⫻Uɳ ƈαɱႦισ ραɾα ʂραɾƚα⫻[Cap-3]

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Narradora

Un chico de cabello castaño se encontraba sólo sentado en una silla del receso, parecía muy hundido en sus pensamientos, sólo miraba el suelo sin mover su mirada hacía otro lugar.

Sin percatarse que una gota de agua calló gusto en el lugar que observaba.
En ese momento levanto la mirada y sintió como sus mejillas se encontraban mojadas, se tocó levemente los ojos y se dio cuenta que estaba llorando.

- ¿¡Po-porque estoy llorando..!? - Se dijo a si mismo - De-debo ser fuerte... ¡Se lo prometí! Prometí que sería fuerte, lo prometí por ella - El chico no se daba cuenta que por cada palabra que decía más el llanto lo dominaba -

Un chico que pasaba por ahí se percató de Sparta, y sin dudarlo se acercó a el.

- ¿É-stas bien? - Pregunto un chico de cabello marrón claro, ojos color celeste que traía puesta una camisa azul y unos pantalones cortos de color verde -

Sparta reaccionó al instante y miro al chico de mirada preocupada.

- ¡Y-yo e-estoy bien! No no debes preocuparte por mi... - Dijo mientras se limpiaba las lágrimas y fingía una sonrisa -

- ¡No me mientas!.. - Dijo algo molesto - Puedes decirme. - Dijo mostrándole una dulce sonrisa - ¿Cómo te llamas?, yo soy Agapito pero puedes decirme Aga.

Sparta miro al tal Aga y miro de nuevo el suelo.

- Mi-mi nombre es sparta356 - Con las mejillas algo ruborisadas, tomo sus anteojos que se encontraban a su lado y se los puso -

- ¿Usas lentes? ¡Te quedan bien!. - Dijo tratando de levantarle el ánimo -

- En realidad no son muy necesarios, sólo debo usarlos para leer pero me gusta tenerlos todo el tiempo. -

- Sabes que si los usas mucho tiempo te harán sentir mal ¿Verdad? -

- Creo que por eso siempre me duele la cabeza... -

Aga y Sparta hablaron y rieron juntos, se hicieron muy unidos y pasaron juntos el resto del receso.


El tiempo pasó volando y las clases ya habían terminado, Sparta y los demás se separaron mientras de dirigían a sus hogares, Mayo, Rius y Mike fueron por el mismo camino y Flex tomo otro, dejando a Sparta sólo.
Pensó por un momento... Y decidió ir por otro camino, decidiendo no ir a su casa.

Paseo por el centro de la ciudad, donde había supermercados, almacenes, tiendas de ropa y... Un gimnasio...

El se paró frente a la puerta, y empezó a recordar lo que le dijo ese chico de mechones morados.

!Gordo! !Gordo! !Gordo! - Era lo único en lo que podía pensar -

Se sentía mal consigo mismo... Tomo aire y entro al lugar.

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Pasaron unos meses, desde que Sparta entro al gimnasio, e iba todos los días después de la facultad, era delgado y ya no era el debilucho de siempre, el ya había cambiado, su figura era "sexi" en algunas palabras, pero aún así siempre se cubría con su grande sudadera celeste para ocultarlo, no quería que pensarán que lo que dijo ese "idiota" lo había hecho sentir tan mal como para ir a un gimnasio a perder peso.


Era un día como cualquier otro, el chico de sudadera celeste se iba al gimnasio de siempre, saludando con todo aquel que se cruzaba, el estaba de muy buen humor y nada ni nadie parecía poder hacerlo cambiar de ánimo.

Entro al lugar, se quito la sudadera quedando en una musculosa color negro que dejaba ver su ombligo.

Se agachó para agarrar una pequeña pesa, de unos 10 kilos.

Se paró firme, levantaba y bajaba la pesa, dando respiro a hondos.

Sparta se encontraba en frente de un gran espejo, viéndose a el ya todo lo que estuviera detrás.

Cuando vio a dos personas entrar, se quedó paralizado, eran dos chicos de la facultad, recordaba muy bien sus rostros. El chico llamado Invictor y un chico de ojos bicolor.

Se escondió detrás de un estante de pesas, tratando de ocultarse de ellos, el pensaba que si lo veían se burlarían de el por tomar mal el chiste del chico de mechones morados.

Movió su vista a el espejo para ver si los veía nuevamente, al parecer ya no estaban, el castaño dio un suspiro de alivio y trato de levantarse.

Cuando ya se había puesto en posición para pararse logró ver unas zapatillas tipo converse color blanco y negro en frente de el, alzó la mirada y vio al chico de ojos bicolor, dio un salto de sorpresa al verlo.

- Vaya vaya... ¿Pero que tenemos aquí? Al gordito del salo- -

El chico bicolor se sorprendió al ver la figura de Sparta, era delgado y se lograban ver como se formaban unos abdominales en su estómago, sus mejillas se tornaron de un color rojizo al verlo.

- ¡¿Sp-sparta, eres tú?! -

- Por favor no te burles ni me digas gordo ahora, si ya puedes ver ¡Que no lo soy! - Dijo con un tono molesto -

El chico castaño se levantó y tomo su sudadera, se la puso, agarró una pequeña mochila y se fue.

El chico de sudadera roja miro como sparta se iba, y bajo un poco su mirada a su trasero, sonrojándose más, tapó su cara con sus manos y sólo espero a que se fuera.

- ¡Hey Raptor!. ¡Ven que no puedo levantar la pesa sólo! -

- ¡Y-ya voy Víctor! -

El bicolor saco sus manos de su rostro y corrió con su amigo.

El resto del día sólo pensó en Sparta, en su dulce rostro, su lindo cuerpo ¿Y su sexi trasero?.

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No sabía por que pensaba en eso, no sabía porque pensaba en el, pero si sabía... Que tenía algo en mente...

Cuando ya planeo lo que haría con Sparta soltó una risa pícara, alarmado un poco a Víctor que caminaba junto a el.

Pero el sólo lo ignoro y no pregunto, aunque sentía saber sus intenciones...






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* • .¸ ♡Desde el callejón♡ ¸. • *ʍǟʏɨƈȶօʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora