Aquella mañana

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Y un día te levantas
Sientes que no estás solo
Que se ha colado un intruso en tu clohaca,

Te quitas las legañas de los ojos
Y miras a tu lado,
La ves borrosamente

Sonriendo perversamente en tu interior
Le coges la mano,
Casi con miedo a romperla

Tímido al rozarle los labios,
Es extraño el sentimiento
Ese que ha desbocado en ti
Calido y singular

Astio desvarío piensas
Cómo tal musa digna de dioses
Charco del mas puro río

Ha acabado en tu cama
Ha acabado en tu vida
Y ha acabado con la soledad

De aquella mustia chusta
Que la esperaba en la esquina
De cualquier polvoroso bar

Amanecer de un árbol claustrofóbicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora