Capítulo 3

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Niñera

La luz que entra por la puerta me despierta. Guiñando los ojos entreveo el perfil de mi madre muy cerca. Al principio no entiendo lo que dice, pero después sus palabras me resultan más claras.

—¡¿Qué haces durmiendo?! —me grita.

¿Y qué quiere que haga? No tengo clases.

—¿No me escuchas? Tienes qué estar en casa de los Duro en quince minutos.

Me incorporo rápidamente en la cama. ¿Cómo qué quince minutos?

—¿Cómo? —susurro, aún un poco dormida.

Mi madre se cruza de brazos sin quitarme el ojo.

—He hablado con Julia hace dos horas y me ha dicho que hoy entraba antes a trabajar, así que te tienes que quedar con Maddy en.. —se calla para mirar su reloj de muñeca. —Diez minutos. ¡Levanta!

¿Alguien me recuerda por qué acepté quedarme con esa niña?

Por Ian.

Claro, como todo lo que hago.

—Ya voy —digo.

Me levanto de la cama de mala gana. No me da tiempo a salir por la puerta cuando oigo a mi madre suspirar.

—¿No recogiste ayer el cuarto? ¡Está hecho un desastre!

—Lo recogí pero... ¡Mamá no me entretengas! —le digo intentado escabullirme.

Voy rápidamente al baño. Oigo los pasos de mi madre y respiro hondo cuando empiezo a oír sus quejas.

—¿No te dije qué me llamaras cuando llegaras a la casa? ¿Llegaste tarde no?

—Mamá no llegué tarde. Además me acompaño el vecino —le informo con una sonrisa en mi rostro al recordarlo.

Vuelvo a la habitación para arreglarme rápidamente. Cojo lo primero que encuentro en el armario, una camiseta gris de manga corta y unos vaqueros cortos.

—Por cierto, he hablado con Maya —me informa mi madre.

Como me vuelva a decir que su hijo Austin es muy guapo y qué no me vendría mal un chico cómo él, soy capaz de darme un cabezazo.

Me lo ha dicho ocho veces en este último mes. Y no, no exagero.

—¿Y? —pregunto mientras me termino de arreglar.

—A partir de mañana, todas las mañanas vas a tener clases de inglés. Y además te las va a dar su hijo, Austin —dice mi madre con su mejor sonrisa y con un tono de emoción.

¿Es broma, no? ¿Clases de inglés todas las mañanas? ¿Con Austin?

—Mamá...

—No me valen reproches, ni quejas ni nada —me advierte.

Respiro hondo y no digo nada. Es tontería discutir esto con mi madre, va a salir ganando ella.

Tres Razones Para QuererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora