Día #24: Viejitos

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Tweek miraba desde su cama como el invierno parecía dando luz a la primavera, había sido un invierno realmente duro para Craig y el, un par de ancianos 68 años que vivían apartados de la ciudad para tener tranquilidad, pero el pasar de los años cae en los hombros y ya no tenían la misma fuerza como cuando eran jóvenes.

-Oh, ya despertaste, Cariño- Craig entro a la habitación de Tweek cargando dos tazas con chocolate caliente.

-Buenos días, Craig- le saludo con una sonrisa mirando como se sentaba en la cama a su lado- ¿Está bien que lo tome? El doctor dijo que debo cuidarme- le pregunto y Craig asintió.

-Hable con él y me dijo que puedes tomarlo, no debes preocuparte- le respondió de forma tranquila tomando con cuidado una de sus manos para no mover la intravenosa que tenia puesta.

-... ya veo- dijo después de un largo silencio- fue un invierno realmente duro.

-Tweek-

-Era de esperarse-

-Tweek, por favor-

-Esta bien, Craig...- dijo con calma acariciando su mano con cuidado- Todo va a estar bien Craig...- le hablo suave viendo el rostro de preocupación de su esposo.

- Siempre soy yo quien dice eso, el que me lo digas tu es algo irónico ¿no crees?- le pregunto y ambos rieron para tratar de aliviar aquella tensión.

Miraban por la ventana como la nieve se derretía y el pasto comenzaba a crecer.

-¿Crees que las aves vuelvan pronto? Me gustaría escucharlas- ambos miraron el nido que estuvo vacío en una de las ramas del árbol.

-Aún hace algo de frío, Honey, pero no tardarán en volver otra vez- Craig hablaba con cierta melancolía dejando que el pulgar de Tweek acariciara su mano.

-Escuche el teléfono sonar hace rato ¿hablo alguien?- le pregunto con calma y Craig asintio.

- Si... llame a Tebe en la mañana y hace rato Calisto llamó, eso debió haberte despertado.

-Ya veo, hace poco vinieron, me gustaría que la razón por la que nos visitan no sea por esta- dije bromeando un poco.

-Son nuestros hijos, Tweek, aún que sean adultos quieren pasar tiempo con su padre amoroso, no con el amargado- Tweek río ante su chiste alegrado el corazón de Craig.

-No eres un amargado, eres un padre muy gentil y atento, me tranquiliza saber que hicimos un buen trabajo- Craig sonrió ante las palabras de Tweek.

La mañana paso lenta pasaron casi todo el tiempo viendo la ventana y hablando de cosas triviales, la tarde fue igual, pero en la noche Craig preparaba todo para que Tweek descansará más cómodamente.

- Siento ser una molestia- dijo Tweek algo triste por esto, pero Craig negó acomodando su almohada.

-Nada de eso cariño, ¿recuerdas nuestra promesa? Tanto en la salud como en la enfermedad- tomo ambas manos de Tweek y este sonrió.

-Hasta que la muerte nos separe- dijo con una sonrisa algo triste pero igual tierna.

Tweek sabía que le quedaba poco tiempo, pero al menos estaba tranquilo, había logrado todo lo que se propuso en su vida, graduarse de la universidad, conseguir un empleo, casarse con Craig, adoptar hijos, educarlos juntos, envejecer junto a Craig en una cabaña apartada de la ciudad, se sentía en paz, pero debido a los medicamentos y la extraña sustancia en su café cuando era menor de edad le estaba cobrando factura, su salud se volvió más débil hasta el punto de desmallarse muchs veces, simplemente llegó el día en que ya no podía salir de la cama sin marearse, se deshidratada rápidamente y sufría de fuertes fiebres especialmente en el invierno, si no fuera por los cuidados de Craig tal vez si tiempo se hubiera acabado hace muchos años atrás, pero ahora estaba más débil, tenían que dejarlo ir, pero el tampoco quería irse, no quería dejar a Craig solo.

Creektober (31 días de Creek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora