Capítulo 1

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Maxine

Comencé a sentir que alguien me tocaba el hombro con suavidad. No le di importancia y me limité a acomodarme entre las sabanas para continuar con mi sueño reparador hasta que sentí como un almohadón aterrizaba contra mi cara.

—Auch! Que te pasa?!

Abro los ojos para encontrarme a un espécimen emparentado con la familia de los monos, en otras palabras, mi hermano.

—Son las 7:35, te salvo de llegar tarde a tu primer día de escuela. Tranquila hermanita, después me lo agradeces— dijo con toda la tranquilidad, si será imbécil. No me malinterpreten, lo adoro es mi hermanito, pero hay veces que, no se... se podría emancipar y mudarse a Canadá. No Max, no! tiene dieciseis años, ya va a madurar, esperemos.

—Alex—inhalo profundamente contando hasta diez— Tenés exactamente cinco segundos hasta que agarre el velador y te deje inconsciente hasta el mes que viene

Soltó una risa —Uff que miedo

—Idiota— suspiro cansada.

—No estaría haciendo bien mi trabajo si no te molestara de vez en cuando— dice con obviedad.

Lo miro enarcando una ceja —Y no puede ser en otro momento en el que no esté durmiendo plácidamente?

—Nop— es lo último que dice antes de salir por la puerta.

Volteo los ojos y me dispongo a levantarme para darme una ducha, lavarme los dientes y vestirme. Elijo un pantalón cargo marrón claro con una remera negra suelta que me llega por abajo del ombligo y unas zapatillas blancas. Me ato el pelo en un moño desordenado y salgo de mi habitación. Cuando bajo a la cocina me encuentro con mi papá tomando su café con tostadas mientras lee el diario concentrado como si las palabras se fueran a escapar si las pierde de vista. Tengo que admitir que está en muy buena forma para su edad, su pelo es castaño, como el mío, y lo cubren algunas canas; sus ojos color miel se despegan del papel para mirarme en cuanto entro.

—Hola princesa— me sonríe abiertamente.

Me acerco para darle un beso en la cabeza —Buenos días pa, cómo dormiste?— suelta un bostezo.

—No tan bien como hubiese querido, anoche tuve que trabajar horas extra— lo miro apenada. Mi papá es un excelente médico cirujano, y aunque ama su trabajo, le demanda muchísimo tiempo y hay días que vuelve a casa después de las doce de la noche. Me gustaría que este más tiempo con nosotros, pero sé que no le puedo exigir nada. Desde que mi mamá murió, con todo el amor del mundo nos cuidó a Alex y a mí, trabajando para darnos todo lo que necesitamos y, aunque no somos ricos, nunca nos faltó nada y vivimos cómodos gracias a él.

—Necesitas descansar, cuando son tus próximas vacaciones?— pregunté. Estaba preocupada por la pinta que tenía; las pequeñas ojeras amenazando con salir por abajo de sus ojos.

Se agarró el mentón pensando —creo que en abril son las mas cercanas, pero vos tranquila que estoy bien, ya voy a dormir cuando vuelva hoy de trabajar. Ahora desayuná que no queremos que llegues tarde a tu primer día.

La verdad es que no se por que la gente hace tanto circo por el primer día de clases. Es exactamente igual a los doscientos días que le siguen pero con la diferencia de que todos sonríen de la forma más exagerada y se abrazan entre todos después de no verse durante las vacaciones.

Cuando termino de comer, me despido de mi papá y me encamino a mi auto junto con Alex que toma su lugar en el asiento del copiloto mientras yo me siento en el del conductor. Adoro mi auto, es un Mini Cooper de color blanco que me regaló mi progenitor (así le digo cuando lo molesto) para mi cumpleaños. No tardé nada en sacar la licencia de lo emocionada que estaba.

Después de 10 minutos llegamos a la casa de mi mejor amiga, jessica. Fui muy ingenua cuando le mostré mi regalo, debí suponer que me iba a esclavizar como su chofer personal cuando la vi tan contenta.

—Taxi! lléveme a la escuela pliss—grita antes de subirse en los asientos de atrás

—Ja ja, graciosita—  la miro por el espejo retrovisor.

Me regala una sonrisa inocente antes de hablarle a mi hermano —Hola enano—  dice revolviéndole el pelo.

Pude notar como Alex se sonrojaba levemente. No era secreto para mí que tenía una especie de crush con mi amiga, y no lo culpo, mi amiga es un mujerón. Entre sus ojazos azules, su pelo ondulado rubio Pantene, el cuerpazo y su carácter fuerte, quien no se fijaría en ella.

—Ho.. hola Jess— dijo tartamudeando.

Ay que ternura!

Ahora se concentra en mí —A qué no sabes?!—aclaremos que esta mujer es la primeras en enterarse de cualquier chisme. Es como su 6to sentido —Me dijo Victoria, que escuchó a Anna mientras hablaba con Brad, decir que Clara le dijo...

—Al grano Jessie

—Sí sí, perdón. Dijo que este año hay alumno nuevo— soltó de forma sugerente subiendo y bajando las cejas.

—Ah sí? Y sabés quien es?

—La verdad ni idea, pero espero que este bueno, llevamos bastante sin renovar el catálogo— dijo emocionada.

Bufé — Si entendés que la escuela no es una revista de ventas de hombres no?

Rodó los ojos —Lo sé, aunque sí hay varios que te dan atención privada y gratuita

Como no, ya tenia que salir con sus comentarios bizarros de primera mano.

—No hay caso con vos— dije fingiendo indignación sin poder ocultar mi risa.

—Ehh sigo acá!—Exclamó asqueado Alex.

—Sabemos que no sos ningún ingenuo chiquito— dijo mi amiga riéndose.

Mi hermano abrió la boca como si hubiese dicho que las vacas vuelan —Primero y principal, no dije que no sabia de lo que estaban hablando, solamente que sus mentes perturbadas me dan cierto miedo cada vez que se refieren al sexo masculino, enserio trátense con profesionales! y segundo pero no menos importante, no soy chiquito! soy todo un hombre— dijo con aires de superioridad.

Nuestras risas no cabían en el auto

—Perdón señor hombre no lo molestamos más, pero recuerde que es mayorcito cuando me pida dejar la luz del baño prendida después de ver El Rey León—dije con las lágrimas saliendo de mis ojos de tanto reírme.

—Es enserio?—dijo mi amiga incrédula.

— Hey! culpa a mi fobia por las ratas— se defendió.

—Por enésima vez Alex, Timón no es una rata—  lo contradije.

Rodó los ojos —Es lo mismo

—Da igual, acelerá que no queremos llegar tarde— nos recordó mi amiga.

—Bien bien— dije antes de acelerar.

No pude evitar pensar en lo que dijo Jess. Íbamos a tener un compañero nuevo. Será divertido? Estará bueno?

Qué decís Max?! no seas tonta.

No puedo caer otra vez. Me prometí a mi misma que no iba a ser el juguete de nadie más y lo pienso cumplir.
El caso es que no hay chance de que justo ahora llegue el indicado...

o sí?

RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora