Hoseok bailaba más que feliz alrededor de una fuente llena de sangre. La luz de la luna que a duras penas entraba por la ventanilla de su sótano se reflejaba entre los cientos de cuchillos acomodados circularmente en el suelo.
Era una pesadilla para muchos... y una hermosa realidad para el pelinegro.
Las plantas de los pies de HoSeok se lastimaban con las afiladas hojas de los cuchillos, y sin embargo, sus facciones solo parecían mostrar una cosa: Placer.
El placer era efímero y ambiguo sin duda. Algunos prefieren obtenerlo por sexo, otros por afecto y unos pocos más —incluido HoSeok—, por dolor.
El dolor siempre le pareció lindo al pelinegro, le era extasiante sentir como su cuerpo ardía en una fiebre inexistente y adoraba todavía más cuando podía sentir ese dolor por una cantidad extensa de tiempo.
¿Qué era lo que estaba haciendo? ¿Estaba poseído por algún demonio? Nadie lo sabía, pero las preguntas clave realmente eran:
¿Por qué lo estaba haciendo? Y... ¿De dónde salió tanta sangre?
Para empezar, era obvio que HoSeok no era normal, y no por su físico, sino por el talento que tenía para manipular y estar tres pasos adelantado que los demás.
Sus padres sabían que no era normal, en especial su madre. Y es una verdadera lástima que los muertos no hablen, de no ser así, la sentencia de muerte andante, no estaría llevándose las almas de todo aquel que le llame la atención.
Si bien Jung se mostraba amable y respetuoso, su verdadera personalidad era muy distinta.
Hoseok no era nada más ni nada menos que un psicópata, y uno bastante inteligente y calculador.
Su historia no comenzó de la forma más grotesca como se esperaría, tuvo una infancia tranquila y 'normal' bajo el manto excesivo de sus padres.
Todo empezó cuando a sus cuatro años logró ver cómo su madre recibía una fuerte cachetada por parte de su abuela a través de la puerta entreabierta de su cuarto cuando debía de estar dormido.
Recuerda perfectamente ese momento, la forma en la que su abuela paterna histéricamente le reprochaba a su progenitora que era mala madre por no dejarlo salir a jugar con otros pequeños; la rudeza con la que estampaba su mano en la mejilla de mamá en un ademán de hacerla entender que los otros niños de su edad no eran un peligro; la manera en la que la sangre rojiza salía a borbotones de la nariz rota de su madre luego de escuchar un relajante 'crack'. Lo recordaba todo, en especial como abrió sus pequeños ojitos con pupilas dilatadas al escuchar el mugido de dolor de su madre y sintió una explosión en su pecho al ver tanta sangre caer en el suelo.
Su abuela tenía razón, sólo que le faltó un detalle que muchos pasaron por alto, el peligro no era el mundo de afuera, sino el diminuto retoño que pintaban de inocente, indefenso y puro en aquella casa tan 'perfecta'.
Cuando a los ocho años su madre lo vio ahogando un gato en la bañera, creyó que fue por culpa de sus compañeros de clase y lo sacó de la escuela para educarlo en casa.
Esa acción salvó a más de diez niños de morir en las manos de otro niño pelinegro que todos los profesores amaban; aún así, no quedó nada más que decir:
Grave error.
HoSeok se volvió más violento y agresivo en secreto. Y ese morboso placer secreto que tenía por ver sufrir a cualquier ser vivo, finalmente explotó a sus diez años cuando su madre lo encerró en un baño oscuro por sacarla de quicio.
Si había algo que a HoSeok le atemorizaba a esa edad, era la oscuridad y los insectos, que lo encerraran en un baño con esas dos cosas hizo que un sentimiento de venganza lo inundara.
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Skin, blood and bones
Fanfiction«-¿Qué tal está la comida? -su sonrisa salió a flote al igual que sus hoyuelos, pero esta vez era diferente, daban una vibra de maldad escondida. -Esta deliciosa, tiene un sabor inigualable -confesó con confianza en un ademán de ignorar el casi impe...