𝐈 𝐍 𝐅 𝐈 𝐄 𝐋 (𝓐𝓭𝓪𝓹𝓽𝓪𝓬𝓲ó𝓷 𝓬𝓪𝓬𝓱𝓮)

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 XIV

- Tú... ¿estamos esperando un bebé? – poche estaba de pie, observando a su esposa. - ¿Vamos a tener un bebé? – El shock por la noticia era tal, que ninguno se había percatado de que poche estaba libre de la silla y las cuerdas. 

Ninguno se dio cuenta cuando Aby abandono la habitación.

Calle que estaba tratando de no contener el aliento, sintió una pequeña alegría, al ver la reacción de su esposa. No era la mejor forma de darle la noticia, ni tampoco el lugar indicado, pero sus ojos brillaban y tenía una sonrisa en la cara que le dijo, que si ella se lo hubiese dicho en su casa, con una linda cena como había planeado cuando se enteró, poche se hubiera puesto pletórica de alegría. 

Poche se acercó a su esposa, al darse cuenta de que aún seguía esposada a la cama, reaccionó. Aún estaban retenidos. Giro hacia laura para tratar de convencerla de que las dejara ir o por lo menos liberara a su esposa.

Las palabras murieron en su garganta al ver la expresión en el rostro de ella. Tenía una mueca diabólica, con el ceño y los labios fruncidos. Los ojos brillaban de odio y furia, su cara estaba totalmente roja, y el blanco de aquella furia, era Calle.

En el momento en el que Laura se abalanzó contra su esposa, poche salto delante, protegiéndola con su cuerpo. Era increíble la fuerza que una mujer menuda como Laura , tenía. Ella chillaba y gritaba insultos, mientras forcejeaba contra poche. A pesar de que jamás le había levantado la mano a una mujer, el instinto de defender a su esposa e hijo, hizo que le diera un derechazo a la mandíbula. Laura cayó al suelo con un chillido, haciéndose una bola en la alfombra. 

Poche giró y miro alrededor de la habitación, buscando la forma de romper las esposas o una llave que liberara a Calle. A penas se había dado la vuelta, cuando un golpe la tumbo al suelo. Laura estaba frente a ella, con la silla en las manos. Poche giro su cuerpo al mismo tiempo que Laura , destrozaba la silla en el suelo, tratando de golpearla. Un dolor en el hombro, le dijo que no había sido del todo rápida, para evitar el golpe. 

Un estruendo en la puerta hizo que todos desviaran su atención hacia allí. Aby estaba parada detrás de unos oficiales de policía. Un ruido de sirenas comenzó a llenar el aire. 

Antes de que los uniformados se llevaran a ambas mujeres esposadas, Aby se giró hacia poche con expresión acongojada.

-Yo nunca quise hacerte daño. Realmente te amaba. Lo siento. – Con su esposa en sus brazos, ella no pudo evitar pensar que si Aby realmente la amara, como ella amaba a Calle, jamás la habría obligado a nada, ni puesto en peligro.

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Corto, ya está llegando al final