capitulo 7

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B: dónde estamos?... (Dijo Confundida, volteaba a ver a todos lados intentado reconocer el lugar)

A: en mi apartamento, estábamos cerca... vamos, necesitamos hablar,

B: no sé si es conveniente que estemos acá

Antes de que terminará de hablar el estaba abriendo su puerta, ayudándola a bajar... Sus actitudes la dejaron pensando, se dejó guiar por sus manos, y pronto estaban en su apartamento.

A: pase siéntase cómoda... él se quitó el saco y dejó el saco en una silla.. Gusta algo de tomar... seguro jugó de mora... (Dijo sonriendo...)

B: (sonreía...) Si por favor... (Deja su bolsa de lado y camina por el apartamento, un poco nerviosa, nunca había imaginado estar ahí).

A: (toman asiento en la mesa...) Cuénteme Betty en qué momento comenzó a considerar las múltiples ofertas de trabajo,

B: no lo sé, solo paso, me gustaría saber de qué soy capaz de llegar a ser.

A: entiendo, la verdad es que no soportaría, no verla en la empresa usted ha sido muy importante, para mi, hemos logrado grandes cosas, y me gustaría que lo siguiéramos haciendo después de que la empresa salga de su embargo, yo sin usted no podría haber conseguido todo lo que hemos logrado, usted es parte primordial en el éxito de la empresa. Yo la necesito Betty.

B: gracias doctor, por lo pronto solo estoy considerando mis opciones, amo muchas cosas de ECOMODA pero no sé si podría pasar toda mi vida.

A: ECOMODA la ama y usted están importante, especial, y sé que si no fuera por su guía, ya hubiera perdido la empresa, considere lo antes de tomar cualquier decisión que usted es irreemplazable, no hay nadie en este mundo como usted, yo la necesito

B: (sonríe tristemente...) Afortunadamente no existe nadie como yo, ja don Hugo lo agradece.

A: usted se equivoca, y el también... (La toma del mentón y le da una dulce mirada...) Porque le cuesta tanto cree lo... Usted es lo mejor que le a pasado a la empresa...

Se acerca peligrosamente a su rostro y besa la comisura de sus labios, al ver que no lo rechazo, se acercó a besar sus labios, ambos pudieron sentir ese beso en lo más profundo de sus entrañas, el beso continúo y se volvió más apasionado y profundo, haciendo que sus cuerpos se dejaran guiar por sus instintos, sin pensar en las consecuencias, se pusieron de pie y continuaron el beso hasta que sus cuerpos pedían cada vez más una del otro sus respiraciones estaban totalmente agitadas, expresado lo que sus cuerpos sentían, sus cuerpos estaba tan juntos que podía sentir perfectamente lo que pasaba con el cuerpo de su compañero, corrieron a la habitación para estar más cómodos pero esa pequeña pausa que tuvieron, hizo que Betty considerara lo que estaba a punto de pasar)

A: que pasa Betty, acaso no me desea, (con voz muy ronca)

B: si doctor, demasiado,

A: entonces porqué lo duda? Déjeme demostrarle lo que siento por usted. (No pierde más tiempo y la besa)

Quiere borrar toda duda de su ser, con besos y caricias, Betty no puede resistirse más y sede ante sus deseos. Estos besos eran aún más intensos y profundos, cada caricia tenía repercusión en todo su cuerpo podría sentir temblar por las intensas sensaciones y el deseo de sentirlo dentro de ella, se despojaron de sus ropas, desprender cada prenda era una caricia cada vez más intensa, sentirse piel a piel fue el éxtasis, sus cuerpos se recordaban, se extrañaban parecía una eternidad desde el último encuentro, la realidad es que cada, minuto que no estaban juntos era una tortura, los besos, las carisias, no eran suficientes, los genios inundaban y resonaban en todo el apartamento, provocaba que dejaran de lado cualquier temor cualquier duda, las peticiones se volvieron súplicas, necesitaban cada vez más uno del otro, unidos a cada movimiento era una experticia diferente, estar cada vez más profundo inundando su intimidad: Betty no podía más que rodear lo con sus piernas y aprisionar lo con sus brazos, besarlo apenas satisfacía sus inagotables deseos de que esa unión no acabará, sus cuerpos reconocían el ritmo perfecto para amarse y explotar al mismo tiempo, exhaustos casi inconscientes. Despertaron una hora después, sus pieles parecían unidas, les costaba separarse, el sudor de sus cuerpos los habían unido, terminaron tan exhaustos que ni siquiera se habían dado espacio para descansar.

NO SOY LA MISMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora