Capítulo 23: "Un obsequio"

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"Bienvenidx a la habitación del miedo

Donde todas tus pesadillas cobran vida ahora

No podrías huir, no podrás huir..."

Shiel Takenashi


Narra Fumiko

Mi cara ardía en vergüenza, ¿qué había sido eso?, no tenía ni la mas mínima idea

Pero la emoción que me albergaba completamente era demasiada, sus palabras. Sus palabras habían enloquecido a mi pobre corazón sin saber el por qué

Le levanté del suelo y me acerqué a la cama para sentarme en ella, suspiro pesado dejándome caer de espaldas con una sonrisa

Estos días no había podido buscarlo por estar con Roger mirando algunas cosas respecto a lo del miasma cerca de la torre Eiffel

Al parecer ahí hay una brecha entre el tercer infierno tel mundo humano, eso es lo que está liberando a aquellos espectros. Y ahí también está el o la que conserva el libro negro

Aún no entiendo cómo se perdióese libro en primer lugar, suspiro con pesadez pasando mis manos por mi rostro intentando controlar mi sonrojo

Esto es extraño- murmuré, el sonido de la ducha me hizo saber que ya se estaba bañando

Mierda, está fría- gruño, reí sin poder evitarlo- no te rías- gritó desde el baño haciéndome estallar a carcajadas

(...)

Uno- reí a el, me miro incrédulo mientras tenía la mitad de las cartas del juego en sus manos, le sonreí

Ya es tarde, y está por oscurecer. He pasado todo el día con el, mirando películas y jugando juegos de mesa. Así como cantar algunas canciones o jugar entre nosotros

Y la que más me ha gustado, simplemente estar uno frente al otro mirándonos con sonrisas tontas

Me rindo- se quejó dejando caer todas las cartas a la cama, sonreí

Gane- dije a el

Haces trampa- se quejó

No es verdad- dije con el señor fruncido

Si la haces, tu sonrisa me desconcentra- se quejó, me sonrojo un poco apartando mi mirada de el

Ese no es mi problema- dije sería ocultando mi sonrojo, la risa de el llegó a mis oídos, le miré de soslayo

Quiero devolverte algo- dijo haciéndome verlo, estaba quitando una cadena de su muñeca, luego me la extendió

¿Devolver?- dije sin entender mirando la prenda, asintió

Es tuya, una ves se te callo y de ahí no te la pude devolver- le miré extrañada

No recuerdo la prenda- dije honesta, el pequeño dije de corazón rosa brillo por el brillo del sol que entraba del balcón, haciendo que un pequeño mareo me envargara

Talle mis ojos con mi mano con cuidado

¿Estás bien?- pregunto, asentí- permíteme te la coloco- le miré

¿Cual Era Su Nombre? (III Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora