VUELO 567

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Liam era muy conocido por ser alguien distraído y muy torpe, pero lo que le había ocurrido en esta ocasión ya era pasarse del límite.

Perdió su vuelo hace dos días, se suponía que tenía que llegar temprano al trabajo ese día, pero por despistado no alcanzó a llegar.

Le había rogado a una de las señoritas que, si le podía ayudar en algo, pero esta simplemente le dijo "Lo siento cariño, pero por el mal clima no estarán saliendo más vuelos".

Liam sólo pensaba "la vida me odia", pues, su celo empezaría en cualquier momento. Y así fue, esa noche en el hotel, su celo empezó, lo bueno y tal vez no tan bueno es que sabía cómo controlarlo... a veces.

Lamentablemente para nuestro omega, el próximo vuelo sería dentro de dos días y lo único que supo, fue que, el avión que tuvo que pagar, era un poco más caro debido a que era exclusivo para "ricachones y empresarios" como él decía, por lo que supuso que estaría lleno de alphas.

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- Ay Dios mío - suspiró el castaño, por fin se encontraba en el asiento del avión y, aunque con las miradas de los alphas, betas y omegas por el camino.

A pesar de todo, se encontraba tranquilo, por fin podría llegar al trabajo, hacer una carta de unas cien mil palabras donde redacte su disculpa, y así, continuar con su vida como si nada hubiera pasado.

A veces se preguntaba por qué demonios no lo despedían nunca, ha cometido muchos errores en esa empresa y aún sigue ahí, pero luego cayó en cuenta el nombre de una sola persona: Sophia, su mejor amiga.

Ambos trabajan juntos desde hace dos años y fue gracias a esta que Liam consiguió ese prestigioso puesto y trabajo. Ella lo rescataba en cada una de sus metidas de patas y él lo agradecía infinitamente. Pero ahora se encontraba muy nervioso puesto que, había llegado un nuevo jefe a la empresa, el hijo del jefe, o algo así le contaron. Él no quería dar una mala impresión, pero con días de retraso en el trabajo ya estaba acabando con su poca dignidad.

Poco a poco las personas fueron llenando el espacioso avión y eso lo hacía sentir muy nervioso, trataba de disimilar su celo, pero para los licántropos no pasó desapercibido su delicioso aroma, era muy embriagante su olor a flores, y, claramente, tampoco pasó desapercibido por aquel sujeto sentado en la zona VIP, que, sólo pudo suspirar y calmar tanto su cuerpo como mente.

[*]

Había pasado tan solo media hora del vuelo y Liam sentía como las miradas lo penetraban, se sentía incómodo y a la vez le dolía, le dolía no poder entregarse a un alpha guapo y dominante, que sea todo un dios, que le hiciera suspirar de tan sólo verlo.

Su olor se expandió por todo el avión y los pasajeros disimulaban, sobre todo alphas, no querer comer o devorar tal manjar.

- Disculpa - una dulce voz lo llamó, Liam miró a su lado izquierdo y vio a una azafata.

- Sí? - respondió con una sonrisa.

- Sabes... podría ayudarte - susurró la chica acercándose más a la oreja del castaño.

Por un momento Liam malinterpretó aquellas palabras y al parecer la joven se dio cuenta ya que soltó una risita baja.

- ¿En qué? - era obvia la respuesta, pero es que a Liam lo dejaron caer de la cuna cuando era pequeño y pues pendejito quedó de ahí en adelanta.

Soltando otra risita la joven volvió a hablar: - Mira, entiendo por lo que estás pasando, también sé que no lo vas a poder controlar más y créeme cuando digo que en cualquier momento querrás explotar, tengo un asiento VIP, ahí estarás más seguro de que te devoren casi todas las personas aquí presentes - aquella omega lo decía con sinceridad puesto que ella había pasado por lo mismo y fue una tortura.

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