CHICO RARO [Adaptación]

1949

- Renjun ven.

La mayor abrazo al pequeño castaño y se ocultó dentro de una pequeña cabaña que estaba situada en el patio de su casa, se sentó en un rincón con su hijo en brazos, abrazándolo con fuerza, con temor a perderlo. Tras unos segundos un gran golpe se escuchó, había sido la puerta principal al ser tirada, la señora no hizo más que abrazar a su hijo con más fuerza.

- Mamá - dijo el menor en un susurro - me buscan a mí, ¿cierto? - alzó su vista para encontrar los ojos de su madre - me buscan porque soy diferente, ¿Verdad?

Su madre no pudo retener más las lágrimas así que entre sollozos se aferró aún más al pequeño. ¿Como podría explicarle que esas personas lo querían por amar a otro niño? ¿Como explicarle que sería castigado por eso? Si para RenJun no era nada malo, total estaba amando a otra persona.

- Mi amor - tomo las manos del niño - si llegan a tomarte algún día, por favor...corre muy lejos, escóndete. ¿Harías eso por mamá? ¿Por favor? - dicho eso acarició la castaña cabellera del niño.

- ¿Que hay de tí? ¿Que pasara contigo?

Antes que la pelicastaña pidiera responder, se escucharon los pasos afuera de la cabaña segundos antes de que entraran por la puerta que, anteriormente, habían tirado.

La mujer se aferró más a su hijo, queriendo cubrirlo por completo, sin embargo, nada de eso funciono. Los alemanes le arrancaron al niño de sus brazos por lo que ella comenzó a gritar por el menor, tratando de pelear por él, siendo todo en vano.

- ¡Adolf Hitler caera, va a morir!

Siendo estas palabras su condena. Un alemán apunto su arma hacia ella, disparando de inmediato.

Siendo una imagen que quedaría ganada en la mente de RenJun como si de una repetición de tratase, fue la primera vez que su corazón se rompió sin siquiera saberlo.

- ¿Mamá? - murmuró al ver a su madre inmóvil - ¡Mamá!

La persecución de los homosexuales en la Alemania nazi se fundamento principalmente sobre la conclusión de que la homosexualidad era algo incompatible, que iba en contra de la naturaleza humana, por ello las autoridades nazis debían poner todos los medios a su alcance para evitar su expansión.

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Abrió sus ojos y se sentó sobre su cama mientras llevaba una de sus manos a su frente para limpiar el sudor, hacia frío,su corazón latía muy rápido y su respiración era agitada. Tras unos segundos encendió la luz, miró a su alrededor y se aseguró de que estuviera en su habitación. Ya iban a ser cuatro años desde que todo terminó y aún no lograba superar el trauma, aún no lograba sacar de su mente todas esas escenas horribles que no solo vio, sino que también vivió.

La ciudad aún se estaba recuperando de todo el daño y en las noticias aún hablaban de eso, muchos ya lo habían olvidado y ya habían comenzado desde cero, pero RenJun no podía estar igual, ¿Como iba a olvidar que estuvo ahí encerrado? Sin comida, sin agua, sin nada que hacer a excepción de acatar las órdenes de aquellas personas.

Se levantó mientras frotaba su frente y soltó un leve suspiro cansado antes de dirigirse a la ventana para mirar por mirar por está y visualizar el cielo.

- Nueve de la mañana...- Murmuró sin muchos ánimos, su padre le había enseñado a saber la hora mediante el cielo y fue algo que le había, hasta ese punto, ayudado mucho.