En mí corazón

Capítulo 3

Mientras el sonreía no podía dejar de observar toda la perfección que en él existía, cada facción de su rostro encajaba perfectamente; sus labios pequeños, sus dientes, su nariz, sus ojos e inclusive ese mechón que cae ligeramente en su frente, ¡Por Dios! ¿Cómo puede ser tan perfecto?, su sonrisa inundaba la habitación, me olvide por completo de la compañía que brindaba aquella chica, este sentimiento que estoy guardando me vuelve alguien a quien desconozco.

El ambiente cálido de esa casa me reconfortaba demasiado, tenía inmensas ganas de estar a lado de el, quería imaginar tantas cosas con el, de pronto me perdí  entre las fotografías que se encontraban en la pared, una  llamo poderosamente mi atención, me acerco más y más, me comienzo a poner relativamente nervioso, en aquella imagen podía contemplar dos personas tomadas de la mano, la vibra que ambos proyectaban era demasiado espectacular, se ven como dos personas amables.

-Son mis padres.

Escuche la voz del chico que me tiene en un estado que aún no puedo explicar, se acerca tanto a mí que mi corazón se acelera, me comienza a faltar el aliento, obtuve un pequeño roce con sus hombros, sentí cada fibra de mi ser estremecerse, desde la punta de mis dedos hasta el más cálido lugar de mi corazón, su rostro se inclino para poder ver la imagen más de cerca, ambos estábamos a punto de tocarnos, el esta respirando sobre mi cuello, ¡diablos! ¿porque él huele demasiado bien?, Milk se acerco y dijo: 

- Mis tíos son tan lindos ¿no?

Esa voz me perturbo, pues recordé que no éramos los únicos en aquella habitación, aunque no sabía si era sus tíos de sangre o lo dice por ser amigos.

-¿Tus tíos?

No obtuve respuesta a mi pregunta, mi corazón no podía dejar de sentir confusión, debo parecer un tonto, pasaron algunas horas y por fin terminamos, ahora no podía creer que ya era tan tarde, Milk decide irse,  comenzó a reír diciendo que vivía en la casa de a lado, se fue y con ella se llevo la sensación de compañía pero también dejo un vació que  me comenzó a llenar de ilusiones. Ahora éramos los dos en esa enorme casa, me dispuse a despedirme, pero antes que mis palabras resonaran el dijo:

- Quédate esta noche aquí.

Todo mi ser estaba colapsando, dentro de mí comencé a crear escenarios que podrían pensar que están más allá de lo que me puedo permitir, muevo la cabeza para poder borrar esos pensamientos...

-Ven, vamos a cenar algo.

El ambiente en aquellas paredes cambio por completo, estamos completamente solos, no sé donde poner mis manos, espero no se pueda notar lo nervioso que me siento en este momento, ¿Cómo debería actuar? ¿Qué debo decir? , pero lo más seguro de todo esto, es que soy el tonto que se imagina tantas cosas, cuando él ni siquiera le gustan los chicos, que tonto me he vuelto.