➊. 𝕮𝖑𝖆𝖓𝖊𝖘

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[𝑹𝒊𝒗𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒂 𝒎𝒐𝒓𝒊𝒓...]

En aquella ciudad de Kioto, se debía andar con cuidado de no toparse con estos dos clanes enemigos por las calles

Su rivalidad nació décadas atrás, algunos dirán que fue desde el período Heian, pero realmente no bastaría la memoria de los más sabios para recordar desde cuándo y por qué se odiaban a morir...

Tanto el clan Gojo como el clan Zenin no podían verse ni en pintura, no podían ser invitados a las mismas casas reales y mucho menos podían ser citados a la misma hora del día

Y si se encontraban por aquellas calles de Kioto solo significaba problemas y muerte

Aquel caluroso día de junio no fue la excepción

Afuera de una de las más poderosas y antiguas casas reales de aquella ciudad se armo un gran alboroto

—Miren a quien tenemos por aquí — soltó un hombre rubio teñido

Su voz trataba de sonar imponente mientras llegaban a aquel recinto conocido por ser parte de un templo sagrado y un lugar importante para arreglar matrimonios

—¿Uh? Con razón olía a mierda a kilómetros... ¿Qué hace el clan zenin aquí? ¿Se les perdió algo, bola de sarnosos? — con burla respondió un hombre de cabellos blancos y muy alto mientras acomodaba sus gafas de sol

—Eso es algo que no te importa, hijo de puta...— respondió aquel rubio con furia

Las risas y las malas caras de aquellos que los acompañaban no se hicieron esperar

Era común ver a estos dos hombres y a sus familias con compañía privada y bien armada

El alto y de cabellos blancos se llamaba Satoru Gojo y este sería el próximo líder de su clan

Arrogante y mujeriego... eran las palabras que lo describían perfectamente, pero el rubio no se quedaba atrás con aquellas palabras para también describirse así mismo 

El rubio con piercings en la oreja llevaba por nombre Naoya Zenin e iba por el mismo camino a ser el próximo líder de su clan... un líder misógino en toda la expresión de la palabra

Ambos se odiaban a morir debido al odio inculcado desde niños por sus familias y en cualquier momento... uno de los dos debía morir

Aquellos que venían detrás de ellos se pusieron en posición para atacar a golpes o a balazos si era necesario

—¡Vaya vaya! Parece que el perro debe salir acompañado por si se lanza a atacar ¿eh?— Gojo bufo al ver la seguridad detrás de Naoya —¿Acaso no puedes ir tu solito? ¿Se te mojan los pantalones?—

—¿Uh? — aquel rubio levanto una ceja —Yo solo conozco un perro vulgar de cabellos blancos que le encanta revolcarse con perras de la calle —

Aquellos dos se estaban empezando a hacer de palabras

Gojo solo río por aquello, le daba gracia ver a ese tipo tratar de insultarlo

—Bueno, solo hay una forma de solucionar esto— comento Naoya muy molesto ya con sus manos hechas puños

—¡Ja! Como si alguien como tú, pudiera ganarme— dijo Gojo guardando sus gafas

Los ánimos ya se habían encendido y aquellos que los acompañaban ya estaban listos para atacarse

Un primer golpe fue lanzado por el próximo líder zenin, sus puños querían destrozar la cara de su enemigo

Pero el próximo líder Gojo sabía esquivar sus puños, incluso logrando atinarle uno que otro puño en el estómago de su adversario

Y aquello se convirtió en una pelea campal entre ese grupo de hombres... incluso varios balazos hicieron retumbar el cielo y asustar a los pobres transeúntes

Ambos enemigos estaban dispuestos a matarse si era necesario

Y cuando ambos sacaron sus armas de fuego y estaban dispuestos a jalar del gatillo

Una voz más importante los detuvo

—¡Basta par de idiotas! ¡No los quiero peleando fuera de mis tierras!— grito Yoshibobu, aquel anciano era su superior tanto en edad como en rango social

Ambos varones se detuvieron y miraron a aquel hombre que salió acompañado de una Miko

—¡Ustedes dos con sus problemas! ¡Algún día, en serio provocaran una gran desgracia! — soltó Yoshinobu molesto

—Mis más sinceras disculpas mi señor, pero...— Naoya miro con odio a Gojo — este perro se cruzó en mi camino cuando me dirigía a este su recinto... mi señoría —

Gojo solo rodó los ojos —El perro es otro... maldita basura—

—¡Hijo de puta!— grito Naoya volviendo a levantar su arma de fuego

—¡Basta! ¡Les prohibido pelear en esta zona de la ciudad que me pertenece!— grito aquel anciano

Naoya dudo un momento en disparar mientras veía con odio a su adversario...

Después de unos segundos, bajo su arma y miro de nuevo a aquel anciano

—Si de nuevo los veo pelear por aquí o en cualquier parte de la ciudad, juro por los dioses y por mi rango que los mandaré a ejecutar... así que — si dirigió seriamente a Naoya — adelante, que tenemos asuntos que tratar—

Yoshinobu miro a la Miko que lo acompañaba
—Utahime, guía a Naoya hasta la sala de te... por favor — ordeno

—Si señor... por aquí mi amo...— dijo sumisamente aquella mujer, no sin antes mirar furtivamente a Gojo Satoru

Sus miradas lo decían todo... algo no iba bien

—Gracias señor— Naoya solo sonrió con malicia antes de entrar a aquel recinto detrás de aquella hermosa mujer

En cambio, Gojo torció la boca —Hijo de...— escupió al suelo un poco de sangre

—Y en cuanto a ti— Yoshinobu se dirigió a aquel albino —Te pido que te retires por hoy Satoru... no quiero verte en mis tierras mientras Naoya esté aquí —

—Como usted diga... anciano— soltó Gojo con desprecio y dándole la espalda para retirarse de ahí

A la mente de aquel albino se le vino un extraño presentimiento

Era demasiado raro ver al clan zenin ir a hablar con aquel anciano que gustaba de arreglar matrimonios

Así que, con un tronar de sus dedos, pidió que uno de sus sirvientes le acompañara a buscar a su informante dentro de aquel santuario

—¿Por cierto? ¿Dónde está Yuta?— se preguntó al notar la ausencia de su primo en todo el día


Pero aquel joven de cabellos negros estaba perdidamente mirando la belleza lejana de una joven de cabellos verdes oscuros en aquella plaza tomando un café a unas mesas de él

𝑪𝒐𝒎𝒐 𝑹𝒐𝒎𝒆𝒐 𝒚 𝑱𝒖𝒍𝒊𝒆𝒕𝒂 (yυτα x мαкi) [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora