Querida Laura:
Han pasado casi siete años desde la última vez que te vi. Me tomó mucho tiempo escribir esta carta, pero sobre todo, me tomó tiempo perdonar y entender, todo lo que hiciste.
Como alguien me dijo una vez, yo también te fallé. Te fallé al no darme cuenta de tus sentimientos. Yo te consideraba mi mejor amiga, mi hermana, pero debí darme cuenta que eso no era lo que tu querías, lo que tú sentías. Estaba tan inmersa en conseguir todas esas cosas que nunca tuve: una familia, hermanos y padres que te aman; alguien incondicional. Fui egoísta y tal vez es por eso que tu estas en este momento allí.
Yo te perdono, Laura. Por utilizar las cosas que me herían, a tu favor. Por manipularme, para tu conveniencia. Por tratar de dañarme y dañar a los que amaba.
Pero sobre todo, me perdono a mí misma. Me perdono por no verte como realmente eras. Me perdono por no haber sido realmente una buena amiga. Por no haber sido incondicional para ti.
Tal vez pienses que después de tanto tiempo, no vale. Que es demasiado tarde. Pero no es así, nunca es tarde para perdonar, olvidar y seguir adelante.
Me demore, es cierto.
Pero es que si lo hubiese hecho antes, no hubiese tenido sentido. No quería ser hipócrita contigo, ni conmigo misma. Esa no es la persona que soy ahora.
Tal vez no quieras saber cómo han sido mis días hasta ahora, pero igual te lo contare.
Después de aquel día, decidí separarme de Poche. Fue increíblemente difícil. Sobre todo por el embarazo. Ella me dejó la casa y se fue a un hotel. Como teníamos que ir a los juicios por lo que sucedió, pasamos mucho tiempo juntas. Todos los días iba a verme después del trabajo, llamaba constantemente, para saber cómo iba el bebé.
La primera vez que lo vimos lloró y abrazo a la doctora, luego de ello, salió al pasillo a mostrarle a todo el mundo la primera imagen de su bebé. Era maravillosa y yo sabía que iba a ser una gran madre.
El día que los papeles del divorcio llegaron, me di cuenta de que era una cobarde.
Amaba a poche y no iba a hacer nada por nosotras. Le había dicho que el amor no era suficiente y es cierto, pero si era una base, una muy fuerte.
Así que rompí los papeles y la encare, no fue fácil con una panza de siete meses que hacía que me cansara fácilmente por todo.
Poche se negó y firmó el divorcio. Luego de que lo firmé y pasamos los papeles, ella me propuso matrimonio de nuevo.
Quise matarla cuando lo hizo. Pero sus razones eran válidas.
Ella quería un nuevo comienzo.
Claro, nunca podríamos borrar lo que paso y, a pesar de todo, tampoco queríamos hacerlo. Eso nos enseñó muchas cosas, a las dos.
Nos casamos justo, un día antes de que el bebé naciera. Fue una suerte que no llegara en medio del juzgado. El parto fue largo y doloroso. Pero poche estuvo allí conmigo, como siempre lo había estado.
Luego de horas de dolor y agonía, Salomón Garzón-Calle llego al mundo. Era la cosita más hermosa que nunca hubiéramos visto y no lo digo solo por ser su madre. Es totalmente idéntico a poche. Y morí de envidia cuando vi los hermosos ojos verde aceituna que tenía.
Compramos una nueva casa, porque como dije, queríamos un nuevo comienzo. Y todos los días después, fueron increíbles.
A poché le tomo algún tiempo perdonarse y olvidar, pero decía que si me tenía a su lado, cualquier cosa era posible.
Tres años después, en el cumpleaños de poche, nació Antonia Garzón-Calle. Para poché fue el mejor regalo de cumpleaños del mundo, luego de un embarazo algo difícil, pero sobretodo agotador. Aunque no sé de qué se cansaba ella, si era yo la de la panzota.
Antonia es, como Salomón, idéntica a poché. Cualquiera creería que Poché los tuvo sola. Mi aporte genético fue casi nulo.
Luego del nacimiento de Antonia, vinieron tiempos algo más difíciles. Tuvieron que medicarme por depresión post parto, poché fue la que peor la llevo. No quería verla ni sentirla cerca.
El médico nos informó que era normal y que una vez mis hormonas se normalizaran y el medicamente surtieran efecto, todo iría mejor. Era cuestión de tiempo. Pero mi esposa no estaba tan convencida y pensaba que yo aún no olvidaba lo que había pasado con Abi. Una vez que me recuperé y que el médico nos autorizó, a Antonia y a mí, para viajar, nos fuimos de segunda luna de miel y pase todo el tiempo convenciéndola de que la amaba y nunca dejaría de hacerlo.
Tuvimos tiempos difíciles, otros peores. Pero siempre supimos sobrellevarla y salir adelante, juntas. El amor nos dio la fe de que todo era posible.
Te cuento todo esto, para mostrarte que seguí adelante, que poche también lo hizo, que tú también puedes.
Poché pasó todos estos años diciéndome que viniera a verte. Que debía perdonarte, pero no fue fácil. De las dos, ella fue la que primero te perdono. Es una mujer maravillosa.
Te mando esta carta porque no quería ir a verte en prisión, no quiero que la última imagen de mi mejor amiga fuese esa. Yo conservo los buenos recuerdos y son esos los que atesoro y rememoro.
Quiero que te perdones, me perdones y olvides. Quiero que sigas adelante. Que cuando salgas de allí, salgas tranquila y en paz contigo misma. Quiero que perdones, olvides y sigas adelante, para tener una vida feliz, plena y sin remordimientos.
Porque eso es la vida.
PD: Porque fuiste mi mejor amiga y alguien importante para mi, hay algo que quiero compartir contigo y quiero que seas la primera en saberlo, es probable que no lo vayas a ser por la demora en que recibas esta carta, pero la intención es lo que cuenta. Estoy embarazada de nuevo. Y esta vez estoy segura, de que si se parecerá a mí.
Con cariño,
Daniela Garzón-Calle.
________________________________________
Y así llega al final está increíble historia.
Gracias por leerla y estar pendiente a ella los quiero.
Nos leemos pronto. 🦋🦋
ADIÓS KB🎆
ESTÁS LEYENDO
𝐈 𝐍 𝐅 𝐈 𝐄 𝐋 (𝓐𝓭𝓪𝓹𝓽𝓪𝓬𝓲ó𝓷 𝓬𝓪𝓬𝓱𝓮)
ФанфикшнDaniela la ama. María José le es infiel. Daniela quiere venganza. ¿Que sucede cuando no sale como lo planeas? Están casadas y todo parece ser perfecto Entonces ella le es infiel. Ella lo sabe, pero una vez que la ve, el deseo de hacerla sufrir tant...
