Encontré a...

2.7K 178 19
                                    

Un niño es manipulado por un demonio llamado Elber el cuál le dice que se convierta en un asesino que viole y maté a las jóvenes y mujeres del pueblo, haciéndolo en secreto más fuerte al demonio para tener suficiente poder para hacerse un humano y volver a matar a mujeres indefensas. La madre del niño, quién era una religiosa y fornicario, por cada noche se acostaba con el esposó de su amiga, descubre a su hijo hablar solo con lo que sería su amigo imaginario, descubriendo así el tenebroso y cruel secreto diabólico que estaba atrapando a su hijo.

Un Cerdo del infierno— Contesto el niño a la pregunta de su madre, quién al ver a su hijo parado frente a la ventana mirando un punto fijó y hablando con lo que sería un "amigo invisible" sobre lo que iba a hacer, le pregunto de qué estaba hablando y que era lo que quería ser

¿Quién te dijo éso?— Preguntó algo preocupada la madre. — Por qué un Cerdo del infierno?— La madre sabía lo que era un animal del infierno. Cuya persona que caía en ese abismo de oscuridad, sería controlada y usada a la necesidad que el ser necesitará para ser más fuerte y poderoso.

Ésto no había ocurrido hace tanto tiempo. Ya se había olvidado la última vez que había escuchado un caso como ése, la mujer miró atoníca a su hijo al pensar lo peor al ver que su hijo probablemente estaba siendo manipulado por un demonio.

Elber dijo que si soy un demonio violador, llevaría a las pecadora directo al infierno. Las mujeres cuyo pecado fué fornicar o tené pensamientos fuera de lo que sería la religión, tendrían que ser castigadas, luego de violar las tendría que matarlas. Luego yo sería encontrado y asesinado, llevando mi alma al infierno dónde tendría un castigo más severo por haber lastimado y asesinado a esas mujeres.— La miró— Aunque en mi pensamiento, las almas de las mujeres inocentes serían llevadas al cielo y las demás al infierno, eso según si son de pensamiento y alma pura, e inocentemente fueran arrancadas de sus vidas.

¿Y que planeas hacer conmigo?— Ella pregunta asustada. Si era así y si su hijo ya no era el mismo, la pregunta más obvio sería preguntar qué pasaría consigo misma

No lo sé. Por un lado eres mi madre, por el otro eres una pecadora, ¿Que debería hacer madre?— La miró esperando respuesta

Caminé hacia ella quedando en frente mirándola a los ojos

¿Que crees que debo hacer, madre?— Volví a preguntar.

Iba a seguir leyendo, cuando de momento un espantoso relámpago hizo poder de esplendor haciéndome dar un salto en el lugar mismo que estaba, leer una historia de terror y que un relámpago suene de momento te llega a causar tanto miedo que casi puede darte un paro cardíaco. Mi gato Fred apareció corriendo saltando a mi cama para terminar escondiéndose detrás de las almohadas."Cobarde" pensé.
Dejé el libro abierto en la cama y bajé de este para acercarme a la ventana, de lejos podía ver las nubes dando a entender que lloverá, pero lo que me dejó algo perpleja, fue el hecho de ver una gran llama de fuego no tan lejos de donde estaba.

"Tal vez un rayo alcanzó un árbol"— Pensé. Caminé hacia la sala buscando mis botas y poniéndome una campera salí de la casa para ir a ver si podía apagar el fuego antes de que se extienda.

Corrí llegando al lugar, me detuve para poder buscar el lugar del incendio. Provenía de un árbol caído recientemente, pero no fue derribado por un rayo, sino por lo que parecía ser un pesado de metal que estaba encima de este. Caminé mirando con curiosidad el objeto, humo salía de éste, no tenía miedo, solo curiosidad.

Un sonido extraño me hizo parar. Me maldige por no haber traído mi rifle, me quedé quieta esperando movimiento, pero solo volví a escuchar ese sonido de nuevo. Parecían gruñidos y ronroneos, "Fred no puedo ser, estaba más asustado que yo cuando voy a cortarles la uñas"

Seguí el ruido y provenía del pedazo de metal, me acerqué dudando en el trascurso tomé una roca que había ahí, era por si algo me atacaba saliendo de ésa cosa metálica. Los ruidos eran más fuertes, parecía que estaba luchando golpeando el metal para poder salir.

Me agache inclinado me buscando de dónde provenía el sonido. Lo escuché más claro, sea los que sea, estaba debajo de la cosa metálica. Agarré con ambas mano una parte del pesado metal, no solo era alta sino que tengo mucha fuerza como para mover ésta cosa, como pude levanté el metal "¡Mierda, esta cosa pesa de verdad" con un poco de más fuerza y conteniendo la respiración, logré mover lo tirando lo un poco lejos para poder encontrar a la criatura que hacía ésos ruidos.

Maldita sea, que pesada— Ahora que lo miraba mejor, ese pedazo de metal parecía ser la parte tracera o central de lo que podría ser una nave que jamás había visto. No era científica para saber que éso era restos de una nave que ya había visto alguna vez. Me duda se fué al oír ese ronroneó fuerte, miré hacia a bajó encontrándome con lo que sería no una sino dos especies realmente extrañas y desconocidas moviéndose en lo que parecía ser una incubadora, dude un poco pero me acerqué, pero terminé por arrepentirme.

¿Estás loca, Telaria? Son extraterrestres!... Extraterrestres bebés...— Moví lentamente mis ojos para volverlos a mirar, parecía ser bebés, pero...si ellos estaban aquí significaba que su madre también estaría cerca.— Mejor me voy.

Dispuesta a irme, algo sale de la nave, asustada por el repentino momento, me escondí detrás de unos árboles, lo que sea que fuera era más grande y gracias a la luz de la luna pude ver qué ése ser se parecía mucho a los pequeños, sólo que este era más adulto y corpulento, además que parecía ser macho por las compostura de su cuerpo y armadura que cubría algunas partes de su cuerpo que ya de por sí parecía tener unas líneas negras como si fuera una red de pesca, una piel verde oscuro y negra con una cara plana, metálica y rastas que pasaban hasta por debajo de sus hombros.

Él ser se levantó a duras penas, conteniendo se de lo que parecía ser una lanza del mismo material que la nave, parecía estar débil porque a penas dió un paso se cayó al instante. Los bebés alienígenas volvieron a hacer ruido cosa que ya entendí como que estaban llorando, él adulto giro la cabeza rápidamente, con dificultad se acercó a los bebés y abrió la incubadora, los bebés lloraban aún más, él solo rugió fuerte pero ésto no detuvo el llanto de los pequeños, ví que levantó la lanza que tenía.

Tal vez no sabía que eran esas cosas, pero sabía cuándo se trataba de que algo malo haría ese sujeto de rastas con esa lanza, estaba preparando la postura para matar a los pequeños.— Te arrepentirás de ésto— Me dije a mi misma mientras de me lanzó encima del sujetó con tanto miedo mientras trataba quitarle la lanza.

Él alienígena sólo rugía y trataba de quitarme de encima de él, lo buena es que están muy mal herido, cosa que me ayudó para poder sacarle la lanza, aunque esté me sujeto del hombro y me tiró lejos, cuando me levanté él ya estaba de pie dispuesto a venir a atacarme. Me arrastre, no podía pararme, el pánico no dejaba que mis piernas se movieran, él se lanzó hacia mí, sosteniendo fuerte la lanza apunté al alienígena que cayó encima mío siendo atravesado por la lanza cayendo totalmente encima mío.

Valla que era pesado, aún se movía, pero no tanto como para poder atacarme, como pude lo quité de encima y me arrastré lejos sintiendo la respiración entrecortada, mi corazón latía a mil por hora, había cometido una locura, el llanto de los bebés me sacó de ése miedo y como pude hice que mis piernas reaccionarán y caminé hacia la pequeños pero solo los mire desde lejos. Había matado al que podría ser su madre/padre, pero éste los quería asesinar, ¿No sé suponía que debía cuidarlos?... Amenos que ése no hubiera sido su padre. Estaba confundida y tenía miedo, había comenzado a llover, y para colmo esa nave estaba que estallaba el cualquier momento por la cantidad de humo que sale a de ésta.

Me debatía en dos cosas;

Irme y dejar que el fuego quemé todo lo que había aquí

O hacer algo por los bebés que no dejaban de llorar.

¡¿Dios que hago?!—

¿Mamá?- De Alienígenas YautjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora