Descripción: Para el pequeño Jungkook no existe nadie más que su papá, a pesar de que tiene cinco cuidadores más, solo reconoce a Yoongi cómo uno. Lastimosamente hoy había retrocedido sin darse cuenta y Papá no está cerca para cuidarlo; por consecuencia, a los otros cinco cuidadores les ha tocado vivir la tormenta muy de cerca. Advertencia: llanto, mucho llanto. Ligera descripción de accidente (orina). Si te resulta molesto, abstente a leerlo.
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Las mañanas de esta familia son normalmente ruidosas y risueñas, con regularidad teniendo un alto nivel anormal de energía para gastar, acostumbrados a ser bulliciosos y escandalosos. Sin embargo hoy se siente diferente; la razón podría ser la resaca de beber la noche anterior, la falta de uno en la mesa o el temor de ver los signos de que Jungkook iba retroceder en cualquier momento y que el faltante era Yoongi. Su cuidador principal y el único existente para él en ese estado.
Jungkook no era consciente de los "signos" que daba cuando estaba a punto de resbalar, sólo los cuidadores lo habían memorizado a lo largo del tiempo. Si Yoongi estaba no era ningún problema, podían seguir con su día cómo normalmente lo hacían, pero hoy definitivamente no era el caso.
Yoongi había salido temprano para una conferencia en solitario, para hablar sobre su reciente álbum solista. El viaje era largo, aproximadamente cuatro horas en carretera desde el edificio de hybe. Tampoco fue un problema para ninguno, no hasta que vieron por primera vez a Jungkook en la mañana, cuando ya se había ido.
El primer signo en presentarse y el más común de todos eran los lloriqueos al despertarlo. No los alarmó demasiado porque regularmente también lo hacía de grande, al ser bastante mimado nunca nadie le dijo nada al respecto, simplemente se reían y lo adulaban.
A la hora del desayuno y ya todos reunidos en la mesa, Hoseok lo trajo al comedor después de convencerlo de tomar un baño. Sentado en la mesa fue cuando los otros signos aparecieron, su posición encorvada por los bordes de la mesa, pequeños lloriqueos y el rascarse los ojos con el dorso de la mano llamó la atención de los cuidadores, mirándose cautelosamente con expresiones envueltas de preocupación y nerviosismo.
Jungkook ahora tenía medio cuerpo recostado en la mesa, todavía esperando a que el desayuno esté listo. Tenía la cabeza metida entre sus brazos, su mirada perdida por la silla vacía a su lado, con el labio inferior sobresaliendo que sin duda los cuidadores no ignoraron.
—Jungkookie, ¿te sientes bien?— preguntó Hoseok sentándose al lado opuesto de la silla perteneciente a Yoongi. Oyó un pequeño resoplido y miró a los demás con expresión nerviosa, un rato después Jungkook levantó la cabeza y asintió suavemente, su cabello húmedo y ligeramente rizado cayendo por encima de sus ojos.
—¿ A que hora vuelve Yoongi hyung?— decidió preguntar el maknae, aliviando a los mayores por un instante al darse cuenta de que todavía era grande, sin embargo sabían que la pregunta escondía más que una simple curiosidad, ya que el más joven sabía perfectamente el horario que cubriría hoy el segundo mayor. Estaba empezando a notarse poco a poco su necesidad de resbalar.
