Capitulo I

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-¿Por qué se sorprenden? Soy la hija de un mafioso, ¿no? Así es como debería comportarme, ¿no creen?

Sus nudillos estaban lastimados, su frente roja. Tomo su gafete y lo tiro al suelo para luego pisarlo.

Déjenme ponerlos al día, deben preguntarse: "¿Qué onda con ese flashback?" Pus' wueno... Me harté de los malditos que siempre están diciendo pestes sobre mí, que estuvieran hablando de mí no fue el problema, si no que ¡comenzaron a decir cosas sobre el tesoro que tengo por padre! Una cosa llevo a la otra y todos los que hablaron terminaron inconcientes jeje por lo que probablemente me den de baja, la verdad no me importa, a mis maestros les da igual si sigo llendo a clases o no, llevan mucho queriendo que me transfiera porque los padres de mis dulces compañeros no paran de llamarlos para decirles que soy una mala influencia para sus tesoros. Y fin. Eso es todo mi reporte, Joaquín. En este momento me encuentro empapada luego de aventarme al agua en la playa cerca de la infame preparatoria, ¿Por qué termine ahí? Ah, simple, en cuanto salí de la cárcel (la escuela) los perros (policías) encargados de encontrar a mi papá comenzaron a bombardearme de preguntas sobre su paradero, cómo lo hacen cada que me ven las 24 horas del día, los 7 días de la semana, no me molestaban porque siempre traía puestos audífonos mientras cantaba mis canciones favoritas así que no les presta a atención pero hoy del enojo que tenía ni siquiera me dió tiempo de ponerme los audífonos, así que en cuando comenzaron a preguntar de todo me quite mis zapatos y les lancé (a ambos oficiales) mis tenis mientras les gritaba: "¡Ya cierren el pinche hocico!" A lo que mi conciencia me gritó: "¡Corre, perra, corre!" Y heme aquí. Pero como comenzó la hora pico en la playa, patitas pa' que las quiero, 'amonos pa' la casa.

                             ***

-¡¿Qué ella tuvo que...!?
El hombre se acercó al asiento del copiloto y comenzó a reír a carcajadas de una forma muy escandaloza, ya que tenía mucho que no escuchaba algo acerca de su adorada hija. Su risa ceso y su expresión se torno sería.

-¿Ganó la pelea? ¿Cuántos eran?
Volvió a su asiento y cruzo los brazos, dirigiendo su mirada al espejo retrovisor dónde miraba al conductor.

-Gano la pelea, eran dos chicas y dos chicos.
Contesto un chico de no más de treinta años de una forma muy neutral.
-¡Ahuevo! ¡Esa es mi hija!
Celebro muy enérgico haciendo que el auto se moviera.
-Jeje ¡Sabía que las artes marciales que le enseñe desde que aprendió a caminar le servirían!
Volvió a ver al conductor.
-Héctor, sal del auto. Es hora de que vea a mi hija, hoy cumple 18 años! Llegó la hora de que le enseñe a -hace una seña con la mano- tomar.

-Pero Víctor, el jefe...
El chico lo vio nervioso y Víctor lo interrumpe y sale del auto, camina hacia la puerta del copiloto y habré la puerta, esperando que Héctor salga.
-Le avisaré al jefe.
Comenta mientras saca su teléfono de su saco.
-Si, si... Si no regreso dile que fue un buen amigo. Cuídate, chico.
Dijo con una sonrisa para luego pisar el acelerador con fuerza.

                             ***

🎶Pero que sea desértica🎶
-¡Pero que sea desértica!
Cantaba y bailaba mientras lavaba los platos.

¿Qué? Me gusta cantar, y más está canción, además, lavar los platos con música se disfruta más, ¿no creen? Lo malo es que ya se estaba acabando, lo extraño fue que en el momento en que de acabó había acabado de limpiar, ja, que raro.

-Pus' wueno. ¡A ver series coreanas! Pero, antes, hay que pedir algo pa' comer. Jiji ¡Día de pizza! 🎶Quiero una pi, quiero una zza, quiero una pi-pi-pizza🎶
Buscaba su teléfono hasta que escuchó pasos fuertes resonar en el pasillo frente a la puerta.
-Ipal! Ipal, mi vida!
Llaves chocan entre sí, creando eco. Víctor dejo en el suelo las cosas que llevaba como sigo para poder abrir la puerta.
-¡¿Papá!? ¡¿Papá eres tú!?
Ipal corre lo más rápido que puede a la puerta e intenta abrirla pero no puede debido a los muchos seguros extra que le puso a la puerta recientemente para su seguridad.
-'Perame poquito, pá. Es que le puse seguros a la puerta. Ya casi a cabo.
No podía contener la felicidad que hasta daba pequeños brinquitos.

-No hagas ruido.
Ipal se congeló. Vio por la mirilla, había alguien encapuchado detrás de él. Una, dos, tres y cuatro veces el encapuchado empujó a su papá en la puerta, fue hasta la quita vez que el encapuchado dejo a Víctor que se derrumbó al suelo, no antes de romper la llave por si el encapuchado intentaba abrirla puerta. En el momento que Ipal vio sangre correr por debajo de la puerta que abrió la puerta con todas sus fuerzas, empujando a su papá. Cuando levanta su mirada, alcanza a ver el torso de una mano con una araña tatuada, para luego desplomarse al ver a su papá desangrándose. Lo habían acuchillado.

-...Ipal...

Apenas lograba oír su voz, él solo me miraba a mí, él estaba sonriendo... comencé a aplicar presión a sus heridas pero eran muchas... No podía dejar de temblar...

-Mi hermosa Ipal, ya es toda una señorita. Feliz cumpleaños, hija.
Sonreía de oreja a oreja, con una mira de felicidad tomo las manos de su hija haciendo que dejara de aplicar presión.

Era mi cumpleaños... Ni siquiera lo recordaba, solo contaba los días en los que no lo veía... Él... Lo recordó... Apesar de que toda la policía de Tijuana lo está buscando... Él vinó...

-Te traje tu favorito -escupe sangre mientras señala un pastel en el piso-

Con lágrimas en los ojos -¿Sabías que eres el mejor papá que pude haber tenido? Porque lo eres.
-Lo siento mucho, Ipal. En verdad siento mucho... -escupe más sangre-
-No digas eso, no hiciste nada malo. Te amo muchísimo papá. -besa la frente de su padre-
-Te amo, hija -acaricia su mejilla- tu eres... la mano que la acariciaba cae.
- ¡Papá!
Con sus manos toma los hombros de su padre, moviéndolo.
-Papá, despierta, quédate conmigo.
Comienza a tratar de hacer presión en las heridas pero no logra nada.
-Despierta, no te vayas, por favor no me dejes, papá por favor, papá!
Abraza el cuerpo sin vida de la persona que más amo, la persona que estuvo para ella desde el momento en que nació, la persona que la escucho, que la ayudó, que la hizo ser quien era. Esa persona se había ido, dejándola con un odio que nada ni nadie podría borrar.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2022 ⏰

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