A Fred no le agradan

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Miré el cielo buscando respuesta, el rugido débil de mi atacante me hizo mírale asustada pensando que se levantaría para venir a matarme, pero este sólo rugía estando ahí, tirado en el suelo cobra arriba con la lanza aún clavada en su pecho. Me acerqué con cuidado, tenía una duda. Querí saber...que eran ellos y que hacían aquí.

Oye...— Lo miré algo insegura.— ¿Que eres?— Pregunté evadiendo la mirada de lo que sería su cara metálica porque parecía que me estaba mirándo.

Él sólo levanto las manos llevando las a su cara y grande fue mi sorpresa al ver que lo que parecía ser su cara era una máscara. Siendo sincera hubiera preferido que no se la quitará, comparado a los pequeños bebés, éste sujeto se veía más feo que ellos, él parecían balbucear algo, me acerque cuidando que no que atacará

¿Que dices?— Dije intentando escuchar

Ya...ut...ja— Escuchar su voz fue lo peor que ver una película de terror. Su lenguaje Español era muy malo poro podía ser entendible si prestaba atención

Ya..? Yaut...ja?— Traté de pronuncia bien la palabra. Así que Yautja se llamaban ellos...o él? No sabía realmente lo que quería decir

En eso veo que intentó atraparme con su mano que más bien parecía tener una garras muy afiladas. Me aparte viendo que rugía enojado por no poder atraparme siendo ése su último movimiento porque luego termino muriendo.

Puta madre— Fue lo único que pude decir. ¿Y ahora que haría? Lo primero había cido respondido al escuchar un extraño sonido proveniente de la nave, me levanté y decidí ir a por los bebés, pero antes miré la lanza que había en el pecho del alienígena, me acerque fuerte y la saqué del pecho del ya muerto Yautja, apreté con fuerza la parte del medio de la lanza haciendo que ésta, no sé cómo, se hiciera pequeña, es decir, que de larga de era se volvió corta. La miré por unos segundos y miré a los pequeños, ¿Porqué querí matarlos? ¿Cuál era la razón?. Caminé hacia los pequeños decidida a lo que iba a hacer, con ambos brazos cargué a los dos como pude porque a parte de tener la altura de un niño de cinco años pesaban como quise kilos cada uno, me los llevé lejos antes de que la nave explotará.

No te arrepientas, no te arrepientas, no te arrepientas— Me repetía una y otra vez mientras corría en dirección a mi casa.

Estar viviendo en medio del bosque me ayudaba a no ser molestada por los demás vecinos que siempre que iba al pueblo me miraban raro porque decían que mi padre se había casado y juntado con una criatura horrible y que no entendían cómo es que había salido alguien tan humano, de por sí ellos creían que era el engendro de una bestia o bruja, lo típico en las creencias de los pueblos que vienen alejados de la civilización de la ciudad. Sé que mi madre me abandono y volvió a la ciudad, y como era de allá los pueblerinos creían que las costumbres y artefactos que traía mi madre de allí eran de una bruja, solo traía una televisión, una cocina moderna, cuadernos, computadoras y demás cosas de la ciudad, pero ustedes ya saben cómo es la gente de lugares así, son supersticiosa y obsesiona con la creencias de brujas y demonios.

Ya dentro de mi casa fuí a mi habitación dejando a los pequeños en la cama que de inmediato comenzaron a gatear por el colchón, Fred que de estar escondido detrás de las almohadas salió volando lejos de los bebés gruñendo les.

Fred, no seas así, son bebés— Le dije pero éste solo siguió igual de histérico.

Fred de alguna manera les tenía mucho miedo a los pequeños, también lo miraban como si quisieran comer lo,a reía por eso, aunque no parecen ser criaturas que comen carne, sus dientes no mandíbulas no parecían de ser de esa clase para poder comer carne, aunque hubo un momento en el que ellos quería morderme, tuve que subirme encima de un mueble para que ellos no llegarán a mí. Busqué lo que pude y con algo de leche y ingenió terminé haciendo que ellos tomarán un poco, aun qué en ocasiones escupían la leche. Luego de éso mientras los cachorros jugaban a morderse y pelear como todos los bebés, le dí de comer a Fred, que no entraba en mi habitación ni siquiera si su plato o cama estaban ahí dentro, miraba a los bebés con tanto temor que cada vez que ellos lo miraban él les gruñía o levantaba su espaldas haciendo una montaña para intimidar los, cosas que solo hacia que ellos quisieran ir a por él.

No sé cuándo y cómo pero terminé de dormir me con los pequeños en cada lado de mi, era irónico porque hacé unos minutos ellos querían como comerme y ahora dormía encima de mí, también como ellos terminé cayendo en el sueño total.

Me desperté escuchando en maullido de Fred que era muy fuerte, al abrir los ojos no veo a los pequeños y me asusto, salgo de un salto de la cama y voy a ver a Fred quien estaba siendo sujetado por ambos bebés por ambas extremidades.

No, no! Bebés malos! Eso no se hace— Dije enojada quitándoles a Fred que estaba más que asustado acurrucándose en mi pecho escondiendo y gruñen a los bebés.

Los bebés gastaron hacia mi y sujetando se de mis piernas trataron de levantarse, querían alcanzar a Fred que al ver los cerca trata de todas formas soltarse de mi agarré y salir corriendo hacia fuera rasguñando me en el trascurso.

Mierda, Fred! Me rasguña te— Dije enojada tocando me el lugar donde había dejado sus arañazos.

Miré a los bebés que trataban de salir de la casa para seguir a Fred, ¿Que tanto les interesa Fred? No lo sé. Pero cerré la puerta antes de que ellos salieran.

Estaba pensando que que debía buscar comida para los bebés, ya la leche la tiraban y hacían un desastre comenzando a llorar entré lo que parecía ser rugidos muy muy pequeños, como de cachorro. Ahora que lo pensaba, si parecían a cachorros, solo que éstos tenían más forma humana y una cabeza con boca de araña. Volviendo al tema de la comida, decidí ir a ver, si es que aún hay algo, si en la nave había algo que me ayudara a alimentar a los bebés cachorros, me decidí mientras dejaban dormír a los bebés y de lejos alimentaba a Fred que habían estado todo en día fuera de la casa por miedo a que los cachorros lo matarán.

¿Mamá?- De Alienígenas YautjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora