❝ 𝖡𝗍𝗌 - 𝖱𝖾𝖺𝖼𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 𝖧𝗒𝗎𝗇𝗀 𝖫𝗂𝗇𝖾 ❞

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Sɪᴛᴜᴀᴄɪᴏ́ɴ:

E

star de vacaciones era sin duda todo lo que todo ser humano necesita para seguir con su vida.

A tu esposo le dieron un corto lapso de tiempo para que pudiera "desestresarse" y "divertirse". Ya que pronto debía volver a HYBE, a seguir produciendo música, pero ya no para uso propio, sino, para un grupo pronto a debutar.

X era el encargado de organizar su primer álbum, mientras que los otros miembros se encargaban de otros grupos.

El trabajo poco a poco iba destrozando a X, ya que llegaba tarde a dormir o incluso habían veces en que no llegaba y se quedaba dormido en su estudio. No comía las tres comidas que debía, todo el computadora pasaba enfrente de esa computadora; así dañando su vista de igual manera.

Horas de trabajo y trabajo, debido a que las canciones o melodías que el producía no eran acorde al estilo del grupo, ya que X producía canciones de amor o desamor. Pero el grupo era "dark" o algo semejante, nada cute/kawai.

Por fin había llegado el día del debut y con mucho esfuerzo fue extraordinario, fueron un grupo muy bien recibido y admirado rápidamente.

Te encontrabas haciendo la cena, pero tu celular con una llamada entrante de X te impidió seguir con tu acto.

Mi-Suk: ¿Amor? ¿Ya vendrás? -Preguntaste revolviendo la pasta-

X: Hola nena, lo siento... Hoy no cenaré contigo, los chicos me invitaron a cenar y tomar algo...

Mi-Suk: No te preocupes, ve con ellos y diviertete. -Dijiste comprendiendo que X debía desestresarse de tanto martirio-

X: Sólo serán unas horas amor, no tomaré mucho ¿Sí? -Dijo cerrando su estudio-

Mi-Suk: Si quieres hazlo X, pero no conducirás así, llama un taxi o que uno de los chicos te traiga. ¿Entendido?

X: Como digas mi amor -Sonrió- Nos vemos en unas horas, te amo. -Colgó-

Sabías cuan odioso era trabajar horas y horas, por lo tanto entendías la situación de X. Él debía salir a liberar todo el estrés que sostuvo estas dos semanas.

Pero el lo haría de una manera... No tan linda, contigo.

Ya eran aproximadamente las cuatro de la mañana y te encontrabas en la sala, esperando a X.

Estaba casi por amanecer y el no aparecía ni contestaba las llamadas y peor aún los mensajes. ¿Qué le ocurrió?
¿Está bien? ¿Con quién está?

Cada maldita pregunta se repetía mientras las manecillas del reloj sonaban en aquel salón totalmente silencioso.

Pero aquella paz se esfumó al sonar la puerta con la clave puesta correctamente.