Amor propio

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Amarse a uno mismo... Qué sencillo que suena, ¿no?
Para sorpresa de unos pocos, la realidad es muy distinta.
Considero que este amor es el más difícil de conseguir, de alcanzar. Pero, al mismo tiempo, el más necesario. Ya que, sin él, no se sabe apreciar cualquier otro tipo de amor.
Ni siquiera se puede distinguir el amor real de lo que a simple vista, no lo es.

Una persona, un ser vivo en constante cambio, un ser tan... volátil.
¿Cómo amar algo que cambia a cada instante?¿Cómo no caer en la ilusión de contradicción?
Todo el progreso que se consiga, ¿también desaparece de un segundo a otro?

Estos interrogantes demuestran la complejidad de la tarea, pero últimamente lo veo como algo no tan imposible o, al menos, la mayoría de los días.

Una persona que admiro mucho, una vez escribió:

"No hace falta mantenerse inalterable para ser fiel a uno mismo." ¹

Y de cierta forma, abrió mis ojos.

Pero para llegar a esa parte de la historia, es necesario un poco de contexto.

La vida siempre me llevó dentro de la zona segura, nada que se saliera de control, nada imposible de predecir... Y se imaginarán el resultado.

Un cambio brusco fue suficiente, todo lo conocido se derrumbó ante mí.

La rutina, "lo de siempre" ya no existía. Lo que antes era un puente sustentable, fuerte, confiable y seguro, simplemente se convirtió en ruinas.

Sólo alcanzó un instante de conciencia, el darme cuenta que ni siquiera me conocía a mí misma, para sentir un horror profundo y, hasta cierto punto, una parálisis mental. Todo en un sólo instante.

Desde aquel momento, decidí cambiar eso, ser diferente.
No tenía idea de cómo empezar, pero lo haría. Quería hacerlo.

Para evitar demasiados detalles, acá es donde retomo la frase anterior: "no hace falta mantenerse inalterable para ser fiel a uno mismo".

Me parece una frase tan espectacular, que lleva consigo una gran verdad: el cambio es posible. Ser diferente pero, al mismo tiempo, seguir siendo uno. Es posible mantener encendida la chispa, ante cualquier circunstancia.

Y ahí fui capaz de comprender que el amor propio también es real. No es algo fugaz e ilusorio, sino todo lo contrario: es un trabajo diario y consciente.
Es saber encontrar y demostrar nuestro valor en todo momento, sin importar los obstáculos que haya en frente.

Esto no significa que las inseguridades y los miedos sean inexistentes, más bien, el saber que están ahí e intentar, hacer esfuerzos por superarlos cada día.

Siento que no se puede medir este progreso pero, tampoco considero necesario hacerlo. Lo fundamental, a mi parecer, es mantenerlo y ser consciente cuando se logra un avance, por más mínimo que parezca... es encontrar ese valor de ser, de vivir cada día.

Pero, cómo es sabido, la realidad no siempre tiene ese color de rosas, y la mente humana es engañosa.

Existen días en que todo progreso parece en vano, dónde todo lo que se busca alcanzar parece lejano e imposible...
Días donde aparece la pregunta: "¿para qué?, ¿para qué invertir tanto esfuerzo en encontrarme?, ¿de qué va a servir al final del día? Si sólo soy una minúscula parte de una muchedumbre, de una masa..."

Sorprendentemente la respuesta que me viene a la mente es muy breve: para ser feliz.

Es cierto, la existencia puede parecer insignificante. Una persona entre 7.8 billones, ¿cuál es la diferencia?
Probablemente la respuesta sea: ninguna.

Pero eso no interesa. Lo interesante es la existencia en sí misma. A pesar de todas las infinitas probabilidades, la vida es un hecho.
Y, al final del día, lo único que se tiene es a uno mismo con esa vida a disposición.

Por eso, mis esfuerzos diarios van dirigidos a aprovechar dicha existencia que surgió de ese sinfín de posibilidades.
Y la mejor forma que encontré, es siendo feliz.

Pero acá va una de las preguntas en cuestión: ¿Qué es ser feliz?

Y las respuestas son muchas, cada quien tiene una distinta, todas ellas subjetivas pero, al mismo tiempo, igualmente válidas.

Y acá va la mía:

La felicidad es una emoción y, como cualquier otra, existe por momentos. No es algo permanente o constante. Ser feliz todo el tiempo es algo que considero imposible, y eso está bien.
Porque como dije al principio, el ser humano es cambiante, y como tal, debe tener un espacio para expresar toda emoción, y no sólo una... por más linda que sea.
Para ser feliz creo que es vital ser capaz de crear un contexto que nos permita encontrar esa emoción la mayoría del tiempo.
Si se tiene un entorno y circunstancias favorables, será más sencillo "ser feliz".

Pero ese entorno ideal no aparece de la nada. Como escribí anteriormente, debe ser creado. Acá me gustaría citar nuevamente a esa persona que admiro mucho:

"Vos tenés que luchar por esa vida que crees merecer" ²

A partir de ella entendí que, si realmente deseo alcanzar la felicidad que tanto anhelo, el esfuerzo es indispensable. Sin esfuerzo no llegaría a ninguna parte.

En este momento es cuando el amor propio toma un valor significativo.
¿Haría un esfuerzo por algo que no lo vale?
Mi respuesta es: no.

La misión que tengo desde que el puente se destruyó, y en la que todavía trabajo en este momento es: alcanzar ese valor propio, hacer algo para que valga la pena ese esfuerzo diario.
De otra forma, sólo me quedaría esperar a que la marea de la vida destruya mi puente y me ahogue bruscamente una vez más, sin la garantía de ser capaz de salir a flote...

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¹, ²: Las frases citadas pertenecen a Mariano Bondar.

Muchas gracias a toda persona que haya llegado hasta acá.

Ahora me encantaría saber, querida persona detrás de la pantalla, ¿fuiste capaz de encontrar el valor y, con él, un camino hacia la felicidad?

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