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Dio un sorbo a su bebida -sin alcohol- observando las pequeñas porcelanas de aves que servían como servilletero, dejó la copa en el posavasos y alisó los bordes de la servilleta de tela la cual había deshecho de su bonita forma de cisne desde hace un par de minutos.
Observó alrededor para tener otras distracciones mientras aguardaba; notó que el restaurante estaba en su capacidad media, no era una buena ni una mala noticia, sin embargo, se permitió felicitarse por haber escogido un área alejada del centro para pasar la velada.
Necesitaba privacidad, pero también una excelente vista y buen vino -al menos para uno de ellos- esta noche.
Su mano viajó al bolsillo derecho, palpando la caja que había comprado desde hace poco más de un mes y aún no había entregado a su legítimo dueño...
Si tan solo supiera como hacerlo.
No era que le faltara tacto -era un hombre muy expresivo, sobre todo con aquellos que ama- inspiración -se vio las veinte películas más románticas de la década, según un listado de internet y con la ayuda de su cuenta premium del servicio de entretenimiento local, así que, tenía una o dos ideas para entregar el contenido de dicha caja.
Había descartado opciones: no en vísperas de una celebración mayor como navidad o año nuevo, tampoco lo haría en medio de un negocio, un centro comercial, cine, teatro o haría un espectáculo de sí mismo si llegara a cantar en medio de cualquier lugar inesperado logrando que su novio lo botase definitivamente.
Lan Xichen se fue por lo tradicional, pero infalible. Además con el bono extra de que sería en el restaurante donde recibió el primer "si" a una segunda cita.
Divisó una figura alta y delgada, vestido con una camisa color púrpura oscuro y pantalones negros; Lan Xichen tragó fuerte al notar el cabello semirecogido en una pequeña coleta, dejando un par de mechones sueltos de forma descuidada que lo hacían ver sumamente atractivo.
Tardó un par de segundos en notar que el hombre se veía un poco perdido, no era para menos, pues la mesa en la que aguardaba estaba en el otro extremo del lugar donde habían venido en ocasiones anteriores como su décima cita y sus respectivas graduaciones y primeros trabajos.
Era un lugar con buenos recuerdos y, solo por un segundo, Xichen temió que el otro lograra descubrir sus planes.
Eso podría facilitar o entorpecer las cosas. Pensó, pero decidió ignorarlo de momento.
Un mesero le indicó su dirección y una vez que sus miradas se cruzaron, el rostro del otro se tornó un poco rosado, haciendo que Xichen se diera una palmada felicitándose por escoger la camisa celeste de manga larga y dejara los dos primeros botones sin abrochar.
Sabía lo mucho que su novio amaba los pequeños detalles como ese y no dudaría en usar todas sus armas esa noche para obtener la respuesta deseada.
Tras un corto saludo —un beso sereno, suave de esos que decían "te extrañé a pesar de que nos vimos el fin de semana y hablamos todos los días" — su novio se sentó al frente, mirándole con el entrecejo fruncido, claramente confundido y algo curioso por el cambio de lugar.
—¿Por qué nos sentamos aquí? Dime que no olvidé un aniversario o tienes un nuevo trabajo del que no me habías dicho.
Lan Xichen soltó una pequeña risa, su A-Cheng era tan perspicaz.
—Descubrí que es más agradable aquí, ¿no te gusta? Podemos cambiar si quieres.
Aunque eso podría hacerles captar atención innecesaria, Lan Xichen quería complacer a su novio en el lugar donde se reunían para celebrar ocasiones especiales. Si él quería la familiaridad de lo conocido, entonces haría lo posible para conseguirla.
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5 intentos de propuesta y uno que no lo fue
FanficHacer la pregunta más importante de su vida a la persona que más amaba en el mundo -aparte de su hermano y su tío- debía formularse de la manera más especial posible... Tenía un plan infalible y a prueba de errores. Nada podría salir mal, ¿cierto? O...