›› Compliqué et intolérable

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— Bien, eso es todo

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— Bien, eso es todo. Pueden retirarse, y ya saben, ustedes no me presentan este trabajo extenso — las miró con neutralidad. — y, las probabilidades de que desaprueben mi curso son mayores. Se regirá la mitad de su promedio.

Sana tragó grueso. Ella jamás, pero jamás, había tenido una materia a cargo y no se iba a tomar la molestia de tenerlo en su último año de colegio, mucho menos por esa tonta alfa que lo único que sabía hacer era crear problemas.

— Entendemos, profesor Do. — habló bajito, la pena la consumía por haber presenciado una faceta distinta del quién la consideraba su alumna estrella. La sensación era muy fea.

Jihyo seguía cruzada de brazos sin tomarle la verdadera importancia, solo quería salir del estúpido colegio para encerrarse en su habitación por unas largas horas.

— Hasta luego, que tenga buena tarde. — la omega se despidió en nombre de ambas y por fin salieron del salón. No había ningún tipo de bullicio puesto que ya habían pasado aproximadamente más de diez minutos desde la hora de salida y los pasillos estaban totalmente vacíos.

Sana le dedicó una mala mirada a la alfa que estaba cerca de ella, se acomodó la mochila al hombro y aceleró el ritmo de sus pasos para alejarse por completo. No quería tener nada que ver con ella por el momento, es más, ahora mismo no sabía cómo iba a soportarla cuando hicieran el proyecto, juntas. Literalmente todo estaba siendo una situación estúpidamente cliché.

— ¡Oigan. ¿A dónde creen que van?! — la voz del rector Chang resonó detrás de ellos. Jihyo realmente quería mandarlo a la mierda, había olvidado la otra sanción.

— Señor Chang, buenas tardes. — como siempre, Sana relucía siempre su amabilidad y respeto a pesar de que esa no era una linda situación.

— No hay nada de buenas acá. ¿Iban a escapar, cierto? — el beta se acercó a ellas lentamente.

— ¿Qué? ¡No, no! — agitó sus manos. — Yo, yo lo había olvidado. — murmuró nerviosa, escondiendo sus suaves manos bajo las mangas del suéter.

— Ajá, entiendo. — respondió creyéndole muy poco. — Está bien, vayan al cuarto de limpieza y tomen un par de escobas, trapos y una botella de aromatizante.

— Ni crea que voy a hacer eso, es su trabajo. — soltó la alfa empezando a enojarse. — No vine como personal de limpieza.

— No es el mío tampoco, joven Park. Pero desgraciadamente no sé en qué estuve pensando cuando decidí ser rector de niños indisciplinados como usted. — le sonrió falsamente. — Así que mi deber, según lo que dice el libro de reglas y sanciones, dice que deben colaborar con el trabajo de limpieza por dos cortas y simples semanas escolares. No es tan complicado.

— ¿Y qué si no lo hago? — evitó gruñir.

— Pues nada sorprendente. Completaré su ficha de comportamiento y disciplina, la mandaré a la oficina del director e inmediatamente sus padres serán llamados por el reporte negativo sobre todo lo que usted hizo en su estadía aquí.

Jihyo bufó hastiada, el muy maldito decía la verdad. En todos los colegios que asistió, siempre hacían el mismo y repetitivo proceso en las cuales terminaba obviamente siendo expulsada.

— ¿Le gusta la idea? Si es así entonces puede retirarse y yo me iré a escribir su historial. — claramente se podía notar el tono divertido en la voz de Chang.

Sana miró con duda a la pelinegra, después de todo, su empatía la sensibilizaba y no deseaba que esta tomara malas decisiones que la podrían afectar. Suspiró débilmente y se encaminó hacia dicho cuarto de limpieza a buscar lo necesario. Jihyo al notar que la omega sí estaba de acuerdo en cumplir la estúpida sanción, no tuvo otra opción que seguirla. Era eso o ser expulsada y privada de sus privilegios gracias a sus padres.

Tampoco era alguien tonta, eso no le convenía.

— Muy bien, así me gusta. — sonrió Chang. — Lo que harán en estos diez días será barrer todas las aulas, borrar cada sobrante de las pizarras y limpiar las carpetas. — los jóvenes se iban alejando así que decidió hablar más fuerte. — Cuando terminen, llámenme, inspeccionaré si lo hicieron de manera correcta y luego cada uno podrá irse a su casa.

La rubia lo miró por unos segundos y asintió cortésmente mientras alzaba su dedo pulgar. Jihyo por el contrario quería enseñarle exclusivamente el dedo medio.

— No se suponía que esto iba a ser así. — susurró la omega para sí misma, realmente había sido un horrible día y los demás de seguro serían iguales.

— Todo es tu culpa. — le reclamó la alfa, tomando una escoba y una cubeta con los demás materiales de aseo.

— ¿Disculpa? — tomó las mismas cosas y salieron rumbo al primer salón sin percatarse de que estaban juntas en todo momento. — ¿Acaso yo fui la tonta que empezó a insultar sobre cosas incoherentes?

— Estás fingiendo y te estás burlando de mi prima. ¿Crees que me voy a creer el cuento de que eres así?

— ¡¿Qué estás tratando de decir?! — exclamó, a pesar de que Sana sabía que la alfa era alguien de temer, su lobo no caía en completa sumisión a su lado porque sentía como si lo ya lo hubiera conocido. — ¡Tú empezaste y encima lastimaste mis muñecas! Eres una idiota. — frunció su entrecejo, abriendo la puerta y encaminándose a limpiar las carpetas.

— No es culpa mía que me caigas muy mal. — se encogió de hombros, con la mandíbula tensa y la mirada dura.

— ¡Ni siquiera me conoces! — gritó asegurada. — Pero bueno, tampoco quiero convivir contigo. Solo cumpliremos el castigo, haremos el proyecto y no volveremos a intercambiar palabras.

— Estás verdaderamente loca si piensas que me quedaré como una imbécil rata de biblioteca a hacer esas estúpidas investigaciones. — gruñó leve y empezó a borrar lo escrito en la gran pizarra.

— No me gruñas. — se quejó. — Y sí, claro que harás tu parte del proyecto. No quiero recibir un promedio bajo y tampoco haré todo yo sola.

— Me vale mierda la libreta de notas.

— Pues a mí no. Quiero tener todo perfectamente calculado para seguir en el primer puesto.

— Entonces es tú problema, ni de broma lo hago.

— Eres insoportable.

— Y tú una mimada queriendo la atención de todos.

Sana volvió a gritarle y ambas siguieron discutiendo mientras que de a poco iban limpiando las aulas restantes. Sin duda ese primer día había sido demasiado complicado e intolerable. 

 

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Bad girl  Ꞝ   SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora