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𔘓

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una semana había transcurrido desde su choque con lee. una semana en la que había estado evitándolo completamente, y aguantando los reclamos del rubio.

aún no se sentía preparado para hacerlo, y sentía que nunca lo estaría.

no importaba cuánto pensara en el tema, seguía sin saber cómo hacerlo, no podía ir simplemente hacia él y besarlo así de simple.

la situación empezaba a frustrarlo en demasía.

la campana que anunciaba la hora del receso había sonado, por lo que solo tenía cinco minutos para correr hasta la biblioteca y esperar a que el tiempo acabará e ir a su próxima clase.

esa era su rutina desde hace una semana, se había grabado de memoria el recorrido que hacía lee todos los días por el instituto, para atrasar lo más que pudiera aquel beso.

y no lo malinterpreten, la idea de besar los carnosos y apetecibles labios de lee es algo que había ansiado desde que tuvo un flechazo con el castaño pero era tan inseguro que si se lo volvía a cruzar lo único que lograría hacer es salir corriendo.

al llegar a la biblioteca se dejó caer en uno de los sillones del fondo, sacando una manzana de su mochila mientras tomaba uno de los libros que había cerca. el lugar era tan calmado que aveces aprovechaba para tomar pequeñas siestas.

estaba completamente concentrado en su lectura hasta que una risa muy conocida para él se hizo presente en el lugar, levantando la vista aterrado observó al castaño ubicarse en una de las tantas mesas que habían disponibles en la biblioteca acompañado de sus amigos.

maldiciendo a su mala suerte guardó todo apresuradamente y caminó lo más apresurado qué podía mientras procuraba no ser visto por el castaño y se dió la fuga de la biblioteca, corriendo por los pasillos mientras el corazón le latía al mil, llegó al patio trasero en dónde se sentó debajo de uno de los tantos árboles que habían, llevando una de sus manos hacia su pecho intentando regular su respiración después de la inesperada corrida que tuvo que dar.

cerró los ojos soltando un suspiro de alivio al verse fuera de "peligro" completamente y se dejó caer en el tronco del árbol tras de sí, respirando pausadamente e intentando recobrar la paz que tenía anteriormente. sin duda no se había esperado cruzarse con lee, pues el mayor llevaba haciendo el mismo recorrido todos los días que pensó que así podría evitarlo con facilidad.

pero al parecer no le había funcionado por mucho tiempo. decidió tomar una pequeña siesta debajo de la sombra de aquel frondoso árbol, acomodó su mochila para utilizarla de almohada y se dejó caer completamente sintiendo el fresco pasto bajo su tacto.

pero claro, su suerte nunca había sido la mejor.

- ¿acaso estás evitándome?

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𝖾𝗅 𝗋𝖾𝗍𝗈 𝖽𝖾𝗅 𝖻𝖾𝗌𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora