Huit

293 51 22
                                    

— Chris, ¿Recuerdas cuando nos conocimos?

Christopher asintió, con una sonrisa, iban caminando uno al lado del otro, Minho miraba con detalle las flores que llevaba en la mano, era un ramo muy bonito de distintas flores en tonos de amarillo y naranja.

— En clase de baile, sí— dijo Christopher, sin más, le gustaba cuando Minho contaba la historia.

— ¿Por qué meterian a un novato a una clase de baile de gente profesional? — Christopher rió por la burla.

— Disculpa, me estafaron, me dijeron que iba a estar en una compañía como productor y lo siguiente que sabía era que estaba tomando clases de canto y baile.

Minho asintió con una risa leve.

— Recuerdo que quisiste parecer el chico cool que dice bromas de mierda, pero no eres así, y de inmediato se notó que eras diferente, que eras más que solo un fachada.

— Siempre que terminaba una clase, alguien estaba muy agotado, le dejabas tu botella de agua, te tomabas unos minutos para ver si estaban bien y eso se agradecía muchísimo.

— Y siempre terminabas ayudándome a mí.

— Porque estabas como un estúpido con tus dietas de inanición, y siempre te desmayabas.

Minho asintió, poco orgulloso de aquella época, en donde sólo se sentía mal con su cuerpo, consigo mismo, con su trabajo, con todo lo que hacía.

Fue Christopher quien lo había sacado de eso, y había sido muy difícil para él, tanto que terminó de ir a clases de baile porque se encargaba del menor a tiempo completo y él no podía bailar y cuidarlo a la vez.

Christopher lo había llevado a comer, todos los días a un lugar distinto, todos los días un plato distinto, para mostrarle a Minho lo que se perdía, le recordaba todos los días que era hermoso y que sin importar la forma que sea, sería hermoso siempre, aunque el menor le creyó muy poco hasta que un día el rubio había dicho que besaría cada parte de él que fuera hermosa, y seguido a eso había besado todo su cuerpo.

No fue esa su primera vez, para nada, era más una caricia íntima, exitante y enormemente romántica a mismo nivel.

— Extraño que me beses así— confesó Minho.

— Admito que me encantaría hacerlo— dijo el mayor.

— Siempre fuiste tan delicado conmigo, Chris, de una forma que sólo tú sabías ser, y fuiste mi primera vez en muchas cosas, mi primer gran amor, mi primera vez, mi primer hombre... Fuiste el primero que amé y que me amó de regreso con la misma intensidad, el primero que me correspondió completamente, y vio a través de todos mis errores y me dijo cosas maravillosas.

— No son errores, Honnie, son cosas, no hay que ponerle a todo algo negativo.

— Y también amo esa actitud que tienes— Minho asintió, con una sonrisa amplia, mirando las piedras que marcaban el camino que estaban siguiendo, brotes de césped y algunas flores habían logrado pasar entre las grietas y crecían entre ellas—. Siempre tienes esa capacidad de hacer que todo sea positivo. Sin duda, nunca voy a encontrar a alguien como tú, Chris, eres algo que pasa una sola vez en la vida.

Sus ojos se unieron, una sonrisa apareció en sus rostros, en la luz del atardecer, se sintieron más cálidos.

— Y me alegro mucho de tenerte en mi vida, Chris, y que hayas hecho tanto por mí— pequeñas lágrimas se asomaban por los ojos de Minho.

Christopher rodó los ojos y fue a sostener la mano del menor, sus pasos se detuvieron cuando llegaron a su destino, pero Minho poco quería ver eso en realidad, así que sus ojitos y su borrosa vista por las lágrimas se quedaron en el mayor.

— Te amo, Minho— dijo el rubio—. Y lo haré por siempre.

Minho asintió, sorbió su nariz mientras más lágrimas rodaban por sus mejillas.

— Te amo mucho, Christopher. Feliz aniversario.

El castaño bajó la vista hacia la placa grabada sobre la tumba, dejó el ramo de flores junto a aquel grabado:

Christopher Bang

9 de Marzo, 1993 ~ 13 de Octubre, 2019

❝Siempre serás el mejor del mundo, incluso más allá del final de tus días❞



𝗴𝗵𝗼𝘀𝘁 𝗼𝗳 𝘆𝗼𝘂 › chanho ᜵  banghoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora