𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎 ッ

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La casa de Mark era realmente muy bonita, tal y como lo pensó durante todo el camino mientras iban hasta la misma

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La casa de Mark era realmente muy bonita, tal y como lo pensó durante todo el camino mientras iban hasta la misma. Donghyuck descubrió que la casa del mayor no quedaba tan lejos del edificio donde estudiaban, y por eso algunas veces se lo veía yendo y viniendo caminando. No esperaba menos de ver aquel lindo y hogareño hogar del cual su familia era dueña. Se sorprendió al encontrar en la sala de estar a la madre, la señora Lee. Increíblemente no fue para nada algo incómodo, mas bien, la mujer lo saludó con una enorme sonrisa.

—Oh, que bonito eres —Le había dicho, causando que su hijo la regañara con un bajo "mamá" debido a la timidez que le daba verla siendo tan agradable con el vietnamita —. Déjame, también es adorable... —Comentó, causando que las mejillas de los dos adolescentes se sonrojaran, pero mas aún las de Donghyuck.

Mark carraspeó intentando cambiar de tema—. ¿Ya te vas al hospital?

— ¡Cierto! —Apagó velozmente la televisión antes de comenzar a juntar sus cosas—. Vendré en la tarde así cenamos juntos como te lo prometí —Se acercó a su hijo dejando un beso en la mejilla del mismo, y para la sorpresa del moreno, igualmente dejó uno en la suya—. Nos vemos, Donghyuck. ¡Siéntete como en casa! —Dijo algo antes de desaparecer por la puerta principal.

El mas bajo miró a Lee con una sonrisa—. Tu madre es adorable.

—Cariñosa en exceso, diría yo.

— ¿Y? No deja de ser adorable.

Ambos subieron luego al cuarto del mayor, y Donghyuck no se sorprendió al encontrarlo con esa fachada de estudiante de secundario que pasa por sus épocas de exámenes finales. Los papeles y apuntes desparramados en su escritorio lo delataban, pero a decir verdad, el sabía que su cuarto podía ser mil veces peor en esas mismas etapas del año. Todo lo demás se encontraba bien arreglado, era un lindo lugar como juraba que era todo el resto de la casa, ya que la decoración de la misma era simplemente bonita por donde se la viese. La suya también lo era, pero con Jihyo nunca le prestaron tanta atención a la decoración en general.

Tomó asiento en la silla con rueditas, alejándola del escritorio para acercarse a la cama y apoyar cuidadosamente sus pies en la misma pues no deseaba llegar a mancharla, o algo similar. Miró a su alrededor curioso, como siempre que iba a un lugar desconocido.

—No puedo creer que estemos... así, luego de todo —Comentó vagamente el menor, jugando con una lapicera que tomó del escritorio de Mark antes.

Este rió asintiendo vagamente—. Cierto... bueno, es extraño que todo termine así.

—Mas que extraño, es cliché.

—Demasiado —Asintieron los dos—. Como estamos en ese momento es cliché —Dijo Mark señalándolos a los dos, el sentado en el borde de su cama y cerca al menor—. Tengo una idea, dame tu móvil.

Sin pensarlo tampoco mucho, el moreno se lo entregó confundido. Se quedó en silencio observando como buscaba algo en pantalla hasta que observó su cámara abierta—. Ven, es para Taeil y Yuta —Le dijo, convenciéndolo rápidamente luego de decirle esos dos nombres.

𝗢𝗣𝗣𝗢𝗦𝗜𝗧𝗘𝗦 ;; 𝘮𝘢𝘳𝘬𝘩𝘺𝘶𝘤𝘬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora