03

2.5K 170 12
                                    

🚬

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🚬

Sabías que era consciente de lo que estaba causando en ti porque reforzó el agarre en tu cintura al sentirte estremecer a nada de derretirte en sus brazos.

—Shinichiro— susurraste enredando tus dedos en su cabello tratando de mantenerte en pie, sus manos se deslizaban como mantequilla por tu figura, tomo tu muslo para subirlo su cadera y acariciarlo con parsimonia.

—Mmh dime linda— hablo ronco, subió su rodilla en medio de ti hasta rozar tu entre pierna, te separaste de él para pegar tu espalda a su pecho y sin descaro contonear tus caderas contra su miembro.

Levantaste la mano hasta su nuca de donde te agarraste sintiendo como escondía su rostro en el hueco de tu cuello, su respiración era profundo e irregular, tomo tus caderas con fuerza chocando su pelvis con su trasero en una falsa embestida que los hizo gemir a ambos, entrelazaste tus dedos con una de sus manos hasta arrastrarla a tu pelvis.

La siguiente canción en sonar fue Dream Girl sincronizando tus movimientos con el ritmo siendo seguida por Shinichiro haciendo el roce constante, para este paso ya sentías tus bragas empapadas y el creciente bulto en el pantalón del pelinegro no ayudaba. Empujaste tu cadera hacia el volviendo a fingir auto embestidas, gemidos roncos salieron del chico, el agarre en tu cadera y tu mano entrelazada dolió por la fuerza que puso hasta que sentiste sus dientes encajarse en tu hombro que te hizo chillar y retorcerse en sus brazos.

Como si fueras una simple muñeca te giro con facilidad siendo recibida por sus labios al instante, hipnotizado por el sabor de tus labios agarro tu nuca reforzando más el beso, sus labios bailaban con lujuria hasta darle paso a sus lenguas que lucharon por el control, tus manos se deslizaron por su camiseta hasta meterse en ella y tocar su suave piel que se crispo con tu toque.

Deslizaste la yema de tus dedos por su abdomen sintiendo sus músculos no tan exagerados contraerse, con cuidado lo acariciaste hasta deslizarte por sus costillas y llegar a su espalda que recorriste por completo antes de volver a hacerlo, ésta vez usando tus uñas en el proceso.

Su piel se sentía ardientemente sensual a tu parecer y ya deseabas besarla con libertar, tomaron una pequeña pausa para respirar que no duró nada porque te volvió a acercar apretando tu trasero con ambas manos, un gemido salió de tu boca que con gusto acallo en medio de un nuevo beso, lo sentiste succionar tu lengua a lo que bajaste tu mano a su pantalón para jugar con el elástico de éste.

Rompieron el beso con un hilo de saliva manteniéndolos, sus respiraciones eran completamente erráticas, no fueron necesarias las palabras entre ustedes para salir de ahí esquivando a las personas borrachas o igual de enfrascadas en manosearse que ustedes.

Ni siquiera se tomaron la molestia de buscar una habitación porque sabían que a este punto de la fiesta ya debían estar ocupadas, para su suerte encontraron una sala de tv solitaria y que era iluminada solo por luz nocturna que entraba de las ventanas. Siempre pensaste que en una situación de estás no podrías hacerlo con la preocupación de que te vieran pero estando aquí y ahora fue lo último que te importó.

Shinichiro que venía detrás se aseguro de cerrar la única puerta, no contaba con un seguro pero lo solucionó con una silla. En cuanto se volteó saltaste a sus brazos ansiosa, por ti misma soltaste el corsé que le impedía desnudarte y eso hizo en cuanto tuvo libre acceso.

Dejándote en ropa interior te cargo hasta sentarse en el respaldo del mueble donde comenzó besar tu cuello, bajando por tu clavícula hasta chocar con el encaje rosa palo de tu brasier, deslizo sus manos por la mitad de tu espalda hasta llegar al broche de éste, levantó la vista para verte.

—¿Puedo?— preguntó con algo de duda pensando que lo rechazarías al no querer llegar tan lejos con él, solo asentiste dándole un corto beso.

Lo desabrocho con agilidad hasta soltarlo y deslizarlo por tus brazos, segundos después lo tenías succionando tu pezón haciendo círculos con su lengua sobre éste, con su otra mano le dio atención al otro tomándolo todo para apretarlo, con su dedo pulgar hizo círculos sobre tu botón para después pellizcarlo, luego cambio para meterse a la boca el otro dándoles la misma atención. Desde el primer momento te diste cuenta que no podrías mantener la compostura con él y callarte por lo que no parabas de gemir jalando de su cabello.

—Shinichiro~— lo empujaste para que se alejara y pudieras quitarle la camiseta, su piel se veía tan tersa como se sentía por lo que no dudaste en sentarlo en el sofá antes de inclinarte sobre él, besaste su pecho bajando lentamente por el abdomen hasta llegar a su pelvis donde desabrochaste su pantalón y con su cooperación lo sacaste, pudiste ver la mancha húmeda de pre-semen en su bóxer, lo miraste un momento viendo como se mordía el labio inferior esperando a que lo tocaras.

Moviste el elástico hasta liberar su miembro venoso y enrojecido que parecía gritar por atención, curiosa por probarlo metiste su glande en tu cavidad bucal succionando el líquido de este, pasaste tus manos por su pierna hasta llegar a su testículo que mimaste mientras usabas la otra para bombear el falo caliente y duro del pelinegro.

Miraste a Shinichiro quien tenía la cabeza echada para atrás  y una de sus manos tapando su rostro.

—Mírame— reclamaste obteniendo su atención, sin apartar tu vista de sus ojos negros engulliste lentamente todo su largo hasta donde pudiste, Shinichiro frunció el ceño soltando un gemido, movió tu cabello para que estorbara a la excitante vista que le dabas.

—Ahh~ _____— jadeo a lo que tomaste su mano dejándola sobre tu cabeza en una silenciosa invitación a que tomará el control.

Lo que no esperabas era que agarrara tu cabello con fuerza empujándote de golpe hasta la base de su pene, lo hizo sin parar una y otra vez, tus ojos se llenaron de lágrimas sintiendo el dolor en tu mandíbula y cuello que preferiste ignorar por lo dominante que estaba siendo.

—Ah mierda— se detiene de golpe y te deja incorporarte un poco creyendo que te dejará descansar pero a último momento vuelve a hundirse en ti hasta que lo sientes disparar su esencia viscosa en tu garganta.

Necesitaste un tiempo para recomponerte mientras sobabas tu cuello por el leve dolor de semejante invasión.

—Perdón— viste el rostro fruncido en preocupación y arrepentimiento del pelinegro a lo que solo sonreíste quitándole importancia.

—No estuvo tan mal— quisiste reconectarte en la línea de pensamientos y sensaciones que tenían momento antes.

Escalaste por su cuerpo hasta quedar sobre nuevamente juntaron sus labios mientras sostenías su rostro y él jugueteaba con sus manos por tu cuerpo, enredo sus dedos en el elástico de tus bragas con amague de quitarlas pero no lo hizo, bajaste tu cadera hasta chocar con su miembro que comenzaba a despertar nuevamente, refregaste tu intimidad con la contraria logrando pasarlo por tus pliegues y por unos segundos tocará tu clítoris. Las manos de Shinichiro se adentraron en tu ropa interior separando tus nalgas y empujándolas contra si. El solo roce se hizo tortuoso por lo que pronto te viste levantándote para quitar tus bragas y alcanzar la pequeña cartera que llevabas contigo, sacaste el pequeño sobrecito platinado que sería el mejor amigo de ambos esa noche. Un condón. Lo abriste con cuidado para deslizarlo sobre el falo del chico antes de regresar a la posición anterior.

Shinichiro se encargo de hacerse camino en tu cavidad manteniendo una penetración mínima que solo te frustro, rodeas su cuello con tus brazos antes de llevar tus labios cerca de su oído, te dejaste caer de golpe haciendo que tus paredes se contrajeran por la afanada intromisión, el pelinegro no se lo esperaba haciendo que un jadeo casi gemido saliera disparado por su garganta se aferro a tu cadera queriendo mantenerse quieto unos segundos más en tu cálido interior antes de dejarte montarlo con gusto.

Sus manos se dejaron caer en tus caderas dándote la libertad de balancearlas de arriba hacia abajo en pequeños círculos, comenzaron de forma lenta buscando que ambos se adaptarán al ritmo hasta encontrar total placer en cierto punto, Shinichiro rodeo tu cintura con un brazo para tenerte mas cerca y poder probar tus pechos, diste un sentón alcanzando tu punto dulce que te hizo chillar, repetiste el movimiento obteniendo el mismo espasmo él también lo disfrutaba, en especial cuando tomaste un ritmo desenfrenado que chocaba sus piel con brusquedad haciéndolas arder, tus pechos rebotaron en toda su cara sintiendo que estaba en el paraíso.

Tus gemidos desmedidos, la capa brillante de sudor en ambos, el sonido seco de su piel chocando cada vez más rápidos al igual que el hormigueo creciente en su pelvis y los espasmos presentes en tu interior que relajaban aun más tus músculos vaginales y hacía mas profunda la embestida, bufidos y gruñidos salían de él, apenas lograban dar bocanas de aire antes de soltarlas nuevamente por la excitación.

El temblor en tus piernas se hizo presente dando aviso a tu cercano orgasmo, estabas cansada a lo que la velocidad se hizo inconsistente pero rápidamente fue llevada por el pelinegro que se negaba a disminuir a este punto. Fuiste tirada al sofá ahora teniéndolo sobre ti, volvió a introducirse en una estocada, enrollaste tus piernas en su cintura y el elevo un poco tu trasero, teniendo el control de las embestidas se dio rienda suelta a lo que quería.

Entraba en ti con agilidad sin darte tiempo a procesarlo, su mano izquierda llegó a tu cuello donde ejerció algo de fuerza sin cortarte la respiración, volvió a subirte un poco más enterrarse mas profundo.

—Vamos~ gime mi nombre— dijo con los dientes apretados tomando un fuerte impulso que te hizo gritar —Di que eres mía— llevo su otra mano a uno de tus pezones comenzando a pellizcarlo sin cuidado alguno. Te estaba destrozando en todos los sentidos y no eras capaz de razonar sus palabras ni comprender si tus lágrimas eran de dolor o un síntomas del gran orgasmo que llegó, los músculos de todo tu cuerpo se vieron contraídos soltando un grito con su nombre en medio.

¿Piedad? ¿Qué es eso, se come?

Sin dar tregua bajo la mano de tu cuello hasta llegar a tu clítoris y atacarlo con rapidez, también estaba al borde del clímax pero estaba aguantando un poco para sobre estimularte. Tenía la esperanza de que esto no fuera algo de solo una noche pero era consciente se que era lo mas probable, después de todo tu eres la hermosa y genial ____ Kobayashi y el solo Shinichiro Sano, un debilucho pandillero y perdedor con las mujeres, así que como mínimo dio su esfuerzo en que lo recordarás al menos por unos días.

Un segundo orgasmo te golpeo y rogaste a que se detuviera porque jurabas estar al borde del desmayo, un placentero desmayo. Shinichiro dio las últimas estocadas antes de correrse dentro del látex y buscar un poco de descanso en el hueco de tu cuello y hombro. Ambos con el torso desnudos encima del otro, podían sentir el desenfrenado bombeo de sus corazones y el intento de sus pulmones por regularizar sus respiraciones, la capa de sudor sobre sus cuerpo se comenzó a sentir fría con su regreso a la realidad. El pelinegro con algo de fuerza recuperada se reincorporó tumbándose en el sofá mientras terminaba de asimilar lo sucedido y llenándose de incertidumbre al no saber que pasaría luego de eso, se quitó el condón y lo anudo para buscar con la vista una papelera donde botarlo.

Tu mentalmente te cuestionabas si podrías levantarte sin que temblaran tus piernas, aun así te sentaste pudiendo ver al pelinegro buscar algo con la mirada pero no prestaste gran atención. Tomaste tu teléfono para ver la hora notando un mensaje de tu hermana en la bandeja de notificaciones.
¦Me quedaré a dormir en casa de mi novio pero si necesitas que te pase a buscar no dudes en llamarme, cuídate linda¦

Contestaste su mensaje y tomaste el impulso para pararte y volver a poner en su lugar tu ropa interior, con la liga que siempre llevabas en la muñeca recogiste tu cabello en una cebolla improvisada.

—¿Ya te vas?— Shinichiro llamó tu atención mientras intentabas ponerte la camiseta y abotonarla, se veía algo decaído por tus acciones —Solo era algo esto— murmuró pensando que no lo oirías por lo que te acercaste a él para sentarte en su regazo y rodearle el cuello.

—Yo tenía la idea de seguir en mi casa— ronroneaste con suavidad volviendo a tenerlo en tus manos —Quizás podamos tener algo interesante— ladeaste un poco la cabeza consiguiendo que sus labios se rozaran y pronto se unieron en un nuevo beso para los dos que no llevaba lujuria ni deseo desbordante en cada movimiento.

N/a: Les deseo feliz año y hasta aquí llego este One shot, igual y puedo sacarles más partes pero eso ya a su decisión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

N/a: Les deseo feliz año y hasta aquí llego este One shot, igual y puedo sacarles más partes pero eso ya a su decisión.

One Shot Shinichiro SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora