Una pacífica mañana comenzaba Asgard.
A penas el sol se alzó en el horizonte iluminando tenuemente las hermosas calles las personas comenzaron a salir de sus hogares rumbo a cumplir con sus trabajos, deberes y obligaciones, incluso los miembros de la alta sociedad parecían estar interesados en abandonar sus casas aquella mañana con rapidez.
¿La razón?
El anuncio real sobre el baile de temporada.
Le emoción podía sentirse en el aire al igual que la tensión y preocupación en las casas donde por primera vez los padres debían preparar a sus hijas en edad casadera.
Eso significaba todo nuevo, desde el calzado hasta los tocados; significaba ensayar las reglas, desde como ingresar el salón, que propuestas aceptar, como sujetar las copas y cada pequeño detalle que las acercara a la perfección; significaba crecer y dejar el nido vacío, pues las que recibían propuestas rápidamente (debido a que tenían un romance previo o un interés amoroso) abandonaban sus hogares incluso antes de cumplir una semana desde la celebración del baile de temporada.
Aquello era todo un drama. Uno que tras 21 años la familia Johansen experimentaría por primera vez.
Pero a todo esto ¿quienes eran los Johansen?
El conde Matthew Johansen y su esposa la condesa Lyra se unieron en matrimonio veinticinco años atrás cuando eran simplemente un par de chicos con una clase social media-alta.
Matthew era el artista más aclamado del condado de Agder, lugar donde además de encontrarse situado el palacio residían los miembros más nobles de la alta sociedad Asgardiana por lo que el hombre comenzó a ganar popularidad rápidamente, pintando los retratos más exactos y esculpiendo con una precisión casi inhumana. Los diarios de la ciudad hablaban de su trabajo y de boca en boca la excelencia de los Johansen (pues Lyra no se quedaba atrás, siendo una de La mejores pianistas del condado) llegó a los oídos del Rey de Asgard, Odin, que por mera curiosidad puso a prueba el talento de aquel matrimonio.
Y así, ese día de junio, Odin y su esposa Frigga quedaron encantados.
Comenzaron a contratar a Matthew para pintar cuadros para el palacio, para realizar los retratos reales, arreglar galerías y esculpir obras de arte que ornamentaran los pasillos. Mientras Matthew trabajaba y Lyra tocaba melodías que encantaban al palacio, los reyes más allá de la relación laboral comenzaron a entablar una relación personal con aquel matrimonio.
Los invitaban a cenas, fiestas, actividades reales. Fue tanto el aprecio y el agradecimiento por sus labores que el rey les otorgó el título de Conde y Condesa de Adger, consiguiendo así beneficios tales como el cambio de su modesto hogar por una preciosa mansión con un amplio terreno y estar exentos del 50% del cobro de los impuestos, con posibilidad de subir aún más dependiendo de sus servicios.
La vida para los Johansen era cada vez mejor.
Y en ese punto de su estabilidad decidieron que era el momento de pensar en familia. Lo cual resultó rápidamente en el nacimiento de su primogénita: Eliza Amely. La niña era el vivo retrato de su madre desde el nacimiento, con el oscuro cabello negro, los profundos ojos azul cielo y la piel blanca como la nieve.
Al año siguiente llegó Daniella Beatriz, una niña igual de hermosa que Eliza, incluso muchos llegaban a decir que más. El mismo cabello azabache se hacía presente en la chica, sin embargo los ojos avellana de su padre le habían sido heredados, cargados de una picardía y rebeldía de primera. Su piel era tan pálida como la de su hermana mayor y una gran cantidad de lunares se veía esparcida por su cuerpo.
Un año más tarde llegó Cristina Céline (con la que sus padres con gracia notaron que su tradición del abecedario a a inversa debía proseguir), justo al mismo tiempo en que la reina de la nación conmocionaba Asgard con la llegada de su primigenito, Thor. Pero volviendo a Cristina; al tercer intento el cabello pelirrojo de Matthew se había hecho presente y al igual que Daniella también los ojos avellana. Aunque Cristina se pareciera tanto a su padre era la dulce sonrisa de su madre la que adornaba su rostro y en asuntos de palidez en la piel resultaba la campeona.
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La quinta temporada | Loki Laufeyson
FanfictionUn reino sólido, estable y prospero. Una pequeña familia real adorada, amable y bondadosa con su gente. Un baile de temporada que era realizado al principio de la primavera donde las hormonas estaban a flor de piel, la seda flotaba al ritmo de la m...