Era este Leo, un chico aficionado a lo paranormal y toda la estetica que le rodeaba, gracias a esto, en unas vacaciones de verano consiguió quedarse en una cabaña popular por las historias que rondaban a rededor de esta. Esta cabaña no estaba en tan mal estado, si no mas bien parecia que estaba siendo cuidada por alguien.
Leo se levanto un dia por la mañana a emprender su viaje hacia la cabaña, alisto sus maletas, tomo el transporte que lo dejaría muy cerca de esta. Al llegar Leo desempacó todo y comenzo a ponerse cómodo en su sala de estar.
Leo: Vaya que fue dificil hacer esto, definitivamente si no me gustara tanto sentirme en peligro no haría esto -exclamó el joven orgulloso de su labor mientras suspiraba y comenzaba a pensar que haría ahora que ya estaba instalado en su cabaña temporalmente-.
El chico se paro luego del suspiro como si su energia se hubiese recargado, y dispuesto a disfrutar la noche mirando contenido terrorifico en su televisor, tomo su toalla y todo una ducha fria.
Mientras Leo se duchaba perdido en sus pensamientos tomo el rastrillo y en piloto automático pasó la cuchilla por su axila derecha, y como si alguien le hubiese asustado dio un brinco al sentir la cuchilla entrar en contacto con su piel.
Leo: Ah, ¿Eh? cosquillas, si, eso fue -dijo mientras pensó un poco en lo que pasó-.
Él siempre tuvo un secreto que a ningún amigo ni familiar podía contarle, se traba de su extraño gusto por las cosquillas, con esto en mente, Leo un poco avergonzado de pensar en cosas como está pasó su rastriLlo nuevamente con la esperanza de sentir ese cosquilleo una y otra vez, pero no pasó nada.
Leo: Uh, supongo que cuando ya estoy conciente deja de funcionar -menciono Leo mientras se sintió un poco incómodo ante una leve sensación de estar siento observado- Agh, ¿Por qué cada vez que hago cualquier cosa relacionada con las... Cosquillas... -sintio un poco de vergüenza al pronunciar la palabra, ya que relacionaba su gusto con un fetiche, eso lo ponía algo inquieto, pero siguió diciendo- me siento observado, como si hubieran camaras ocultas con videos que serían revelados a todo el mundo, exponiendo, ya sabes...-dijo para si mismo y continuo su ducha con normalidad-.
Al salir Leo de la ducha se dirigió a su habitación y se dirigió a su armario de dónde sacaría una pijama cómoda para pasar la noche.
Mientras el muchacho estaba a punto de terminar de vestirse y solo faltaba subir sus pantalones de pijama sintió como la tela rozaba sus piernas y comenzaba a sentir un cosquilleo como hace unos minutos.Leo: ¿De nuevo? -El chico subió sus pantalones lentamente para disfrutar más de la sensación, esta vez seguía aún estando conciente, sus piernas tenían una piel más sensible como para evitarlo-.
El no podía evitar sentir a su conciencia decirle que se detenga, que no es momento para esto, pero este siguió a pesar de sentirse culpable, no solo eso sí no que metío sus manos y brazos bajo su pantalón y con sus uñas considerablemente largas se acarició a sí mismo.
Leo: Solo es un poco de cosquillas, algo inocente... Hmm~ -Se dijo a si mismo para evitar sentirse culpable. El chico se tumbó en la cama mientras se acariciaba a si mismo y sentía las cosquillas recorrer sus débiles y temblorosas piernas a medida que sus uñas pasaban por todo el campo, no pudo evitar soltar algun gemido suave, al mismo tiempo que se sonrojaba un poco y su pecho sentía que iba a explotar ante tal satisfacción-.
Entonces comenzó a retorcerce en su cama mientras dejaba escapar algunas risitas, su corazón se aceleraba en un momento de adrenalina, e incluso inicio a fantasear sobre cómo le gustaría que algún día alguien le hiciese conquillas en sus piernas mientras esté intentaba liberarse y se inundaba en descontrolables carcajadas.
Pero sintió que había llegado muy lejos y se detuvo de golpe, estaba jadeando y sentía el palpitar de su corazón en todo su cuerpo, todo de quedó en silencio, parecía que había vuelto a poner los pies en la tierra, ahora toda la culpa había incrementado. Saco sutilmente las manos de su pantalón, se levantó y se sentó a la orilla de su cama.
Leo: ¿Qué hiciste? ¿Qué acabas de hacer? -dijo mientras se llevaba una mano al rostro intentando taparlo en señal de vergüenza- Sabes que eso nunca va a pasar ¿Verdad? -dijo para él mismo mientras bajo la mirada- Entonces se levantó, con calma empezó a caminar hacia su sala de estar, pero antes que bajar las escaleras al primer piso-.
Observo las escaleras a penas por cinco segundos e inhaló profundamente para terminar de aclarar sus pensamientos y concentrarse en pasar la noche viendo películas y videos de horror, pero antes de dar el primer paso escuchó a alguien moviéndose en su cama.
Leo: No puede ser ¡Si es verdad! Aquí si pasan cosas paranormales -exclamo con entusiasmo pero sin dejar de estar asustado, abrió los ojos, levantó las cejas y de puntillas avanzo rápidamente hasta asomarse por la puerta- Como lo esperaba, ¡No hay nada! Debe de ser un espíritu, o si no ¡Un fantasma! O si no... -decia en voz baja, pero antes de poder seguir indagando sintió una mano helada que le agarro el tobillo fuertemente, el Joven dejo salir el grito más fuerte que pudo dejar escapar mientras se miró el tobillo, pudo observar una mano con unas afiladas y largas garras negras, junto a un brazo con pelo como si de un animal se tratase y desaparecía antes de llegar al hombro-.
El brazo misterioso tomo con firmeza el tobillo de Leo y lo arrastró hacia su habitación arrojándolo al piso en el acto.
Leo: No no no no no ¡Esto no es como en los videos ni anécdotas, es mucho peor! -exclamo mientras su corazón latía sin parar y su visión de nubla debido al terror del momento, vuelve a ver a su tobillo mientras flexiona sus piernas hacía él, no pudo pensar en nada más que salir de ahí-.
Leo intento levantarse pero debido a que estaba usando calcetines y el piso estaba liso se resbalaba cada vez que lo intentaba, fue hasta el tercer intento que logró ponerse en marcha y bajar las escaleras de dos en dos, corriendo en él la adrenalina abrió la puerta principal y salió.
Jadeando del susto, de espalda, poso sus manos manos en la parte delantera de su auto, podía oír como la puerta de su habitación era cerrada de golpe.Leo: E-esto no es [...] Cómo lo imagine, tengo mucho miedo, no sé cómo creí que [...] Esto sería buena idea -Leo apenas podía hablar sin tomar grandes cantidades de aire, y mientras procesaba lo que había pasado llegó a la conclusión que tomaría las las llaves de su auto y se iría a un estacionamiento seguro y cercano para volver al día siguiente, se negó rotundamente a pasar la noche ahí-.
Leo: O-ok solo tomaré las llaves del comedor, saldré y conduciré hasta el estacionamiento, no te va a pasar nada, Leo, estás bien, bestas a salvó -Se dijo a si mismo-.
El joven estaba decidido a dejar de posar las manos de su auto para entrar y tomar las llaves, pero antes que pudiera siquiera levantar un dedo, la forma de una bestia comenzó a materializarse frente a el, parecía tener cuero humano y cabeza de gato, pero había algo mal, su rostro no estaba, en su lugar estaba el cráneo de un gato con sus cuencas vacías, tenía cola y era negra como todo su cuerpo, su mano era idéntica a la de hace unos minutos, parecía ser humana pero con dedos más largos, vestía una chaqueta sin manga café oscuro, por debajo una camisa manga larga banca y pantalones del mismo color de la chaqueta.
???: ¿Quieres divertirte?
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Visita risueña
RandomUn ser extraño te visita, pero el horror dura poco para comenzar a reir, qué será?