Mi vida cliché

2

Un nuevo comienzo

Era el primer día de clases. Sí, por fin empezaba la escuela secundaria, una nueva vida. Por fin ya no me harían más bullying por ser gorda. Es increíble decir esto pero durante las vacaciones de verano había bajado un montón de peso. Ni siquiera había hecho ejercicios o dieta, supongo que es cierto lo que dicen de que el cuerpo cambia cuando entras en la pre adolescencia. En fin, estaba más que emocionada. Para mí era un nuevo comienzo. Lástima que algunos de mis compañeros de la primaria que continuarían conmigo no pensaban lo mismo. Y pensar que ya teníamos 12 años, bueno yo tenía 11, (aun me falta un mes para cumplirlos) pero joder, ¿ya deberían haber madurado al menos un poquito no?

He llegado hace ya media hora y la directora está dando un discurso bastante largo, aunque hace un buen rato dejé de prestarle atención. ¿Qué puedo decir? Era muy aburrido, ¿vale? Desde que llegué, me alejé de mis padres, los cuales insistieron en venir conmigo a pesar de todas mis súplicas. Me quieren mucho y soy muy afortunada de tenerlos, lo sé, pero también sé que no puedo ser yo misma cuando los tengo alrededor. Estoy dándole conversación a mi mejor amiga Sofía en lo que el primer insoportable se acerca a molestar.

- Hola macho - sí, macho, puerco, lechón, como sea que llamen a ese pobre animal, ese era mi apodo en la escuela primaria, ya hasta extraño cuando me decían melón, era más bonito pero no lo apreciaba porque solo lo veía como lo gorda que estaba.
- Antonio por favor no me molestes, madura de una vez por Dios y déjame tranquila, ya no estamos en la primaria - y con esas adorables palaras lo dejé ahí y me alejé en busca de Sofía.

El discurso de la directora terminó hace un rato, todos los estudiantes ya estamos acomodados en nuestras respectivas aulas y los padres se despidieron y se fueron. Mi aula es bastante pequeña al igual que las demás aunque está fuera del pasillo, en el patio, con solo ese mismo pequeño patio creando algo de distancia entre la dirección y secretaría y mi aula. Ya no es tan buen comienzo aunque siempre he sido una persona tranquila, no podría decir lo mismo de lo que mis nuevos compañeros de aula aparentan. Solo conozco a una persona en mi aula y ese es Ángel, el que más molestó mis dos últimos años de primaria, sip así como oyen, digo, ven. Un nombre tan angelical para alguien tan diabólico. Genial, la cosa va de mal en peor, es algo sabido que él va a continuar molestándome justo como en la primaria. Decidí sentarme en la primera mesa de la hilera de la izquierda, quedando detrás de la puerta cuando está abierta, lo cual es todo el tiempo y considero mi mejor opción antes de sentarme con un total desconocido y arrepentirme el resto del curso. Al menos mis profesoras principales del grupo eran buenas. Una incluso nos puso a hacer dramatizaciones, fue súper divertido.

Mis planes de sentarme sola se vieron frustrados cerca del mediodía cuando llegó una alumna transferida, sí, transferida el primer día y se sentó al lado mío porque era el único lugar libre. Al menos me cayó bien, teníamos gustos muy parecidos, incluso entablamos amistad con las dos chicas de la mesa atrás de la nuestra. Al mediodía fue hora de salir a almorzar de los que tenían permiso, y con mi buena suerte no me dejaron salir de la escuela. Que hambre tenia, pero Sofía me hizo compañía hasta que mi papá me fue a buscar y me dejaron salir plenas una de la tarde. Tenía media hora para ir al trabajo de mi papá, almorzar y volver. Una tarea difícil considerando lo lenta que soy comiendo. Los demás iban a sus casas pero yo iba al trabajo de mi papá que me queda al frente de la escuela, si se preguntan por qué no iba a mi casa es simple, vivo algo lejos de mi escuela y tengo que coger transporte para llegar, además de que aún no me daban la confianza para irme sola y no me daría tiempo de ir y volver en una hora y media. En fin, fui al trabajo de mi papá, almorcé más rápido que nunca y salí camino a la escuela de nuevo. Al cruzar la calle me encuentro con Alexa, una antigua compañera de aula en la primaria con la cual me llevaba muy bien.