se abrieron, ChanYeol sonrió y se acercó con cautela.

—¿Estabas en el plano astral?

BaekHyun rio bajito.

—Conectaba un rato con la naturaleza.

—Por supuesto, nosotros los humanos insensibles no entendemos de esas cosas —bromeó sentándose frente a él sobre el pasto caliente por el sol.

Si alguien se asomara a verlos, encontraría divertido como una de ellos parecía un completo fuckboy, y el otro un brujo del bosque sacado de una película de fantasía medieval.

—Vengo a pedirte otra oportunidad —y aclaró—. Otra cita.

—Pides muchas oportunidades —sonrió BaekHyun de lado—, afortunadamente soy de dar muchas oportunidades.

—Eres un alma bondadosa, todo un hada del bosque.

BaekHyun le dio un golpecito en el pecho.

—¡Deja de burlarte de mí! —contuvo una risa, al igual que ChanYeol.

—No es mi culpa que seas tan raro —se excusó—, ¿de dónde saliste? ¿de un cuento infantil?

Y es que allí, sentados en soledad con las voces de los alumnos sonando distantes, ChanYeol podía apreciar lo bien que BaekHyun encajaba junto a las flores y el suelo real; el de tierra y color verde. No en el frío cemento que cientos de personas comunes pisaban.

—¿Por qué andas descalzo? —se aventuró a preguntar.

BaekHyun movió los deditos de sus pies, y un huracán de ternura cayó sobre ChanYeol.

—De niño quería ser un árbol —confesó, sin inmutarse por la cara confundida del mayor—. En mi casa hay uno muy grande, el doble de grande que los arboles comunes. Mi papá me hizo una refugio allí, que es donde duermo ahora.

» Siempre he pensado que debe ser hermoso estar conectado con la tierra desde las raíces, y alzarte por sobre ella hasta el cielo. Dejar que las aves descansen en tus ramas, que tus hojas sean peinadas por el viento, y tu madera tallada por los enamorados.
» Los arboles están llenos de historia. Y me prometí a mi mismo que como no podía ser un árbol, entonces podía pensar en mis pies como raíces que se mueven, y jamás dejar que algo se interpusiera entre ellas y la tierra.

A medida que decía todo eso, BaekHyun pasaba la yema de sus dedos por el pasto, trazando garabatos curvos y sin sentido que ChanYeol seguía con su embelesada mirada. Escuchaba a BaekHyun y sentía sus pulmones llenándose de algo más que no era aire.

De vida.

—Ahora dime algo sobre ti, Park ChanYeol —BaekHyun lo miró de nuevo—. ¿Por qué estudias medicina?

—No es nada nuevo —ChanYeol tosió—. Quiero salvar vidas, todas las que pueda.

—¿Por qué?

—Todavía tengo fe en la humanidad.

Con eso último BaekHyun formó una amplia sonrisa en su rostro, tan linda y tan honesta, que fue imposible para ChanYeol no querer grabarla en su memoria.

Nature Boy | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora