"... -Bienvenido a casa, hyung- SeoHo ofrece una sonrisa íntima, es encantadora porque no es la habitual sonrisa que brilla como el sol en pleno mediodía que suele mostrar en cámaras, es una más pequeña pero igual de impresionante, sigue siendo como...
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En el momento en que YoungJo llegó a los edificios del dormitorio carraspeó un poco sintiendo su garganta reseca, no había tomado las suficientes bebidas durante el día porque sus horarios habían sido el infierno mismo debido al comeback que cada vez estaba más cerca y, por alguna razón, su cuerpo no tenía la energía suficiente para reunir algo de fuerza y buscarse alguna bebida que calmase el escozor de su garganta.
Curioso teniendo en cuenta que en cuanto su cabeza reunió una idea para una canción; no tuvo problemas en encerrarse dentro del estudio para intentar plasmarla.
Intentar, esa es la palabra clave, porque fue un desastre, incluso se quedó más horas forzando su ya cansado cerebro sólo para terminar en una frustración más grande debido a que su garganta se secó más y no ayudó en lo absoluto a la improvisación -y de nuevo, no tenía energías para buscarse algo para beber-.
Mientras caminaba por el edificio pudo permitirse lloriquear un poco debido a que a estas horas de la madrugada no había gente deambulando por allí, el resto de sus miembros se habían marchado de las salas de prácticas para descansar a penas las lecciones del día se dieron por terminadas y YoungJo no los culpa porque éstas últimas semanas han sido duras para todos, incluso para su Mánager al cual tuvo que convencer de que descansara en el viaje hacia aquí y lo dejara conducir, era lo menos que podía hacer teniendo en cuenta que fue él quien quiso quedarse en el estudio más tiempo provocando que su Mánager se viera obligado a quedarse con él, el pobre hombre estaba tan cansado que cuando lo despertó para que vaya a la cama; se negó a moverse, YoungJo no tuvo el corazón para despertarlo otra vez. Una vez que llega a la puerta de sus dormitorios correspondientes retiene una inhalación, abre la puerta entrando a la sala de estar y es allí cuando lo siente.
Siente el peso del día asentándose sobre sus hombros y extendiéndose como enredaderas hacía su espalda, es tanto que obliga a su habitual postura recta; a encorvarse, las enredaderas no sólo se conforman con su espalda; si no que abrazan también sus brazos y sus piernas limitando sus movimientos. Es extraño porque no se siente como el agotamiento habitual luego de un día duro de prácticas, no son dolores musculares que se pueden aliviar luego de algunos masajes suaves u horas reparadoras de sueño, es como si las enredaderas que se aferran a su cuerpo; absorbieran su energía.
Cuando se da la vuelta luego de intentar cerrar la puerta con el mayor silencio posible para no despertar a sus niños; se voltea hacia la sala de estar, es ahí cuando se da cuenta de que hay alguien más allí.
SeoHo está recostado muy tranquilo en el sofá con una de sus rodillas doblada hacia el techo mientras la otra está extendida sobre la superficie cómoda leyendo lo que parece ser un Webtoon en su teléfono mientras en la mesita de café hay una laptop reproduciendo algún dorama olvidado en silencio que ofrece una iluminación bastante tenue a la habitación, lo ve rodar un poco sobre su estómago abandonando su teléfono a un lado hasta que puede mirarlo correctamente.
