Ella se puso a recordar cada momento que vivieron juntos, las miradas, los besos, los abrazos, todas las veces que Gonzalo arriesgó su vida por defenderla y su corazón palpitó fuertemente
Desde que él se marchó ella jamás volvió a ser la misma, su corazón iba cerca del dolor, no sabía vivir sin sus brazos y aunque intentó nunca supo como arrancar esos millones de recuerdos y eso le dolía
Le dolía el olvido, la volvía loca el echo de suponer que él ya no pensaba en ella mientras que en su corazón sabía que jamás podía olvidarlo
Dejarlo atrás había sido un castigo y más que nunca la soledad se había convertido en su principal enemiga. Le dolía no poder ver una salida a ese sentimiento, era una herida que nunca cerró; una herida que nunca sanó en su vida... un amor que siempre perduró en su corazón
Ella no podía vivir sin él pero se sacrificó, sacrificó su amor por tal de hacer lo que las personas consideraban que era "correcto", se sacrificó por hacer felices a los demás dejando atrás y bien guardados sus verdaderos sentimientos
Porque la respuesta era más que obvia y la palabra amor se quedaba corta comparada con la explosión de sentimientos que ella sentía estando a su lado pero aunque esa fuera la realidad, no podía hacerlo...no podía darle rienda suelta a sus sentimientos porque si lo hacía, esta vez no habría vuelta atrás
- Yo no...- ella lamió sus labios- esto es una locura, es mejor que ya no volvamos a vernos porque esto está mal-sonaba como si se estuviera convenciendo a sí misma y no a él
- Entonces ¿qué es lo que está bien? ¿negar lo que estamos sintiendo?
- Estás comprometido con Lorena, ella te adora... no se merece esto Gonzalo
- Fedora mi relación con Lorena ya se acabó- ella lo miró sorprendida pués no estaba enterada de la situacion- no podía seguir manteniendo esa farsa y mucho menos llevando una vida desdichada a su lado
-Gonzalo eso no es lo único que nos separa, el destino no nos quiere juntos y esto se trata de que somos personas responsables, además ya le habíamos puesto fin a esto, no podemos volver a caer
-El destino se empeña en hacerme pensar en ti todo el tiempo, Fedora esto se trata de dos personas que se mueren de deseo-Él se acercó a ella con lentitud acortando aún más la poca distancia que tenían haciéndola sentir nerviosa
-Necesito que me ayudes porque yo no voy a poder soportar esto- rogó ella sin verlo a los ojos
-Te juro que no puedo, esto es algo mucho más fuerte que yo y todo esto que me dices no es más que miedo, un miedo que te paraliza... un miedo que te obliga a renunciar a esto que sientes con todo tu cuerpo y tu corazón- Enterró su cara en el cuello de Fedora sintiendo su delicioso y embriagante olor, sus labios hacen contacto con la delicada piel de su cuello y ella se estremece-Dime que me detenga y te juro que no te molesto nunca más, me alejo de ti pero voy a pasar el resto de mi vida arrepentido de haber escapado en un momento de verdadera felicidad y tú te vas a lamentar que no lo viviste por cobardía. Dime que me aleje- Continuaba dejando besos húmedos por todo su cuello-pídemelo y te juro que no te molesto más- La miró a los ojos encontrando un profundo deseo que lo desarmaba, sus narices se rozaron mientras se mezclaban sus aceleradas respiraciones-Dime que me valla-insistió-Dímelo-Sus ojos profundos no se desprenden de los de ella
Dios, era tan difícil controlarse, se moría por besarlo pero cuando sus labios estaban a punto de encontrarse ella echó la cabeza hacia atrás y se aleja de golpe
-No
Gonzalo la mira desconcertado- Es eso ¿cierto?
- ¿De qué hablas?- preguntó incrédula
-No me amas como yo a ti- Bajó su rostro con decepción
