Gracias al grupo de Facebook la Historia Continúa... (https://web.facebook.com/groups/1570334716679809/?ref=share) y M.M por permitirme usar su portada para esta historia.
Por Sara G.
CAPITULO 1
Betty no podía creer que en la tienda de su barrio, donde era cliente de tanto tiempo, no se hubieran ofrecido y se hubiesen negado a llevarle aquel mastodonte de pino para adornar hasta su casa. Caminaba como podía, arrastrándolo por la calle, hasta llegar a su portal. Ahora quedaba lo peor. Tenía que subir hasta el segundo piso por aquella escalera tan estrecha.Al escuchar el jaleo de las protestas de Betty, y el ruido del árbol al ser arrastrado cuando pasaba por el primer piso, Dª Eugenia abrió su puerta para saber qué pasaba. A Betty sólo le faltaba el último tramo de la escalera para llegar a su puerta.
Eugenia: ¿Qué pasa Betty? ¿a qué viene tanto jaleo?
Betty: No me desconcentre Dª Eugenia, ¡que me voy a caeeeerrr!
Efectivamente, con el esfuerzo el árbol se le soltó de las manos, y salió disparado como si de una avalancha o un alud se tratara, dirigiéndose a la puerta de Dª Eugenia, que atónita, presenciaba la llegada inminente de aquel monstruo que se le venía encima. Inevitablemente el árbol aterrizó no sólo en su puerta, sino que también se llevó por delante a Dª Eugenia hasta la sala de entrada de la casa.
Betty: -cerrando y apretando los ojos como queriendo negarse que lo inevitable había pasado- Upppsss… -abre un poco un ojo- ¿Dª Eugenia?
Dª Eugenia todavía tenía los ojos muy abiertos, estaba sentada en el suelo con las piernas abiertas, los brazos en cruz, apoyada en la pared, con pinchitos de pino enredados por todas partes.
Dª Eugenia: -reaccionando- ¡¡¡BEEETTTTY!!!!
Betty: -abre los ojos y de un salto baja la escalera- ¡Dª Eugenia! ¡qué pena con Vd.! no se preocupe, yo le arreglaré los desperfectos, pero por favor, ¡dígame como está!
Dª Eugenia: -levantándose y escupiendo pinchos del pino-. ¡Eres una insensata! ¡como se te ocurre subir sola ese árbol!
Betty: Dª Eugenia, es que no me quisieron ayudar a llevarlo hasta la casa, así que tuve que hacerlo yo sola. Pero no se preocupe, que volveré a intentar subirlo y después le limpio el piso y le pinto la pared.
Dª Eugenia: -recapacitando-. ¡No mija, como crees! Ahora mismo le digo a Nicolás que te ayude a subir el árbol. –con voz picarona- Tu sabes que él te quiere mucho, y no le importará tener que ayudarte -llamando a Nicolás- ¡Nicolás!, ¡Nicolás! Venga para acá, muchacho.
Nicolás aparece todo desgarbado, con una camisa, tirantes y unos pantalones arremangados, y se coloca sus enormes gafas, cambiándole el semblante.
Nicolás: ¡qué hubo Betty! –al ver el árbol- ¡Vaya, Servicio Teleárbol: su árbol en la puerta de su casa! oj,oj,oj. –codazo de Dª Eugenia- ¡auuuuhhhhh! ¿por qué me pegas?
Eugenia: -poniéndose encantadora- Nicolás, tienes que ayudar a Betty a subir el árbol a su casa, ella sola no puede.-Betty pone cara de horror-.
Nicolás: -fastidiado- Tiene que ser ahora mismo. Estaba viendo los dibujos animados.
Eugenia: -conteniendo el genio- Nicolás, ¡ahora mismo! –cambiándole el semblante y sonriendo- Betty, como verás Nicolás, es una gran ayuda, no entiendo que con lo buen muchacho que es, todavía no tenga novia.
Betty. –sarcástica- Sí, claaaro, es muy raro que todavía no tenga novia.
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UN PRINCIPE PARA NAVIDAD
RomanceHistoria de Sara G., mi intención no es apropiarme de ésta obra ni de ninguna otra. Disfruten la lectura. Betty no podía creer que en la tienda de su barrio, donde era cliente de tanto tiempo, no se hubieran ofrecido y se hubiesen negado a llevarle...