capítulo uno

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capítulo uno
sweet home











La gente suele hablar de más, algunos dicen que al estar frente a una situación peligrosa actuarían de manera heroica aunque al final resulten ser una bola de idiotas inservibles

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La gente suele hablar de más, algunos dicen que al estar frente a una situación peligrosa actuarían de manera heroica aunque al final resulten ser una bola de idiotas inservibles. Bueno, sucede lo mismo al tocar el tema del fin de la raza humana, o como algunos prefieren llamarlo Apocalipsis zombie. Por favor, esas criaturas no siempre ocuparan todo el puesto, al final algo peor puede llegar a sorprenderte más que un simple muerto viviente en busca de cerebros y carne humana, quizá los mismos pensamientos oscuros de las personas.


Invierno 2010
25 de Diciembre 01:30 a.m.





No entendía la razón de lo que sucedía, era solo una niña ahí parada a la orilla de la azotea. Las lágrimas que inundaban sus hermosos ojos brillaban a la luz de la luna. Los gritos de su madre la hacian desesperar, estaba confundida, temía por su padre y sus dos hermanos ahí dentro, pero era incapaz de hacer algo. Solo tenía 8 años. La primera lágrima resbaló por su mejilla y antes de dar un paso más sintió su brazo ser jalado hacia atrás y posteriormente ser arrastrada nuevamente al interior del edificio. Estaba descalza, su visita nublada a penas podía distinguir la silueta que la obligaba a correr escaleras abajo.
Los de seguridad intentaron detenerlos, pero ya era tarde, podía escuchar los gritos de su madre detrás de ella, sentía el frío pavimento bajo sus pies, el sonido del fuerte viento la aturdía y el frío la carcomía.

En ese momento un fuerte sonido la hizo detenerse, su mirada volvió al edificio y las llamas que surgían del piso en donde su familia se hospedaba. Su poca fuerza la hizo soltar el agarre de su brazo y correr de regreso, su hermano y su padre estaban ahí todavía. No podía irse sin ellos, los gritos que emanaba desgarraban su garganta, pero nuevamente la detuvieron. Su hermano, el mayor de los tres la sujeto por la cintura, pidiéndole en sollozos que lo siguiera, pero era imposible hacer entrar en razón a una pequeña que estaba perdiendo todo.


El invierno jamás había sido tan aterrador, nunca pensó que la Navidad podía llegar a ser tan cruel, al menos para ella. Esa fecha tan esperada por muchos niños se había llevado a dos de las personas que tanto amaba, su padre y su hermano ahora eran un cruel recuerdo abrumador en la vida de una pequeña que luchaba ante la negación de que ellos estuvieran muertos. ¿No era ella muy joven para esto?


























Verano 2020
23 de junio 03:40 p.m.

A poco tiempo de su cumpleaños 18, no podía emocionarse ante esa fecha, los últimos años su hermano solía pasarse el día de su cumpleaños en el trabajo, así que seguramente la pasaría en un cibercafé jugando con sus amigos. Había estado investigando sobre el día del accidente, afortunadamente había una que otra noticia donde se informaba de un chico que había logrado sobrevivir a tal acontecimiento. La esperanza de que su hermano siguiera por ahí con vida había regresado a su cuerpo. No estaba sola, su pequeño grupo de amigos se había dedicado día y noche a averiguar el paradero del sobreviviente, dando con un hotel de mala pinta.

──── No lo sé, ¿seguros qué esa es la dirección? ──── La rubia miraba de cerca la pantalla hasta que su cabeza fue empujada lejos del monitor.

──── Pero claro que sí, ¿acaso estas dudando de mis habilidades? ──── Esta vez habló un castaño con ramen en la boca, apuntando la pantalla y a su compañera con molestia.

──── Si, es lo que quiero dar a entender. Pedazo de cerdo. ──── respondió mordiendo el caramelo que llevaba en su boca.

Antes de que aquel chico reaccionara fue interrumpido, alguien más se había unido a la conversión.

──── Cierra la boca, Myung-Dae. Es asqueroso. Como sea, ¿iremos a ese lugar? A tu hermano no les gustara eso, Eun-Ji. ──── la castaña miro a la chica frente al monitor.

──── Podemos inventar algo, somos buenos en eso, a excepción de Myung-Dae y Min-Joon. La última vez fuimos suspendidos por culpa suya. ──── El pelinegro que jugaba en uno de los ordenadores al costado había hablado, no parecía interesado pero tampoco tenía intención de abandonar a su mejor amiga en esa situación.

──── ¿Qué dices, imbécil? Dada y yo hicimos un buen plan. ──── Respondió el menor de la familia Lee, y ante su comentario todos los demás negaron exhaustos a excepción de Myung-Dae quien comenzó a reír junto a su amigo.

Anotó la dirección en su móvil y se aseguró de apagar el monitor para seguidamente levantarse y comenzar a estirar un poco. La rubia a su lado la miro arqueando la ceja esperando la respuesta definitiva, la cual era bastante evidente.

──── Iremos esta noche. Pero solo iremos tres personas, el resto se encargará de cubrirnos.












La tarde paso rápido, ahora el grupo completo esperaba el autobús que llevaría al trío hasta aquel lugar en donde posiblemente podrían asaltarlos apenas bajaran del vehículo, en unos minutos ya se encontraban despidiéndose no sin antes haber repasado el plan una última vez. Eun-Ji, Boom-Young y Gyeong-Hui subieron al autobús tomando asiento de inmediato.

Ninguno estaba del todo seguro, pero al menos tendrían una anécdota más de fracaso en sus recuerdos. Tampoco perdían del todo sus esperanzas, ese viaje se llevaba con ellos todos esos días de investigación y noches sin dormir bien. Uno de los celulares comenzó a timbrar, pero ninguno tomó atención ante los nervios que los carcomía por dentro.































Por fin habían llegado, no era tan noche un par de niños jugaban fuera del edificio con quien parecía ser su padre, otras personas salían y entraban continuamente, quizá algunos iban a sus trabajos y otros recién llegaban dispuestos a tener un buen descanso. Después de un par de miradas cómplices se adentraron al edificio, yendo directamente a lo que parecía ser la recepción.

──── ¡Hola, bienvenidos a Green Home! ¿Cuàntas noches desean alquilar? ──── El Guardia que los recibió parecía muy amable pero ninguno de los tres estaban muy interesados en eso. El chico fue quien decidió hablar.

──── Buenas noches, estamos buscando a Sang-Wook. ¿Esa persona se hospeda aquí?

Hubo un silencio por unos minutos, Eun-Ji ante eso comenzó a sentirse nerviosa pues el rostro del guardia había pasado a ser de total desagrado. En eso una joven que aparentemente tenía la edad que ellos o incluso menor apareció. Ella soltó una pequeña risa sarcástica.

──── ¿El mafioso? Seguramente esta haciendo sus negocios sucios por ahí. Puedo llevarlos a su habitación, deben ser clientes importantes. Déjenme adivinar, vienen del centro de la ciudad parece que viven muy bien.

──── Sí, adivinaste. ¿Puedes llevarnos al departamento?

Ella asintió y sin más dio vuelta para ir rumbo al elevador, que al abrir sus puertas dejó ver a otro joven muy extraño. Su mirada estaba clavada en su móvil, su cabello era un completo desastre y ni hablar de su ropa. El extraño salió sin despegar la vista del videojuego en el móvil, soltando un grito molesto dando a entender que había perdido. En ese momento intencionalmente, ante el movimiento brusco realizado su codo golpeo el brazo de Eun-Ji quien se sobresalto ante eso. Ambos se miraron, el estaba asustado y avergonzado mientras que ella reía suave un tanto sorprendida.

──── Lo lamento... No quería. ──── Dijo en murmuro, ella afortunadamente logró escucharlo. Ambos se realizaron una reverencia y previamente el salió huyendo del lugar guardando su móvil en el bolsillo de su pantalonera.

𝘿𝙀𝙅𝘼 𝙑Ú -  𝙃𝙮𝙪𝙣 𝙎𝙤𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora