𝗴𝗵𝗼𝘀𝘁 𝗼𝗳 𝘆𝗼𝘂 › chanho ᜵ bangho

Sept

— ¡Minho!

El castaño se volteó hacia el rubio que se acercó a él a paso apresurado, Hyunjin dejó un beso en su mejilla como saludo, haciendo que se ruborizara.

— Hola— murmuró el más bajo, encantado, se sonrieron.

— Mañana hay una muestra de arte, tengo dos entradas, tienen desde pinturas hasta un show de danza, ¿Quieres acompañarme?

Minho rió con algo de nervios, con vergüenza murmuró:

— Lo siento, iría pero... Tengo una cita con alguien más.

Christopher en parte sonrió con orgullo al ver la expresión emocionada de Hyunjin desaparecer.

— Oh, bueno— dijo, acomodó sus cabellos largos con algo de incomodidad.

— N-No es lo que piensas— Minho negó, moviendo sus manitos frente a él—. Voy a... Ver a alguien, al cementerio.

— Oh, Minho, no necesito explicaciones— dijo Hyunjin, aunque se notaba más aliviado después de escuchar eso y volvió a sonreír—. Lo siento mucho.

— No, está bien.

— Bueno, lo dejamos para otro día, ¿Sí? — Minho asintió—, nos vemos, Honnie, cuídate— besó su mejilla otra vez para despedirse, antes de salir del estudio con una encantadora sonrisa en sus labios.

Fue al vestuario y lo primero que le dijo a Christopher fue un "No sé si me gusta".

— ¿Cómo que no sabes si te gusta? — preguntó el mayor— ¡Minho! Tiene cara linda, le gusta la danza, sonríe bonito y tiene un cuerpo envidiable ¿Cómo que no te gusta?¿Has visto su trasero? Yo dormiría ahí.

Minho rió por lo del trasero.

— Te recuerdo, Christopher, que mi tipo son musculosos, palidos, que piensan mucho, perseverantes, me dan atención y me cuidan mucho.

— No conozco a nadie así— Christopher negó.

— Claro, yo tampoco.

Practicó su baile una vez más, su entrenador le dijo lo mismo de siempre, pero que hoy había mejorado un poco más, así que lo dejó ir más temprano.

Tomó su celular y vio varios mensajes de un número que no le hablaba desde hacía unas cuantas semanas.

— Changbin dice que ha mejorado lo suficiente para dejarle usar el celular más de una hora al día— le comentó Minho a Christopher.

El rubio se encogió de hombros, en verdad, no le gustaba mucho hablar de él desde lo que había pasado.

— Aún le queda mucho en el loquero para que pueda salir— dijo Minho, con algo de alivio.

— Minho, no lo digas así, queda muy despectivo, él no tiene la culpa de estar mal— dijo Christopher, su ceño estaba ligeramente fruncido.

Minho lo miró un segundo hasta que suspiró, asintiendo.

— Tiene la culpa de otras cosas— dijo, por lo bajo.

— Tampoco, él no lo hizo a propósito— corrigió —. La depresión hace que hagas esas cosas, y que hables tan feo no lo ayuda.

Minho parpadeó rápido para despejar su vista, Christopher acarició su cabello.

— Él no tiene la culpa de lo que me pasó, ¿Está bien? Fue un accidente, necesita apoyo con lo que tiene, no le tengas rencor, no va a cambiar nada— continuó hablando el rubio con tranquilidad, aunque Minho no reaccionó — ¿Qué tal si hago tu comida favorita? — preguntó Christopher, mirando al castaño, quien negó.

— Hace meses que no como eso.

— Lo sé, por eso te lo estoy ofreciendo.

Minho lo pensó un momento.

— ¿Puedes hacer eso? — cuestionó, a lo que Christopher hizo una mueca de "Puedo intentar"—. Bueno, me gustaría...

El mayor asintió y sonrió, hacia mucho que no cocinaba tampoco.

La comida favorita de Minho eran unos tacos picantes en donde Christopher básicamente metía todo lo que quedaba en la heladera, le agregaba una que otra cosa más, y resultaba en una especie de revuelto, al que el menor le gustaba poner picante, lo podía comer sólo o con una tortilla de maíz para que tuviera más interés.

Al final del día, Minho estaba con una verdadera sonrisa y un rubor en sus mejillas, totalmente encantado y sintiéndose mimado.

— Gracias.

— No me agradezcas, tonto— Christopher hizo un gesto con su mano para que no se molestara.

— Eres muy lindo conmigo, siempre lo fuiste.

— ¿Sentimentalismo? Nada de sentimentalismo, Lee.

— Chris.

— Lee.

— Te amo.

Christopher sonrió mínimamente, sus mejillas se ruborizaron.

— También te amo.