HUYE!

3.

Así pasan los días de lunes a viernes, tan simples que duelen.

 Ansiosa tomo el vagón un domingo por la tarde,  y como no es de esperar casi no hay gente, todo esta vació y aun así  siento una mirada pesada sobre mi, tal vez sea la ansiedad consumiendo mi existencia, la soledad acechando mi cabeza.

Es agotador. 

perder el equilibrio por mis pensamientos, apreciar la vida y después odiarla , la crueldad y poca compasión  humana me atormenta, me aterra, me hiere. Escuchando sus palabras, basadas en suposiciones propias, aquellos que no sufren juzgando desde su privilegio, riendo y burlando. 

bajo del vagón y miro el teléfono echando un vistazo a la ubicación, solo un par de cuadras mas.

toco el timbre y al parecer ella se encontraba ansiosa esperando por mi.

─ ¡Al fin llega!─ anuncia y me conduce al patio trasero.

Mucha gente, demasiada gente.

Me veo en la forzosa obligación de sonreír, mientras saludo amablemente a un grupo de personas y pase a todo, ellos realmente son agradables.

Eva hace un movimiento con la mano llamando mi atención, me dirijo hacia ella.

─ Mujer que haces allá tan sola, deberías ligar con algunos de estos chicos─ me guiña el ojo y doy una leve carcajada─¿O es que te van las chicas?

─ehh yo...─pronuncio temblorosa. 

─Tranquila que aquí hay de sobra, tanto chicos como chicas─ recibo un golpesito por la espalda y se acerca a abrazarme.

Aun me sorprende como siendo totalmente distintas somos tan unidas, ella es la luz de mis días, la alegría de mi vida, quizás el tiempo de nuestra amistad  no es demasiado, aunque debo decir que el día que nos conocimos fue muy diferente a cualquier otro día, aun recuerdo haberme puesto nerviosa por que mi compañera de trabajo era muy atractiva, sin embargo, aun así con su valiosa amistad no puedo dejar mis problemas atrás.

El sol se esta ocultando para cederle lugar a la oscuridad del cielo nocturno, la música se apodera de la atmósfera  muchos comienzan a dejarse llevar y bailar.

Mis ojos se fijan en una botella de vodka que esta  sobre la mesa.

Un trago.

dos tragos.

¿llevaba 4 o eran 5?

mierda los vasos son pequeños, pero este alcohol es tan fuerte, aun así que es lo peor que podría suceder, quizás....¿No ser tan tímida esta noche? supongo que el alcohol es necesario para algunos casos, y este es uno.

dejo mi chaqueta y me cuelo entre las personas, súbitamente todo se siente tan bien como si de pronto todos pudieran notarme y dejara de ser invisible, mis caderas se dejan llevar, la música fluye en mi cuerpo y bajo las manos hasta llegar al final de mi vestido, lo subo mostrando un poco mis muslos, miradas lascivas, mayormente de chicos.

Eva, igualmente pasada de copas me toma de la mano y me apega hacia ella, ambas nos movemos al ritmo de la música y aun así con todo el ruido su risa resuena en mis oídos.

 ─uhh,¿Donde se encuentra la chica tímida que conocía?─me sonríe mostrando los dientes y aprieta mis mejillas.─sabes que te amo,¿cierto?

─ también te amo, Eva. ─suelto una risa por sus muecas, cuando esta borracha luce tan graciosa.

─Entonces...¿Me disculpas si voy a follar con el tipo de allá?  ─ señala a la esquina donde hay varios chicos─ el me invito a su departamento.