Parte 4

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Despacio y con suaves pasos se hizo presente la existencia de Fedora en el salón. A pesar de sólo haber dormido casi cuatro horas y haber tomado un baño ella aún se sentía débil y a su vez asustada por todo lo que había pasado anteriormente aunque sabía que no había sido real. Con cuidado asomó su cabeza en el interior de la sala detallando cada rincón y se sorprendió cuando lo vio a él allí

Estaba sentado sobre el mueble, ligeramente inclinado hacia adelante con los codos sobre las rodillas. Tenía el rostro enterrado en sus dos manos

- ¿Gonzalo?- el se tensó al escuchar su voz, se veía tan perdido, tan vulnerable- Creí que había sido un sueño, no puedo creer que estés aquí, tanto tiempo- una ligera sonrisa de felicidad adornó su rostro

No había sido un sueño

Él estaba junto a ella

Todo era real

- ¿Te encuentras mejor?- preguntó preocupado mientras caminaba hacia ella

Se miraron a los ojos y por un segundo ambos recordaron esos momentos en los que fueron inseparables, esos momentos en los que no les importaba nada más que la compañía del otro. Esos momentos en los cuales ellos se amaban más que a nada y nisiquiera eran capaces de percibirlo

- Estoy bien- el suspiró, claramente no era cierto y eso lo estaba matando por dentro-te quería ofrecer una disculpa Gonzalo- habló algo avergonzada-la situación en la que me encontraste, había bebido de más ... en fin gracias por ayudarme y bueno no tenías que quedarte, hoy deberías estar celebrando, es un día especial- añadió con una de esas sonrisas que solía desarmarlo por dentro

Pero en realidad ella no estaba bien y el lo sabía. Una ligera lágrima recorrió por la mejilla del joven

- Gonzalo, ¿qué te ocurre?- preguntó con obvia preocupación cuando se percató de eso

- Es mi culpa- por fin habló

- ¿De qué hablas?- ella aún no entendía el punto- ¿También has estado tomando, verdad?- suspiró luego de ver la copa vacía que descansaba sobre la mesita

- Por mi culpa estas así, Fedora Perdóname por favor- suplicó, se tiró al suelo y la abrazó por las piernas implorando un perdón, había tanta tristeza en su mirada

Ósea que eso era

Ella negó lentamente, su mirada se comenzaba a cristalizar- Gonzalo no hay nada que perdonar, tú nunca me has lastimado y no puedes culparte por eso, por favor levántate

- No- el indicó aún sosteniéndola-Todo es mi culpa, jamás debí dejarte

-No fue tu culpa- Se secó las lágrimas que inconscientemente habían abandonado sus ojos

-¡Fui tan estúpido!- la soltó de momento y se pasó los dedos por el pelo con desesperación- ¿cómo pude dejarte?- Se puso de pie- ¡Me odio!- pateó con mucha ira uno de los muebles, ella jamás lo había visto así tan enojado

-Gonzalo nada fue tu culpa, tú...

-¡Deja de decir eso!- por primera vez él le gritó- ¡Tú confiabas en mi y yo te traicioné!-cayó de rodillas respirando con dificultad-Estás así por mi culpa- murmuró con tristeza

Fedora se arrodilló frente a él sintiendo su dolor. Sostuvo su cara con ambas manos mientras que las lágrimas corrían por su cara

-No puedes culparte por esto- su voz era ronca

- Te dejé sola-repitió con los ojos llorosos. El corazón de ella se rompía por él-Te extraño

Ella no pudo más y presionó su frente contra la de él como hacía unas horas lo había echo pués también lo extrañaba y mucho, vivir sin él se le había echo una tortura

-No sabes como odio todo lo que has vivido- susurró llevando las manos a la cara de la mujer- Odio verte tan mal y gran parte de eso es mi culpa- sus pulgares frotaron las mejillas mojadas de ella

-No lo es Gonzalo- repitió nuevamente, le pareció tan inapropiado ese impulso de besarlo ahora

-Fedora- tragó saliva, su pecho ardía- Sé que no puedo eliminar el dolor, pero yo...- las palabras estaban clavadas en la garganta desde hacía ya mucho tiempo pero él sentía que las tenía que decir antes de que quemaran su corazón-Te amo- susurró saboreando las lágrimas saladas en su boca. El cuerpo de ella se tensó e inconscientemente no pararon de salir lágrimas de sus ojos

-Gonzalo...yo- él apretó los labios suavemente contra los de ella silenciándola

Un destello de electricidad los envolvió a ambos, el beso fue suave, lento como si quisieran saborearse y recorrer despacio cada rincón de los labios del otro. Era un beso que sabía a prohibido, a "Te extrañé". Ellos estaban en el cielo, nunca antes se habían sentido tan completos en sus vidas como cuando estaban juntos. El mundo que los rodeaba desapareció, sus sentidos sólo estaban enfocados en besarse. Todo lo que ellos necesitaban estaba allí mismo, en ese beso. Fedora enredó sus dedos por el cabello desordenado de Gonzalo disfrutando de la suavidad del mismo

A regañadientas, Gonzalo rompió el beso, sus pulgares acariciaron las mejillas de su amada. Se miraron a los ojos en silencio. A veces las palabras son redundantes. No necesitaban decir nada más porque ellos podían leerlo todo en los ojos del otro pero él también necesitaba escuchar algo de los labios que con tanto amor y añoranza había vuelto a besar, él necesitaba que ella también abriera su corazón

Lentamente y aún sin pronunciar palabra ambos se pusieron de pie sin romper el contacto visual
-Fedora...¿tú qué sientes por mi?

***

Escribir esto no fue fácil, mi Gonzalo😢... lo quiero abrazar también 😭

Bueenoo pero ya tienen lo que querían... kisses 😘... espero les halla gustado bye . Ok no, esto aún no termina guapuras, ya no los interrumpo así sigan leyendo

FEZALO: Capítulo Especial ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora