[BL] N.

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Veinticuatro

Cuando se sentó en el sofá, Lin Wen todavía sentía un poco de frío. Zhuang Nan se quitó el abrigo, sin tratarse a sí mismo como un extraño, y pasó de ser un invitado a un anfitrión mientras le servía a Lin Wen una taza de agua tibia.
Era casi abril y el clima se estaba volviendo más cálido. Zhuang Nan no vestía mucho y se veía elegante y relajado contra su ropa bien confeccionada, era completamente diferente de ahora.

"¿Te asuste?" Zhuang Nan suavizó enormemente su voz y miró sin pestañear el rostro ligeramente pálido de Lin Wen. "Lo lamento. Debería haberlo arrastrado al pasillo para lidiar con él. ”

Lin Wen no pudo evitar sonreír un poco, pero su sonrisa se desvaneció de inmediato y rápidamente se convirtió en preocupación. "Sr. Zhuang, gracias por ayudarme, pero te meterás en problemas si eres así".

Zhuang Nan le guiñó un ojo. "Mientras no esté arruinado, no habrá ningún problema".

Lin Wen forzó una sonrisa, pero su expresión tenía una preocupación aún más secreta. "Justo ahora tú ... Ni siquiera sabes nada, ¿por qué ...?"

"Confío en ti."

Su respuesta resuelta y decisiva sorprendió a Lin Wen, y sus ojos de repente se pusieron rojos. Bajó la cabeza y se ocultó tomando un pequeño sorbo de agua tibia. El calor se deslizó a través de sus labios hasta su estómago, disipando completamente la frialdad en su cuerpo. Dejó escapar un suave suspiro y su voz era áspera. "Esa persona era ... mi primo"

La expresión de Zhuang Nan se volvió solemne y escuchó con atención respetuosa: “Mis padres sufrieron un accidente automovilístico cuando yo tenía siete años. Murieron en el acto ”. Esta era la primera vez que Lin Wen le decía esto a alguien, y se quedó en silencio por un momento. “Mis padres tenían una pequeña propiedad y mi tío me adoptó..   Él siempre usó el dinero que mis padres me dejaron ".

Había perdido a su padre en su infancia, y la familia de su tío se apropió indebidamente de esos bienes hasta que prácticamente no quedó nada. Había permanecido ignorante a través de todo esto. La familia de su tío naturalmente usó la herencia de sus padres, considerándola como propia sin pensarlo dos veces. Lin Wen creció sin beneficiarse de un centavo. Siempre vestía ropa vieja de su primo y comía comidas nutritivas. En la escuela, su primo tomaría la iniciativa para acosarlo y seguiría golpeándolo en casa.
En ese momento, ya había desarrollado el miedo a comunicarse con los demás. Este miedo creció con el tiempo y la edad, y era como una toxina que se acumulaba en su médula ósea a lo largo de los años. Cuando llegó a la universidad, estas barreras de comunicación ya eran extremadamente severas. Excepto por reunir el coraje para ir a clase, Lin Wen siempre se quedaba en su dormitorio. Si había gente en su dormitorio, entonces se escondería detrás de la cortina de su cama; más tarde, ni siquiera podía ir más a clase, tenía miedo de los lugares con mucha gente y hablar con los demás se había convertido en una tortura insoportable. No terminó la universidad, así que se tomó un descanso y encontró un lugar donde esconderse.

Lin Wen tenía un seudónimo muy conocido en Internet y también era un artista digital independiente, además de un conocido jugador de cierto juego. Mantenerse a sí mismo no era un problema. Parecía haber heredado un don natural para escribir de sus padres. Siguió sin problemas por este camino y ahorró durante varios años antes de comprar una casa en este complejo de apartamentos.

Esa familia codiciosa había gastado toda la herencia de sus padres y aún decían que él se los debía. Contaron cada bocado de arroz y cada trozo de tela, exigiendo que les devolviera el dinero. Lin Wen vivió una vida muy cautelosa, soportándolo todo dócil y silenciosamente. No era que nunca hubiera pensado en defenderse, pero su miedo a tener que comunicarse con los demás ya se había hundido en sus huesos.

Habló en voz baja, las lágrimas brillantes se acumularon en sus ojos. Se arremolinaron en sus ojos pero nunca cayeron.

A Zhuang Nan le dolía el corazón, se acercó, se inclinó y abrazó débilmente a Lin Wen, dándole una palmada en la espalda para tranquilizarlo. Dijo en voz baja: "Lin Wen, nadie te volverá a hacer sufrir".