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Paseaba como de costumbre por las calles
en busca de algo que me motivara, miles de veces que había pasado por los mismo callejones durante años que ya buscaba sin esperanza alguna, hasta haciéndome replantear el mudarme a otra ciudad, tal vez a una mas grande, en busca de más emociones, sin embargo, mis pensamientos quedaron colapsados cuando por el ruido de la campanilla de una tienda me hizo alzar la vista, en lo primero que me fije fue en como su rostro era terso, perfecto, sin una pizca de arrugas a pesar de verse desgastada por los años, de un blanco lunar, vestida completamente de un traje ceñido y oscuro que resaltaban sus curvas, alta y esbelta, parecía mirarme pero no estaba seguro, sus ojos azabaches no me aseguraban en que direccion miraban acertadamente pero de lo que si estaba seguro es que no era una simple atracción, habia algo mas, sentía que estaba dispuesto a hacer lo que fuese por ella.

Ambos nos encontrábamos inmóviles, pero especialmente ella, no la había visto ni pestañear, siquiera se hacía de notar su respiración, es como si realmente no estuviera, no veía que nadie le prestara especialmente atención excepto yo, dudaba si tenía la fuerza de voluntad necesaria como para acercarme a ella y entablar una conversación trivial de la que poder sacar algun tema, para luego tal vez pedirle ir a tomar un café o lo que estuviera a su gusto.

Mientras peleaba internamente conmigo mismo sobre lo que hacer, también me decía que si no daba un paso, posiblemente iba a perder ese rayo de luz que tanto anhelaba en mi vida, el miedo y la desesperación que que tanto me angustiaba el volver a sentir lo que era mi vida antes de verla me hizo dar pasos inconscientes hacia ella, y asi fue como paso tras paso casi estaba por estar a  centimetros de ella, pero repentinamente todo oscureció y se marchitaba a mi alrededor.

Desesperado gritaba por ella, sentía una presión en el pecho, era como si la necesitase para respirar, frenético daba vueltas en la oscuridad, no podía perderla, no ahora que al final la había encontrado, mi esperanza para vivir verdaderamente.

Voces empecé a escuchar en lo lejano, era una mujer, ¿Y si era ella? La emoción se invadió por todo mi cuerpo, intentaba contestar pero parecía que no me escuchase, me estaba volviendo loco, necesitaba salir de aquí, no puedo quedarme, quiero estar con ella...La ansiedad fue aumentando y cada vez más , me iba encontrando agitado, el extraño lugar negro empezó a dar vueltas, haciendo así que me desesperase todavía más, me empezó a doler la cabeza, todo me daba vueltas, sentía una presión en el pecho y el corazón me latía sin cesar, quiero ir, quiero verla.


ManiquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora