¿Es real?

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Cuando Lili llegó a su edificio se dirigió a el departamento de Hannah, levantó su puño para tocar la puerta, pero no fue necesario ya que la castaña abrió de inmediato la puerta.
—¿Pasa algo?, ¿Por qué ignoraste mis mensajes?— Comenzó Hannah. —Tenía una sorpresa preparada para hoy, aún puedo hacerla en la noche. Si tú quieres.— Terminó de decir la castaña.
—No me he sentido muy bien.—
—¿Es algo grave?, ¿Puedo ayudar?—
—No lo creo. ¿Puedo hablarte de algo?—
—Si claro, entra—
Las chicas entraron y se sentaron en el sillón de la castaña. Luego Lili dijo —No quiero continuar esto, lo siento.—
—¿De qué hablas?— Preguntó Hannah confundida.
—Nuestra relación. Creo que es suficiente y lamento mucho si te ilusioné de más. Tal vez no me gustan las chicas como creía o tal vez simplemente no me gustas tú— Dijo Lili evitando su nudo en la garganta, reteniendo las lágrimas y manteniendo su voz firme.
Hannah frunció levemente el ceño y comenzó a llorar. —Amor, se que no es eso, se qué hay algo más. Dime qué pasa, por favor, yo puedo ayudarte—
—Ya te lo he dicho— Comenzó Lili con su postura anterior. —Me di cuenta de que no siento lo que creí que sentía por ti, solo fue algo pasajero, para experimentar. Así que por favor olvídalo, ¿quieres?. No me busques más, tampoco quiero mantener una amistad contigo, sería vergonzoso que nos vean juntas después de nuestro intento de romance.—
La castaña empezó a creer las palabras de la ojiazul y sentía su corazón romperse, seguía llorando mientras se preguntaba ¿qué fue lo que hizo mal?, ¿su chica ya tenía planeado esto?, ¿en verdad nunca la quiso?, muchas preguntas se pasaban en la mente de Hannah, pero no pudo decir ninguna, solo se mantenía llorando.
—Hey, no llores así. Fue algo de pocos meses, en poco tiempo encontrarás a alguien más, una chica más linda que yo quizá.— Dijo Lili en un intento de consolar a su chica.
—Prometiste que siempre estaríamos juntas— Sollozó Hannah.
—Pronto pasará todo, te quiero, pero no quiero verte más. Adiós Hannah, te deseo suerte.— Finalizó la ojiazul y salió del departamento, cuando llegó a su habitación lloró como lo había hecho el día anterior, se sentía destrozada, ella en verdad ama a la castaña y recordar lo cruel que fue con ella le parte el alma.

Hannah aún estaba sentada en el sillón donde Lili la había dejado, hecha pedazos. Se levantó y caminó hacia su habitación luego abrió el cajón de su mueble de noche y sacó unos delgados anillos de plata, esos eran la sorpresa de la castaña para la ojiazul, Hannah quería hacer una promesa con su chica, era un paso más en su relación, prometerían estar juntas y algún día cambiar esos bellos anillos por unos de compromiso. Eso no pasó.
Volvió a guardar los anillos en su lugar y se acostó en su cama a llorar, su mente hecha un lío y su corazón destrozado. Así pasó toda la noche.

Al día siguiente...

Lili entró a la oficina de Simon con una expresión de cansancio y era evidente que había llorado todo el día anterior.
—Está hecho.— Dijo la ojiazul.
—¿De qué hablas?— Preguntó Simon.
—No te hagas estúpido porque se que no lo eres. Terminé mi relación con Hannah.—
Simon echó una risa sarcástica y dijo —Ah, preferiste tu lugar laboral en lugar de a tu intento de novia. Lo sabía, ella no te daba lo que necesitas. No te preocupes, conmigo tendrás tu empleo y si obedeces tal vez tendrás un buen acenso. De igual manera aquí tienes un gran pene disponible por si tienes días de calentura, este nene se sentirá mejor que cualquier cosa que haya hecho esa machorra para intentar provocar un orgasmo en ti—
Lili lo miraba de manera firme odiando cada parte de ese viejo asqueroso y en su mente le gritaba muchas cosas que no podía decir en voz alta.
—Más te vale que no estés mintiendo, porque tengo ojos en toda Europa, si vuelvo a verte con esa u otra machorra te juro que no me detendré ni un poco para hacerte las cosas más horribles que puedas imaginar. No trates de engañarme porque no tienes ni idea de lo que soy capaz— Dijo Simon, se colocó al costado de Lili y lamió desde su cuello hasta la mitad de su cachete y boca. —Ahora sal y has tu trabajo— finalizó.
Lili salió completamente asqueada, se dirigió al baño y mientras salían lágrimas de odio por sus ojos lavó las zonas que habían sido lamidas con anterioridad por su jefe, luego hizo lo que se le ordenó. Trabajó como lo haría cualquier otro día.


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794 palabras.

Enamorada de mi vecina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora